Virginia M.d., tiene 34 años de edad, es originaria y vecina de San Bartolo Coyotepec, lleva 14 años de su vida laborando como policía auxiliar y desde hace 11 es madre y padre de familia, asegura que a pesar de las adversidades se siente satisfecha al poder trabajar en pro de la sociedad.
Recuerda que ingresó a las filas de la hoy Policía Auxiliar Bancaria Industrial y Comercial (PABIC), un 15 de septiembre 2005, en donde al igual que todo elemento, en su mayoría hombres, debió ganarse el respeto de sus compañeros y jefes a partir del trabajo y esfuerzo constante.
A veces se ha llevado desagradables sorpresas, algunos hombres piensan que por ser mujer no tiene las condiciones para ejercer el oficio e impartir justicia, pero la experiencia y la preparación continúa, hacen que salga bien librada de las situaciones adversas, demostrando con ello que para ser policía no se necesita ser hombre.
“He cargado armas largas y cortas, sé utilizarlas porque me he preparado para ello”, aseguró Virginia, quien ha llevado cursos intensivos de operaciones especiales, en las que siempre ha tratado de dar lo mejor de sí.
Ha participado y apoyado en diferentes acciones, como desalojos y operativos, en las que ha utilizado el equipo antimotines, que pareciera solo los varones pueden usar.
Virginia aseguró que el ser policía es parte fundamental de su vida, porque sobre todo una buena policía inspira respeto a la ciudadanía, sin olvidar que como servidor se tiene también la obligación de ayudar de manera desinteresada a las personas que lo solicitan.
En la amena charla, le preguntamos, ¿A qué le teme una mujer policía?
Ella es directa y dice que su labor es difícil y de riezgo, pero que ha aprendido a lidiar con eso, ya que es parte de la propia naturaleza de su trabajo y el peligro es constante. Por lo tanto ha aprendido a superar los miedos en su labor.
Sin embargo, actualmente esta liando con algunos problemas de salud y a lo que realmente le teme, es dejar sólo a Y.A, su pequeño hijo, ya que ella es el sostén y responsable de él, pues desde que quedó embarazada ha tenido que afrontar la responsabilidad sola.
Por eso cuando acaba su jornada laboral y se quita el uniforme, su rol y función se transforma radicalmente, asume el papel de ama de casa y tiene que realizar los trabajos en el hogar y se convierte en eso una ama de casa.
“Mi hijo es lo único que tengo, lo que me da luz y sentido en la vida, de ahí que mi temor a estas alturas es dejarlo solo, faltarle algún día por mi trabajo, por mi enfermedad o por azares del destino”, expresó la uniformada.
Sin embargo, “mi trabajo como policía, más allá de los riesgos, me ha comprometido con la sociedad, para la que estamos para servirle y eso me ha sacado adelante, me ha llenado de satisfacciones, porque he aprendido valores que a su vez he tratado de compartirlos e inculcarle a mi hijo, ayudándome en su formación, para hacerlo un hombre de bien, que es lo que el estado, el país, el mundo necesitan”, recalcó Virginia.
Virginia y, ¿qué haces en tus tiempos libres?
“Me olvido de todas las cosas, armas, candados de mano, uniforme y de las labores domesticas, en ese tiempo libre me dedico a tejer, que es uno de mis pasatiempos favoritos, hago ropa para niños Dios, pero bordada en estambre o seda, además de otras piezas, como servilletas o manteles. La creación de estas prendas me libera”, explicó la también artesana.
Además, aseguró que no hay barrera para lograr lo que se propongan en la vida e invitó a otras mujeres a no dejar de soñar y luchar incansablemente para cumplir sus metas y terminar sus planes iniciados.
Hija de Inocencio y María , campesino y ama de casa; Virginia indica que tambien ha sido deportista de corazón, destacando especialmente en el futbol y beisbol.
Sus padres han sido el cimiento de su formación aseguró y agradece la educación proporcionada por ellos, pues esta fue forjada en valores humanos, indica.
