A seis días de la festividad de la Inmaculada Virgen de Juquila, miles de peregrinos provenientes de los diferentes estados del país y de las ocho regiones del estado de Oaxaca, continúan su camino hacia el Santuario que se encuentra en el municipio de Santa Catarina Juquila, en la Sierra Sur de la entidad oaxaqueña.
Desde temprana hora, el sonido de las sirenas que acompañan a quienes viajan en grupos y apoyados de sus antorchas, se hacen notar sobre la Carretera Federal 190 desde el valle eteco hasta la ciudad de Oaxaca.
La fe es la que nos guía y nos mueve, si no hay fe pues no valdría la pena luchar por lo que queremos, por nuestras familias, por los demás, por nosotros mismos, pero primero está nuestra fe en nuestra madre la Virgen de Juquila”, explicó don Amador, quien junto con sus hermanos de oficio herrero, se encaminan hacia el valle Zimatlán para después cruzar las montañas, ríos y carreteras hasta llegar al encuentro con la Santísima.
Para los hermanos, realizar este recorrido año con año significa, una acción de agradecimiento a la Virgen de Juquila, a quien consideran milagrosa y protectora. “No pudimos ir en el 2019 y 2020, pero desde el año pasado ya andamos por acá otra vez, salimos desde el 27 de noviembre del pueblo”, comentan en tanto cargan sus estándares de la Virgen en sus espaldas.
Los peregrinos son originarios de la comunidad de Santa Cruz Temilco, del municipio de Tepeaca, Puebla, ubicado a unos 298 kilómetros de la ciudad de Oaxaca, por lo que cada año los peregrinos de esta comunidad recorren al menos 500 kilómetros cada año para llegar a cita con la Virgen de Juquila.
Mientras avanzan sobre la carretera local que comunica el municipio de Santa Cruz Xoxocotlán hacia la Villa de Zaachila, los peregrinos comentan que la caminata diaria culmina hasta donde los rayos del Sol les permite avanzar.
No sabemos cuánto caminamos al día, pero normalmente salimos desde las seis de la mañana, cuando ya se ve en los lugares donde descansamos, ahora está oscureciendo como eso de las seis de la tarde, descansamos a donde estemos, pero normalmente donde hay casas o algún pueblo para estar más seguros”.
Señalan que pese a la inseguridad y las inclemencias del clima que enfrentan en su trayecto, la fe los vuelve fuertes para continuar su camino hasta el Santuario de la Inmaculada Virgen de Juquila en donde contemplan llegar previo a su festividad el 8 de diciembre.
