Alejandro Valle, vecino de la zona, fue uno de los más afectados ya que al desbordarse las aguas negras inundaron su casa; junto con él, otras viviendas cercanas también sufrieron las mismas afectaciones por lo que solicitó apoyo de las autoridades municipales y estatales.
Sin embargo, Protección Civil se limitó a acordonar la zona para prevenir el paso de personas y retiró las placas de cemento para que el agua siguiera su cauce; desafortunadamente la cinta cayó y las personas siguen transitando sin precaución y el drenaje persiste al aire libre, contaminado con los olores fétidos que se desprenden durante todo el día.
Ante las afectaciones los vecinos presentaron escritos ante el municipio capitalino, pero les fue negada la rehabilitación de las losas, argumentando que es fin de año y no hay presupuesto. Solicitaron a los afectados que esperen hasta enero del 2022 que ingrese la nueva administración para gestionar la obra.
“Tuvimos que comprar costales de arena y poner barricadas en nuestras casa para que ya no entrara agua sucia, no es posible que el gobierno municipal sea insensible y nos mantenga en el abandono, soportando el olor pestilente que sale del drenaje” señaló Alejandro Valle, vecino afectado.
Finalmente, las víctimas debieron recurrir a instancias estatales para tramitar la rehabilitación de las losas; para ello acudieron a la Secretaría de la Infraestructura donde se menciona que analizarían la petición y, en la primera semana del mes de noviembre, habría respuesta.
Los vecinos afectados indicaron que esperarán los tiempos para determinar qué otras acciones tomarán ya que no esperarán hasta el siguiente trienio y, mientras, viven bajo el riesgo de que más placas colapsen o incluso que se lleguen a perder vidas humanas ya que nadie toma precauciones y persisten peatones en la zona y circulando motos por el andador, a pesar de las malas condiciones.
