Desde el inicio de la pandemia por Covid-19 en Oaxaca, las trabajadoras sexuales son uno de los grupo de mujeres vulnerables a contagiarse, por el constante contacto físico con diferentes tipos de personas de manera diaria.
Sin embargo, algunas por necesidad y, muchas más por ser explotadas, han continuado brindando sus servicios carnales en la zona de tolerancia de la capital oaxaqueña: la calle de Prolongación de Galeana y los alrededores de la Central de Abasto, incluida, la calle de Zaragoza.
Durante el cierre de la Central de Abasto, para prevenir el crecimiento de contagios, la mayoría de estas mujeres decidió irse a trabajar a otros estados y otras optaron por refugiarse en sus casas; cada miércoles, la zona de tolerancia se quedó sola, lo que provocó pérdidas económicas para los hoteles de paso y negocios que dependen de estas trabajadoras, como son los de comida y bares.
Actualmente, con la llegada de la “nueva normalidad”, la mayoría de las sexoservidoras regresó a trabajar, ajustándose a las nuevas normas impuestas por los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), como: el uso de gel antibacterial, cubrebocas y desinfección de cuartos. Muchas de estas mujeres usan cubrebocas en la calle, otras, indican que nada más lo usan cuando entran a un servicio. El gel antibacterial sí es obligación en contraste con el uso del termómetro, ya que a manera de chiste dicen que los clientes “ya van calientes”.
“Jenny” como se hace llamar una trabajadora sexual de Oaxaca, es una mujer originaria del estado vecino de Puebla, lleva 10 años trabajando en la prostitución y hace seis meses nació su hijo, por lo que ya regresó a trabajar para seguir manteniéndolo, al igual que a su padrote, sin embargo, dice que ya no se gana como antes.
“A los padrotes les vale el coronavirus, sólo quieren recibir dinero y no les importas, total si te llega a pasar algo ellos tienen más mujeres que los puedan mantener” manifestó, en entrevista esta trabajadora sexual de Galeana.
Asimismo, Jenny mencionó que, actualmente, hay días más malos que buenos, ya que hubo una disminución considerable de clientes, por el cierre del mercado y bares en la zona.
“En todos los estados está así, yo tengo dos semanas que regresé a trabajar por mi embarazo, y aquí hay muchachas que me dicen que apenas llegaron de Tijuana, Puebla y la CDMX; porque ahí todavía no pueden trabajar” añadió.
También, esta sexoservidora comentó que está pensando regresarse a su casa, a seguir esperando a que la pandemia pase, ya que actualmente en la calle donde trabaja hay alrededor de 100 mujeres ejerciendo la prostitución, y como hay pocos clientes, la situación económica se dificulta.
Entre ellas, al parecer no se ha registrado ningún caso de coronavirus, sin embargo, no descarta la posibilidad de que pueda haber algunas infectadas, ya que sin despedirse, se han ido de la calle donde trabajan y no las han vuelto a ver.
“Jenny” y sus compañeras son del sector vulnerable que existe en esta pandemia por coronavirus, el regreso al color naranja en el semáforo epidemiológico ha permitido la reapertura de bares en la zona de Galeana y “el pueblito”, relajando las medidas sanitarias, lo que puede provocar un rebrote en la ciudadanía y un posible contagio masivo entre este grupo, que muchas veces comparte habitación con hasta 10 personas diferentes en un solo día, sin que las autoridades municipales o estatales vigilen que se respeten las medidas sanitarias impulsadas por la Secretaría de Salud federal para evitar la propagación del Sars-CoV2 comúnmente conocido como Covid-19.
