Damnificados: Una larga espera
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Editorial

Damnificados: Una larga espera

 


Luego del penoso incidente mortal, en el cual perdieron la vida al menos 14 personas y resultaron heridas otras más, poco se sabe de lo que ha pasado con los damnificados de la costa oaxaqueña, en especial de por lo menos 33 comunidades, incluyendo Santiago Jamiltepec, Pinotepa Nacional, Putla Villa de Guerrero y otras. Tal parece que la euforia electoral ha tapado con un velo la triste realidad de decenas de comunidades que padecieron los efectos del meteoro y, de cientos de familias que perdieron su patrimonio. Pareciera que la capacidad de olvido es algo inminente; que apenas pasados unos días, la tragedia parece haber entrado en un impasse de apatía o abulia gubernamental. El mejor ejemplo de ello lo tenemos en las comunidades del Istmo de Tehuantepec, que a seis meses de los sismos de septiembre, no ha podido encontrar la normalidad en su vida. Aún hay familias completas que viven entre los escombros; en viviendas derruidas y calles llenas de ruinas. No es fortuito que a cada momento se realicen protestas y bloqueos carreteros.

Se advierte olvido y soslayo del gobierno federal y también del estatal. Los escándalos que han salido a relucir y que involucran a la titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), Rosario Robles, sin dudan han incidido en la falta de atención a quienes perdieron sus viviendas y no acaban de terminar de encontrar la paz. Hace unos días este tema se abordó en un noticiario nocturno de televisión, en el cual los vecinos que no han podido levantar sus casas anunciaban con tristeza, que la temporada de lluvias estaba encima y que a la tragedia de vivir en la calle se podría añadir, el riesgo de tormentas o ciclones. Y tienen razón. Es evidente que el gobierno de Alejandro Murat sigue arrastrando los coletazos del pasado; la descapitalización y la pobreza presupuestal, que le hace estar limitado para atender con sus propios medios, esta situación. Se habla incluso de autorizaciones del Congreso del Estado para contratar deuda y atender a los damnificados, pero del destino de los recursos pocos saben. La euforia electoral ha puesto un velo de misterio y abandono a este delicado tema. El Istmo a seis meses y las comunidades de la Costa a un mes, no es un asunto que se pueda meter en el cajón del olvido, sino atender a la brevedad posible. Pero no más dilación. El tiempo apremia.

Normales sin matrícula

Como se ha difundido en algunos medios locales, la carrera de maestro va a la baja en las preferencias de los jóvenes que egresan del bachillerato. La matrícula en el sistema de escuelas normales del estado –según datos oficiales- ha caído de manera estrepitosa. Por un lado, la carrera dejó de ser atractiva y, por la otra, que ya no es fácil obtener una plaza docente, la cual se obtenía en el pasado reciente de manera sencilla: por presión del Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación (CNTE). Es decir, desde que la Secretaría de Educación Pública tomó el control de la dependencia estatal, el IEEPO, que dejó de estar bajo la tutela del magisterio disidente, se hizo realidad una parte de la Reforma Educativa, al menos en lo que se refiere a los concursos de oposición para obtener la plaza docente. Las plazas automáticas son parte del pasado. Ya no serán posibles. Ello, sin duda alguna, ha eliminado la versión aquella de que estudiar en el sistema de normales era condición sine qua non para obtener un empleo seguro. Era pues, el camino fácil. Existen sin embargo otros factores. Padres de familia conscientes de la educación de sus hijos, tampoco están dispuestos a apostarle a una formación académica mediocre y superficial o, incluso, a la formación de sus hijos bajo esquemas de pensamiento radical o marxista.

Las acciones que ha emprendido la Coordinadora Estudiantil Normalista del Estado de Oaxaca (CENEO), en los bloqueos a calles y cruceros; asaltos a casetas de peaje; secuestro de unidades de motor; los asaltos a camiones de mercancía, entre otros, que los han ubicado como viles delincuentes, también han dado mucho qué desear a padres y madres de familia. Muchos normalistas no han entendido la lección de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa y el dolor que ello generó en sus familiares. Por otra parte, también han dejado de tener apoyo de los grupos radicales de la Sección 22. He ahí el motivo del incidente del pasado sábado 10 de marzo, cuando un grupo de la CENEO quemó la puerta del Auditorio “Enedino Jiménez”, luego de irrumpir en el Hotel del Magisterio. Si sumamos lo anterior, hay razón de que los estudios de normal vayan teniendo una especie de desencanto. Ello explica la reducción en la matrícula y el desencanto que ha tenido entre los jóvenes. Al paso que vamos, no hay duda que pronto desaparezca el sistema de normales oficiales.