La tradición familiar y la fe hicieron que Julio y Patricia llevaran por primera vez a su nieto ante la Virgen de Guadalupe. Caracterizado de Juan Diego, aquel campesino que según los relatos católicos fue el que presenció la aparición de la “morenita del Tepeyac”, el menor acudió a su primer encuentro con la imagen religiosa. Pero no fue el único.
En la víspera del Día de la Virgen de Guadalupe y entre los cientos de puestos de antojitos y juegos mecánicos, las familias oaxaqueñas acudieron al templo de Guadalupe para agradecer y pedir favores a la imagen. Como una tradición y costumbre que han mantenido en sus familias, varias llevaron a sus hijos y nietos caracterizados del santo Juan Diego y de “Lupitas”, en alusión a la virgen.
Mi mamá me traía vestido de Juan Diego y para mí venir es como conservar esa parte de la familia, la espiritualidad, todo lo que viene de los padres y abuelos”, cuenta René a las afueras del templo. Él y su esposa Joselyn también llevaron por primera vez a su bebé ante la virgen. La pequeña “Lupita” fue en compañía de sus padres y demás familiares.
Cerca del mediodía, era constate el paso de padres y abuelos con sus menores en brazos o a los que toman de las manos mientras caminan. Ante la imposibilidad de su hija para acudir a la celebración, Julio Calvillo y Patricia Flores optaron por traer a su nieto y agradecer por la salud y por la familia que han forjado a pesar de los obstáculos.
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La indumentaria tradicional, con rebozos, huipiles oaxaqueños, el bigote falso, la ropa de manta y los sombreros de palma son el atuendo casi obligado para las y los pequeños que ingresan al templo.
Este es el segundo año en el que en medio de la pandemia las familias volvieron a la parroquia para venerar a la “Morenita del Tepeyac”, luego de que en 2021 se retomaron los festejos. Antes, en 2020, no hubo celebración ni ventas.
Los puestos de flores, los de artículos religiosos y aquellos con escenarios para la foto del recuerdo no faltaron en este primer día en el que se acostumbra la visita a la virgen.
Debido a que aún persiste la pandemia de Covid-19, el acceso al templo fue controlado y con medidas sanitarias como el uso obligatorio de cubrebocas.
