Es inadmisible que una de cada 10 mujeres que sufre violencia llegue al suicidio, como también que la mayor parte de las agresiones suceden en los hogares, parques y lugares en donde deberían estar seguras, viviendo con tranquilidad.
Al concluir el foro de análisis “Consolidando un Oaxaca seguro”, diálogos con perspectiva de género, se identificó que el grupo más vulnerable es el de las niñas indígenas.
De ahí la necesidad de que la sociedad, junto con el gobierno estatal, abran el diálogo con diversos sectores de la sociedad para visibilizar en donde están los retos, para generar políticas públicas a corto, mediano y largo plazo.
La importancia de no percibir la violencia contra las mujeres y de violencia de género como problemas solo de mujeres, sino de toda una sociedad. Por ello se requiere impulsar políticas integrales de prevención, atención y sanción.
Se debe trabajar de manera coordinada para erradicar la violencia, ya que por décadas no se le ha dado la importancia que requiere, porque debe salvaguardarse la integridad sustantiva, el equilibro.
Si bien ahora se tienen avances y se ha logrado tener a un mayor número de mujeres en cargos de elección popular y funcionarias, el tema de la violencia hacia las mujeres es de seguridad, de salud pública.
Influye en el deterioro de las relaciones humanas, y por ello, en actitud colaborativa, con enfoque de niñas, niños y adolescentes, se busca cómo restablecer esta situación.
Ante lo cual, se requiere trabajar desde tiernas edades, dar respuesta inmediata a actos de violencia para frenar las afectaciones, así como medida terciarias para víctimas directas e indirectas.
En las conclusiones de reconoció realizar esfuerzos con instancias municipales, estatales y federales, con el sector educativo, salud, académicos, para verificar que hace falta para que no se tenga más violencia.
Entre más se tarde en enfrentar la realidad, con buenas acciones, mayor será el sufrimiento de las personas, de las mujeres y las generaciones, así como los obstáculos para el desarrollo.
