La noche del 5 de septiembre de este 2019 nos sorprendió con la noticia del fallecimiento del maestro juchiteco Francisco Benjamín López Toledo, conocido mundialmente como Francisco Toledo, pintor universal, quien puso a Oaxaca en el mapa mundial del arte, su estilo era muy único y personal, recientemente lo habían visto ingresar al Instituto Nacional de Cancerología, padecía cáncer de pulmón.
La grandeza del maestro se vio reflejada en los titulares en dos días consecutivos de casi todos los periódicos nacionales, internacionales que se leen en México y por supuesto los locales, El Universal dedica una foto y las ocho columnas, Reforma también foto y cuarto de portada, Excélsior las 8 columnas, El Norte (periódico de Monterrey) le dedica foto de un dieciseisavo de portada, La Jornada, toda la portada.
El Financiero, nota principal de la portada, El Heraldo, un octavo de portada, El Sol de México un tercio de la portada, Milenio Diario, ocho columnas y un tercio de portada, La Crónica le dedica dos tercios de portada, La Razón de México dos tercios de portada, Reporte Índigo cinco días, un octavo de la portada, Ovaciones publica una foto de media portada, todos dedicaron muchas páginas en interiores.
En el Palacio de las Bellas Artes en la ciudad de México se va a montar una exposición de fotos para que los capitalinos puedan acudir a rendirle un homenaje, dejarle flores o expresarle en un libro sus condolencias, igualmente en todos los consulados o representaciones de México en el extranjero se va a poner a disposición tomos donde puedan los visitantes dedicarle unas líneas.
En Oaxaca se le realizó un homenaje importante en el IAGO con la presencia de su familia y amigos, el gobierno organizó otro en el Teatro Macedonio Alcalá, un digno escenario para reconocer a un personaje mexicano de esa categoría, la sociedad oaxaqueña fue convocada aunque el hermoso recinto tiene pocos asientos para albergar a un pueblo que se sentía de luto por haber perdido a esa voz que muchas veces se expresaba por todos.
Entre los asistentes al homenaje se encontraban autoridades nacionales y estatales del ámbito político y cultural, en el evento se proyectó un documental con fotografías de la vida del maestro Toledo, al término de este, se hizo una guardia de honor, estuvo encabezada por el gobernador del Estado Alejandro Murat y su esposa.
Lo acompañaban la secretaria de Cultura a nivel nacional Alejandra Frausto, la Subsecretaria de Desarrollo Cultural Marina Núñez, la Directora del Instituto Nacional de Bellas Artes Lucila Jiménez y la Secretaria de las Culturas y Artes de Oaxaca Adriana Aguilar, se ofreció un minuto de aplausos.
Al terminar la guardia de honor se escucharon las notas del considerado Himno de Oaxaca, el vals compuesto por Macedonio Alcalá denominado Dios Nunca Muere, mismo que los oaxaqueños escuchamos de pie, acto seguido se dio por terminado el evento para sorpresa y desconcierto de todos los asistentes, a quien por supuesto se les hizo esperar por más de una hora a que llegaran las autoridades mencionadas.
Los oaxaqueños estamos acostumbrados a que los reconocimientos se hacen de a de veras, el difunto ya no va a escuchar lo que tengan que decirle pero al menos la familia y los asistentes reciben el sentir, las anécdotas, las palabras de agradecimientos de mucha gente y las razones que las motivan, algunas veces se agradece al fallecido por hechos que la mayoría desconocían y que son dignas de encomio.
Se da un repaso por la vida del homenajeado desde niño hasta el fallecimiento, se habla de su familia, sus amigos, sus maestros, sus compañeros, sus alumnos, sus logros, su trayectoria, premio y reconocimientos, el último homenaje que recuerdo en el Teatro Macedonio Alcalá de cuerpo presente es el de Rubén Vasconcelos Beltrán, Cronista de la Ciudad.
No faltó la Diputada local o la Directora de alguna dependencia estatal de gobierno que en afán de protagonismo se pusiera por delante de la familia de don Rubén en las guardias de Honor, eso fue pecata minuta, la sustancia del reconocimiento fue digna de un hombre de ese calibre, que fue rector de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, escritor, promotor y Cronista de Oaxaca.
Es normal que el pueblo esperara un homenaje de Toledo, que era reconocido al más alto nivel en el país, con mucho mayor contenido, con agradecimiento por todo lo que hizo por Oaxaca, no solo con su pintura, sino por crear recintos culturales y recreativos, por pelear para detener el avance de los alimentos transgénicos en perjuicio de la salud de los mexicanos, por proteger espacios naturales y mucho más.
Una señora se levantó de su asiento en el Teatro Macedonio Alcalá y les reclamó a las autoridades que hubieran hecho un homenaje demasiado sencillo que parecía un evento de proselitismo, donde lo importante era tomarse la foto de la Guardia de Honor y dar por zanjado el compromiso, les gritó hasta la calle mientras se retiraban que era una “vergüenza ajena”, después regresó al Teatro a disculparse con todos.
Sin comentarios, me parece que los eventos hechos al vapor y sin el contenido que pudieran ameritar corren el riesgo de salirse de control.
Entre algunas de las obras donde intervino Toledo se pueden mencionar las siguientes, el Jardín Etnobotánico de Oaxaca, el Centro de Artes de San Agustín, el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca, el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca y mucho más, amerita otra columna para ver con detalle mucho más de su vida.
Para considerar que hay una escuela de pintura en el mundo, se requiere que haya al menos 5 artistas contemporáneos de altísimo nivel, la muerte de Toledo se suma a la desaparición de otros inmortales oaxaqueños, Rufino Tamayo, Rodolfo Nieto, Rodolfo Morales y Alejandro Santiago, hoy muere Francisco Toledo y nace la Escuela oaxaqueña de pintura.
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Seguiré comentando la próxima semana.