Aprobación del matrimonio igualitario
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Aprobación del matrimonio igualitario

 


El pasado 28 de agosto de este año 2019, la LXIV Legislatura del Honorable Congreso del Estado de Oaxaca, aprobó reformas al Código Civil del Estado de Oaxaca, entre las que caben destacar las realizadas a los artículos 143 y 143 bis de dicho ordenamiento legal, que contemplan precisamente las figuras del matrimonio y el concubinato, por lo que, una vez publicadas dichas reformas en el Periódico Oficial del Estado, el matrimonio dejará de ser un contrato civil entre un solo hombre y una sola mujer, que se unen para perpetuar la especie y proporcionarse ayuda mutua, y se convierte en un contrato civil celebrado entre dos personas, que se unen para realizar vida en común y proporcionarse respeto, igualdad y ayuda mutua, es decir, en la legislación Oaxaqueña deja de ser una de las finalidades del matrimonio la preservación de la especie, y como consecuencia lógica, se modifica la piedra cúbica de punta que sirve de cimiento a la sociedad, que es la familia.
Es así que, con 25 votos a favor y 10 en contra, nuestro estado, se convirtió en la entidad número 19 en permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo, uniéndose así a Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Ciudad de México, Coahuila, Colima, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Tamaulipas y Zacatecas, y no obstante que dicha reforma se ha proclamado como innovadora y garante de los derechos humanos en lo personal yo no estoy de acuerdo, y no quisiera ser malinterpretado, hay muchas personas que admiro, aprecio y considero mis amigos que son bisexuales u homosexuales y los considero grandes personas, incluso, dos de mis mejores amigosde la licenciatura desarrollaron plenamente su preferencia después que los presentó su primo y ahora son pareja y son mucho más felices que cuando tenían que simular se heterosexuales.
En primer término considero que debemos de dejar de ver la homosexualidad como una condición especial, una minoría o un grupo vulnerable que debe ser tratado con mayor cuidado, pues es una simple preferencia que no implica mérito o demérito alguno, y tan natural, que existe en otras especies e históricamente ha tenido gran aceptación en diversas sociedades, como la Romana y la Griega, entonces, no romanticemos una preferencia sexual, tratémosla como lo que es, una decisión que solo debe interesarle a la vida privada de quien la toma y no está sujeta a juicio, ni en positivo ni en negativo, de tercera persona.
En lo que no estoy de acuerdo es en la modificación de la institución del matrimonio, al grado incluso de suprimir uno de sus principales objetivos, que es la perpetuación de la especie, y la reforma en sí genera una grave ambigüedad, pues no contempla que sucede con la familia, núcleo de nuestra sociedad que surge precisamente del matrimonio, y pareciera que la tendencia de moda para sentirnos liberales, humanitarios y tolerantes es fomentar las relaciones homosexuales, sin dejar espacio a la mínima crítica sin ser llamado homofóbico.
Si el problema es que una persona homosexual, por tomar su decisión de hacer vida en común con otra persona de su mismo sexo, es discriminada y privada de sus derechos civiles, familiares o de seguridad social, que se desprenden de las relaciones de filiación, la solución no es modificar una institución clave para nuestra sociedad como lo es el matrimonio que en su caso contemplaba el objeto de perpetuar la especie, sino la creación de una figura jurídica que genere esos lazos de filiación entre parejas homosexuales
El matrimonio, incluso actualmente y hasta antes de que se publiquen las reformas en el Periódico Oficial del Estado de Oaxaca, es un contrato civil celebrado entre un solo hombre y una sola mujer, que se unen para perpetuar la especie y proporcionarse ayuda mutua en la vida, es decir, mediante un acuerdo de voluntades, un solo hombre y una sola mujer fusionan sus sentimientos, anhelos, proyectos de vida, intereses vinculados en el amor, situación que por supuesto pueden hacer los homosexuales, sin embargo, el otro objetivo principal es la perpetuación natural de la especie y resulta biológicamente imposible que un hombre fecunde a otro hombre o que una mujer fecunde a otra mujer.
También debemos tener claridad sobre que instituciones estamos trabajando, y el matrimonio en México surge de un sacramento de la iglesia católica, pues tanto en el Primer Imperio Mexicano, como en la República, se estableció que el catolicismo era la religión obligatoria, e incluso, en las leyes de Reforma, en las que se llevó a cabo la desamortización de bienes eclesiásticos y oficialmente se separó la iglesia del Estado, Benito Pablo Juárez García, retomó algunas instituciones eclesiásticas para otorgárselas a las autoridades civiles, como es el caso, precisamente del matrimonio, es por eso la protesta de grupos religiosos cuando se discutía la reforma.
En segundo aspecto, del matrimonio surge, reitero, la familia como base de la sociedad; y la razón de establecer como uno de sus fines la ayuda mutua, es porque en el hogar se forma el carácter y los valores del individuo que en su momento se desarrollará en la sociedad, y erróneamente se cree que una vez normalizados socialmente los matrimonios igualitarios, se podrá llevar a cabo la adopción homoparental, la cual ya se encuentra permitida en la ciudad de México desde el año 2009, e incluso, en el año 2016, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, avaló la adopción homoparental a nivel nacional, mediante la Tesis Jurisprudencial número 08/2017, lo cual se armoniza con la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la cual, ha determinado que el interés superior del niño no puede ser utilizado para amparar la discriminación en contra del padre o la madre por la orientación sexual de cualquiera de ellos.
Sin embargo, la adopción no es el derecho de los adultos a tener un niño, como si de un logro se tratase, es el derecho del menor a integrarse a una familia para desarrollarse plenamente en todos los aspectos de su vida: físico, emocional, psíquico, intelectual, académico, en un ambiente apto y pleno para tales efectos, por lo que considero que la modificación a la institución del matrimonio realizada en el estado de Oaxaca no contempló que su consecuencia jurídica es la figura de la familia, sin solucionar que sucedería con el objetivo de la perpetuación de la especie, y al ser de imposible realización, fue más fácil suprimirlo, generando ambigüedades que afectarán el pleno desarrollo de la sociedad.

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Jaime Alejandro Velázquez Martínez.
El Imparcial de Oaxaca.