Una visita a la sala de urgencias fue el inicio de una investigación contra un padre y con ella se cirnió una esperanza para una niña de 5 años que además de ser víctima de horribles maltratos, presentaba una severa desnutrición. Tras revisar a la menor, personal médico del Randall Children’s Hospital dio aviso a la Policía para notificarles sus sospechas e indagaran sobre lo qué realmente estaba ocurriendo, informó Fox 12. Con ello se destapó una cloaca y los medios llamaron al caso “la casa de los horrores de Portland”.
El hombre, identificado como Javon Márquez Ingram, de 30 años, llevó a su hija al hospital en noviembre de 2021, argumentó que temía que la pequeña sufriera convulsiones o tuviera un ataque. Al revisarla los médicos se dieron cuenta de que las cosas no estaban nada bien, pues la pequeña apenas rebasaba los 13 kilogramos de peso, sus costillas y vértebras se notaban de manera sorprendente; tenía llagas abiertas alrededor de la boca, moretones y respaduras en varias partes del cuerpo. Pero también presentaba otras afectaciones que les indicaron que la menor debía permanecer mucho tiempo atada, pues tenía los pies hinchados y una extrema debilidad en los tobillos.
De acuerdo a los registros judiciales, los profesionales de la salud hicieron un devastador diagnóstico sobre los 33 tipos de lesiones diferentes que tenía la niña: tortura. Por ello se abrió una investigación profunda de las heridas de la niña. Los detectives determinaron rápidamente que el probable culpable del sufrimiento de la menor era su propio padre, por lo que fue arrestado y enfrenta múltiples cargos de maltrato criminal y agresión.
Conforme avanzaron las investigaciones y los detectives entrevistaron a la niña se fueron descubriendo cosas aterradoras, según informa The Daily Beast, medio que tuvo acceso a los documentos judiciales de la investigación. La pequeña narró que su padre la mantenía atada en una puerta con cinta canela, dijo que le colocó un collar eléctrico para perros con el cual le daba descargas. Agregó que en otras ocasiones la dejaba en una silla alta, sin poder moverse, un baño o cobertizo.
Ayuda para torturar
Pero el padre no era el único agresor, la policía documentó que en la tortura de la menor también participó Larissa Danielle Ducan, de 45 años, quien no es pariente de la niña. Entre los dos la golpeaban con un cinturón cuando iba al baño. También se documentó que Ingram le metía calcetines en la boca cada vez que estaba “llorona”, escribió un fiscal en una declaración jurada.
Los detectives informaron que la niña nunca había asistido a la escuela, ni recibido atención médica, además de que solo se le sirvió comida mezclada. Su cuerpo está lleno de “cicatrices duraderas y prominentes”, que incluyen unas alrededor de los ojos por tenerlos vendados y en los costados de la boca por estar amordazada, según la declaración jurada.
No conforme con el daño físico que le ocasionó a su propia hija, el hombre grabó las torturas. En su celular se encontraron videos en los que se ve a la niña obligada a correr alrededor de su casa como castigo, con las manos atadas a la espalda. Al revisar la casa a profundidad los policias encontraron los instrumentos de tortura con los que se martirizaba a la menor, entre ellos estaba un collar de perro y cintas.
Versión del padre y cargos contra él
En un principio el hombre aseguró que la niña se había autolesionado, pero finalmente confesó y en una declaración jurada dijo que él provocó las heridas de su hija.
Ingram fue acusado de 24 cargos de maltrato criminal en primer grado, tres cargos de asalto en primer grado, nueve cargos de asalto en tercer grado y está detenido sin derecho a fianza. Se declaró inocente en el Tribunal de Circuito del Condado de Multnomah.
También se emitió una orden de arresto contra Ducan, quien enfrenta siete cargos de maltrato criminal en primer grado, tres cargos de agresión en primer grado y dos cargos de agresión en tercer grado.
De acuerdo a las investigaciones el hombre obtuvo la custodia de su hija cuando esta tenía 2 años, debido a que su madre era adicta a las metanfetaminas. Desde 2019 comenzaron los maltratos. Actualmente la pequeña vive con su abuela.
