Casilda Flores Morales, la horchatera, es un personaje de la vida y memoria de Oaxaca de Juárez. Aunque fallecida, la mujer de raíces serranas es para historiadores, cronistas y gestores culturales un personaje clave en la historia del siglo XX de la otrora Verde Antequera. Recientemente, y a 23 años de su muerte, una reedición de la entrevista hecha por la artista Silvia María a Flores refresca el recuerdo y legado de una de las comerciantes del Mercado Benito Juárez.
Originalmente, publicado en 1989, el libro Casilda, la horchatera, cuenta con su segunda edición, presentada por 1450 Ediciones. En el nuevo libro, la también cantante Silvia María se apoya en las palabras de los fallecidos Rubén Vasconcelos Beltrán y Luis Castañeda Guzmán, estudiosos de la historia de Oaxaca.
Casilda, explica la autora, se trata de un personaje muy importante de Oaxaca, y en torno a quien aún le resulta muy difícil de hablar, pues hay recuerdos y pláticas tenidas con ella que por diversas circunstancias no logró escribir.
“Una disculpa porque realmente me quedé corta”, externa la autora, quien a la vez califica al libro como un volumen modesto sobre una mujer que vivió y participó en varios momentos claves de la ciudad, principalmente a mediados del siglo XX.
El pasado viernes, el libro fue presentado en la Biblioteca Henestrosa, donde el editor Cuauhtémoc Peña remarcó la importancia de traer de vuelta el texto-entrevista de Silvia María. Asimismo, por haber sido Casilda un personaje que participó en algunos acontecimientos de la ciudad y porque gracias a la elaboración de sus aguas dejó un legado para la tradición de la capital, uno que aún se disfruta en el Mercado Benito Juárez.
Alma Rosa Espíndola Galicia, directora general adjunta de la coordinación del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, fue una de las invitadas a la presentación. En ella, se refirió a Silvia María y doña Casilda como “dos mujeres que nos transmiten su amor a Oaxaca”.
Asimismo, que “el texto de la entrevista que Silvia María realizó a doña Casilda Flores nos adentra a una mujer y su tradición familiar, la elaboración de refrescos o aguas frescas como la famosísima agua de horchata”.
La lectura del libro, añadió, resalta los sabores culturales de un personaje de la ciudad, a la par de retratar “cómo era la gente de la ciudad en la primera mitad del siglo XX. Nos remite a una tradición familiar que a fuerza de tesón y cariño ha mantenido el negocio familiar desde mediados del siglo XX.
La forma de vestir de la época, la receta de algunas aguas, entre otros aspectos, se rescatan en el libro que el investigador Salvador Sigüenza Orozco destaca por tener un tono muy humano, al hablar de los personajes del mercado, de las situaciones vividas en esa época, de las costumbres que difieren a las actuales y por recrear las conversaciones con doña Casilda.
Además, porque las entrevistas permiten escuchar a doña Casilda y conocer la vida en el mercado, a través de relatos a la vez vinculados con la política y lo cotidiano.
