Ilícitos graves e imparables
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Opinión

Editorial

Ilícitos graves e imparables

 


No hay la menor duda que la Fiscalía General del Estado, a cargo de Rubén Vasconcelos Méndez, ha hecho su trabajo, pese a las restricciones presupuestales y la falta de cooperación de otros órganos institucionales. La falta de coordinación entre las instancias que tienen que ver con el tema de seguridad y justicia, se ha traducido en daños a la confianza ciudadana y mala imagen del gobierno estatal. Esta situación en poco ha contribuido a fortalecer las políticas institucionales para acotar los homicidios dolosos y otros ilícitos graves. Por ejemplo, la semana anterior se presentaron casos en realidad preocupantes, como fue el homicidio –luego de un virtual secuestro- de un funcionario de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Según datos disponibles, el profesionista fue “levantado” con fines de secuestro, por el que presuntamente se exigió un rescate. Se desconoce más. Pero el cadáver de la víctima apareció al día siguiente en un paraje solitario de la carretera 175, Oaxaca-Tuxtepec, con las manos atadas por delante y un disparo en la nuca.
Otro caso fue el de una dama que había sido vista el día anterior en la población de Santa Cruz Xoxocotlán, conduciendo su camioneta de modelo reciente y cuyo cuerpo inerte apareció al día siguiente, envuelto en una sábana en los rumbos de Valdeflores, Zimatlán. El vehículo fue localizado en una zona distante de hallazgo. La víctima fue identificada. Las autoridades ministeriales no han dado mayor información, se entiende que por la discrecionalidad que obedece en estos casos de homicidio. Vale la pena subrayar que este caso se dio justamente cuando se celebraba el Día Mundial para Erradicar la Violencia en Contra de la Mujer. Por otra parte, el pasado domingo en el Barrio Lieza, perteneciente a Santo Domingo Tehuantepec, un sujeto dio muerte a su concubina de 19 años de edad. Éstos son, entre algunos ilícitos que se dieron en la entidad la semana anterior e incluso el domingo, inicio de ésta.
Los feminicidios, sin embargo, a pesar del reiterado ofrecimiento de las autoridades de que no habrá impunidad, siguen dándose con singular intensidad. En lo que va del año se contabilizan al menos 180, en tanto que, según grupos dedicados a llevar las estadísticas de dichos delitos, en los tres años del gobierno de Alejandro Murat, se han dado al menos, 300 o más. Escuchamos pues discursos y discursos, todos de buenas intenciones, pero en los hechos, distan mucho de la realidad apremiante y no cesan.

La cultura del chantaje

No es un secreto el gran imán que tiene la entidad oaxaqueña para los visitantes del país y el extranjero. Tampoco lo es, que el turismo representa si acaso una de las fuentes de ingresos más generosas para miles de familias que viven de dicha industria sin chimeneas. Sin embargo, también es cierto que no hay una política que les permita pasar tanto en la capital, como en los destinos de playa una estancia agradable. En pocas palabras, no existe una cultura para agradar a los visitantes y hacer que siempre vuelvan. En ocasiones anteriores hemos mencionado la mala imagen que dan los grupos que, como si fuera su labor diaria, se trasladan a la caseta de peaje de Huitzo y cobran a automovilistas y transportistas, cuotas más altas que las autorizadas por Caminos y Puentes Federales de Ingresos (Capufe). Es más, con violencia exigen el pago, amenazando a quienes caen en sus manos que, de no pagar lo que exigen, sus vehículos serán candidatos a causarles destrozos.
De manera constante, visitantes del país o el extranjero se topan con los abominables bloqueos carreteros o, si están en la ciudad, a los que grupos, sindicatos y organizaciones montan en los cruceros y vialidades. Hay quienes suspenden sus recorridos. Se decepcionan de que no haya mecanismos de orden que les permitan circular libremente y poder conocer las bellezas naturales, los vestigios arqueológicos o los monumentos coloniales. Esto es, se sienten frustrados, secuestrados, desencantados del desorden y la poca voluntad política para acabar con esa práctica estúpida de atentar en contra del derecho a la libre circulación. La mala imagen que ello genera se difunde de manera generalizada. Ya no sólo entre familias o conocidos, sino en todo el entorno en donde el visitante frustrado tiene influencia.
El pasado martes, trabajadores de los llamados Tele-bachilleratos Comunitarios, realizaron bloqueos en al menos seis cruceros estratégicos, incluyendo la Terminal de Autobuses de Primera Clase. El caos vial fue un infierno. Grupos de turistas se quedaron varados en mitad de los bloqueos, montados con toda mala fe. Esta situación es constante. No hay mecanismos de orden y fuerza para acotar este infame método, en donde el pueblo inerme y la sociedad en su conjunto se convierten en rehenes de grupúsculos que exigen al gobierno, tomando como moneda de cambio los derechos civiles de los ciudadanos.