Entre el ocre del paisaje y la polvareda que se desprende al paso de los autos, el puesto de Nancy se mira como un oasis de frescura y color en las orillas del Mercado de Abasto Margarita Maza de Juárez, en la ciudad de Oaxaca.
Las flores de cempasúchil y cresta de gallo o borla emanan el aroma característico de la temporada de Día de Muertos. Y en el rostro de ella y sus ayudantes y familia, permiten ver la esperanza por mejores ventas.
Nancy Adriana Flores es originaria de San Antonino Castillo Velasco. Su familia se ha dedicado a la siembra y cosecha de flores por dos décadas y ha vivido las crisis que la pandemia ha causado al campo oaxaqueño. Aun así se muestra con esperanzas y ofrece por igual flores para el Día de Muertos u otras para ocasiones varias.
Las ventas de las flores para el Día de Muertos ya son “mucho mejor” que las de 2020, cuando a pesar de reducir la producción a la mitad le costó venderla. “Mucha flor se echó a perder”, dice Nancy mientras varias personas se acercan para preguntar por lo necesario para esperar la llegada de sus difuntos.
Para ella estas fiestas de Día de Muertos parecen ser mejor que el año pasado. “Se ve que ya se van normalizando, pero no es como en otros años porque para estos días ya habíamos avanzado a la mitad de la producción”, explica Flores, quien confía que el sábado las ventas se incrementen considerablemente.
La gente ha comenzado a llegar a su puesto en la llamada Central de Abasto, en donde las “brazadas” de cempasúchil y cresta de gallo destacan en el paisaje. No es la única, al menos otros cuatro productores están al fondo de las bodegas de frutas; algunos de ellos, provenientes de Puebla. En todos los casos, las flores de venden entre 80 y hasta 120 pesos por medida.
Cirilo Coello Castillo, de Atlixco, Puebla, comenta que hay una ligera mejoría en ventas respecto al año pasado, aunque hasta este sábado el arribo de clientes aún era poco. La gente, dice, busca descuentos o “brazadas” de menor precio.
Entre los puestos también hay macetas para decoración, pero el grueso de las flores que oferta Nancy, con más aroma que las primeras, es para elaborar el altar, hacer los caminos que guían a las almas a la casa de las familias o para otros elementos propios de la tradición. Ella y su familia seleccionan cada año algunas plantas de las que posteriormente guardarán semillas para la siguiente temporada.
