El activismo político de Andrés Manuel López Obrador impulsando la 4T contra la corrupción y la impunidad, tiene en jaque mate a los partidos opositores y también a destacados miembros de morena, que lo llevo a la presidencia de la República.
Ante ese activismo político de AMLO, sus detractores con partido o sin partido, deben revisar su escala de valores personales para saber si luchan por un México más justo, o prefieren ser cómplices de las inercias que tanto daño hacen a la nación.
Los partidos políticos y sus dirigentes más conservadores, no entienden que al ser parte de esas inercias destructivas cavan sus propias tumbas electorales y al mismo tiempo, pavimentan su camino al basurero de la fallida historia nacional.
Los partidos opositores a la 4T junto algunos personajes notables de MORENA están tan desdibujados, tan afuera de lugar que la sociedad los concibe como pequeños cárteles mafiosos que no quieren perder privilegios para hacer negocios a la sombra del poder y en nombre de una falsa democracia.
Los caciques opositores a AMLO, quien con todos sus defectos que su condición humana le impone, diseñan una arquitectura ética y social para las instituciones nacionales, instituciones que son patrimonio de todos y para el bienestar de todos.
Esos caciques retrógrados, los vemos en todos los partidos políticos, en los grandes sindicatos, en las cámaras empresariales, en las iglesias adjuntas al poder gubernamental, en los medios tradicionales de comunicación, en la elite que se dice intelectual y de academia. Todos esos caciques tienen denominadores comunes: viven muy contentos en la hipocresía, la corrupción y la injusticia social.
Anotación: Muy bien que se castigue a los dirigentes sindicales que hayan robado a los trabajadores y chantajeado a gobiernos de otro tiempo, pero para la salud laboral de los trabajadores sindicalizados, lo más importante es que los sindicatos se desincorporen de los partidos políticos que los cobijaron a cambio de votos obligados.
Así como la 4T pugna por separar las cámaras empresariales de la política, los sindicales todos, deben separarse de los partidos políticos para terminar con la manipulación electoral de los trabajadores.
En el maridaje sucio de los grandes sindicatos con los partidos políticos se amasaron grandes fortunas. Por citar un ejemplo de esas pillerías, vemos como está el transporte urbano en las principales ciudades de todo el país.
Los charros sindicales se despacharon con la cuchara grande acaparando concesiones de taxis, del transporte público urbano, del transporte de obreros y de otro tipo de personal laboral. Algunos dirigentes se convirtieron en diputados locales, federales y senadores. Mientras los trabajadores permanecieron con el salario mínimo de hambre.
Por lo tanto, los caciques sindicales del país ya están remojando sus barbas y tramitando amparos.
Legítimos dueños de México y de América
Es propicio para pensar sobre la importancia de que México recupere las riquezas arqueológicas que le han robado gobiernos y traficantes extranjeros. Y además exigir que los tres órdenes de gobierno redoble todo lo que tenga que redoblar para evitar que el saqueo histórico de esos tesoros sigan llenando museos de otros países y adornando colecciones privadas de millonarios ignorantes que ni siquiera los valoran en plenitud.
Es lamentable que el legado cultural de los pueblos originarios no sea apreciado en toda su valía ni por las mismas autoridades correspondientes, entre ellas las autoridades educativas. A la mayoría de los mexicanos se nos orienta desde niños a ver las piezas arqueológicas como simples cosas raras sin ninguna aplicación práctica.
Las autoridades educativas desconocen la sabiduría ancestral de esas culturas originarias nuestras que tanto nos pueden enseñar en materia de: alimentación, salud, medicina natural, agricultura, pesca, geología, geografía, antropología, arquitectura, minería, ingeniería de caminos, política, ética, historia, bellas artes, matemáticas, lenguas, poesía, guerra, deportes, sociología, cosmogonía y astronomía, por citar solo partes de su legado superior.
Esos valores son el corazón de las piezas arqueológicas, que nos han robado y en las que están en nuestros museos, pero que las vemos como curiosidades sin mayor importancia humana y social que pueden ayudarnos a conocernos nosotros mismos.
Es cierto aquello, de que no apreciamos lo que no conocemos. Lo mismo sucede con nuestros pueblos gloriosos e invencibles que con la frente en alto, alzan nuestra bandera nacional exigiendo respeto a sus derechos fundamentales.
Esto es importante. Y ¡Hay que decirlo!
“Nunca subestimen el poder de la
palabra escrita”
Es mi opinión.
Y nada más…
raulcamp
@hotmail.com