Seguridad Interior: el origen
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Seguridad Interior: el origen

 


En 1965 José Solar Albert, subteniente con un año de antigüedad en el servicio, fue nombrado comandante de la Partida Militar en el poblado de la Costa de Oaxaca identificado con el nombre de “Se pudo”. El Regimiento al que José pertenecía se localizaba en la capital de ese estado. La distancia -por tierra- entre su partida y la Comandancia del Regimiento era de 12 horas por lo que el subteniente de caballería se encontraba aislado y la principal herramienta para realizar su misión era su criterio.

De hecho, en los dedos del cabo de transmisiones estaba la única comunicación entre José y el Coronel Comandante, ello obligaba al joven militar a responder a cada uno de los asuntos aplicando el poderoso músculo del criterio, pues sabía que su actuación estaba siendo calificada por el Comandante.

Una mañana el oficial recibió la visita del Alcalde. Juan Benemérito López se presentó en la puerta de la casona habilitada como cuartel y hasta que el subteniente dio su autorización puso un pie dentro. — Vengo a pedirle que me lo ayude pa’ ver eso de la Seguridá en el pueblo, la gente ya no quiere moverse cuando el sol no está, y eso a don Camilo el de la tienda y al padrecito les tiene preocupados además de que la camioneta –taxi- ya no quiere venir desde Pino (Pinotepa Nacional) pos dice que ya la han asaltado y eso le pasó justo antes de llegar a “Se pudo”. Juan Benemérito concluyó su petición diciendo — Ayúdeme señor autoridá.

Ante esa solicitud con perfil de petición formal el subteniente de caballería comandante de la partida militar de “Se pudo” y que estaba al mando de una sección de fusileros -33 soldados con sus respectivas monturas-, envió la información a su comandante, la respuesta era la esperada. — Aplique su criterio e informe.

Al otro día, con más rapidez que precisión, al fin dragón, José Solar apostó una escuadra (3) a la entrada del poblado, otra escuadra en el zócalo y una escuadra más en permanente recorrido en todo el territorio municipal. En la partida permaneció él con los cocineros, el enfermero, los “tracas” y un pelotón (12) gozando de franquicia dentro del cantón.

Diez días después de haber iniciado la operación de coadyuvancia en la Seguridad Pública el subteniente dio por terminado el servicio de “apoyo al ayuntamiento para el tema de la Seguridad dentro del territorio municipal”. ¿Cuáles fueron las causas?

Fue un lunes cuando, una vez más el alcalde de “Se pudo” estuvo frente a las puertas de la partida militar, esta vez junto a él estaba un niño sosteniendo una reata que del otro extremo traía una vaquilla. — Señor autoridá, comenzó hablando Benemérito. .. Desde hace tres días no salen los soldados a caballo a vigilar el pueblo? Qué pasa? Eso último el alcalde ya lo dijo en tono de enojo.

El joven oficial respondió al edil:

-Decidí apoyar su solicitud porque, ciertamente era necesario trabajar junto con su ayuntamiento, más, tuve información diciéndome que, sólo horas después de estar mi personal en la calle:

1).- De los ocho gendarmes que están en su nómina, cuatro lo andan acompañado a usted y lo hacen portando las armas que el gobierno dio para uso oficial y, casi siempre tanto usted como ellos andan bien tomadas. Y supe también que los otros 4 (policías) le están dando a usted $5.00 pesos diarios para no acudir a su trabajo

2.- En cuanto don Camilo -el de la tienda- vio qie ya habría reforzamiento de la vigilancia comenzó a vender agua ardiente y se trajo un par de &@tas de Pino.

3.- Obvio que al circular agua ardiente hay borrachos miones y las quejas de las señoras por faltas de respeto a sus hijas -proferidas por aquellos borrachos- son ya varias, uno de mis soldados al ver eso puso en orden a un ca@“on lo que provocó que al otro día el cura, desde el púlpito señalara a los soldados de represores y ahí le va una más

4.- Algunas horas después de haber montado el servicio el sargento que estaba como responsable de la vigilancia en la entrada del pueblo tuvo una diferencia con el chofer del taxi que lleva y trae gente. El conductor conducía borracho y cuando el sargento se lo señaló aquel le respondió : ¿y eso a ti qué te importa? Tú estás pa’ cuidar el orden no pa’ asuntos de tránsito, además el alcalde recibe su mochada de mi patrón-.

El alcalde a cada señalamiento abría más los ojos. — Mire señor autoridá, insistió el alcalde. — Aquí le traje una vaquita pa’ que le entren a la carne, pero por favor haga que regresen sus soldados porque si no lo hacen de seguro don Camilo me echará bronca. Inmediatamente el Subteniente respondió -¡No!- y concluyó diciendo –y haga favor de llevarse su vaca, nosotros nos bastamos solos con nuestras raciones-.
Vaya pues la historia anterior a manera de “entrada de banda” para tratar el asunto de la seguridad interior pues posterior a esta desarrollaremos el contenido de otros escenarios, aunque a tiro de piedra ya están las reacciones lo definitivo es que toda prospectiva habla bien acerca de la decisiones del Estado Mexicano de agarrar el toro por los cuernos.

Último patrullaje.- Entendemos que en Guerrero ya está desarrollando operaciones un Batallón de la Policía Militar, ese ha relevado a soldados que deberían estar cumpliendo tareas sobre terrenos diferentes, ver “P.Ms” sobre la Costera Miguel Alemán y saber que la Fuerza Policial Preventiva del Estado (y Municipios) está sospechosamente ausente hace recordar el punto número 1 del reclamo que le hizo el Comandante de la Partida al alcalde.
Balazo al aire.- Seguridad Interio. Primera lectura.

Greguería.- Las tortugas salen del cascarón blanco pero siguen viviendo en el otro cascarón. Sólo que ahora le dirán caparazón.
Oximorón.- Gotas secas.

Hayku.- Fresca, cual invierno, así es mi memoria cuando apareces tú.
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