En estos últimos días he visto circular una imagen que dice lo siguiente “Si no sales en esta cuarentena con un libro leído, una habilidad nueva, un negocio nuevo, o más conocimientos que antes, nunca te faltó tiempo, solo disciplina”, lo cual considero un excelente mensaje para las personas afortunadas que pueden estar en casa con goce de sueldo, sin embargo, me hizo reflexionar sobre las personas que no pueden pasar una cuarentena al menos sin la preocupación incesante de sí van a tener dinero para comprar los productos básicos para la comida de ese día, o sí han tenido que reducir una comida o dos para poder llegar a la siguiente quincena, si es que conservan sus trabajos, puesto que derivado de la contingencia por el Covid-19 muchas empresas se han visto obligadas a cerrar y muchas personas han perdido sus empleos, por lo anterior para tener un panorama amplio de esta situación decidí hacer el siguiente análisis: Según datos del INEGI 2019 un 56.9% de la población equivalente a 30.8 millones de personas trabaja en la informalidad laboral, realizando actividades como trabajo doméstico remunerado en los hogares, trabajo agropecuario no protegido, y trabajadores subordinados que aunque trabajan en empresas formales, no cuenta con seguridad social. Así mismo, la tasa de ocupación en el Sector Informal, la cual se refiere a la población ocupada en unidades económicas no agropecuarias, que funcionan a partir de los recursos del hogar o de la persona que lidera la actividad sin que se constituya como una empresa, lo que representa un 27.7% de la población equivalente a 15 millones de personas en México, por los datos referidos podemos deducir que por lo menos 45 millones de mexicanos se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad, pues sin una alimentación adecuada las defensas bajan y son más propensos, o en los peores casos, muchas personas estarían en situación de hambruna, por que como ciudadanos debemos ser empáticos y solidarios en estos momentos de necesidad, así como también pedir al gobierno respuestas económicas que alcancen a la mayor parte de los más vulnerables así como la creación de un fondo que permita que más personas puedan quedarse en casa durante esta contingencia y así reducir el riesgo de contagio.
Para que de esta manera, en este ocio obligatorio que impuso la cuarentena, al igual que los los filósofos y los artistas que en general siempre han requerido de estables períodos de ocio para crear sus obras, y que han sido ricos ni propietarios de esclavos como Platón y Aristóteles, fueron patrocinados por las personas que tenían poder político y económico a fin de que pudieran disfrutar del tiempo libre, es decir, del ocio requerido para crear sus obras.
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