"Crisol Taurino"
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Opinión

“Crisol Taurino”

 


El pasado jueves 17 de agosto de 2017, he presenciado por la televisión española, una corrida de toros memorable, histórica y de alcances para la conquista de aficionados como nunca se ha visto.
Fue en la Feria de Málaga, en las costas del Mediterráneo, en donde alternaron mano a mano Enrique Ponce y Javier Conde, lidiando toros de Domeq.
Lo inusitado en este festejo taurino, fueron una serie de hechos novedosos en una corrida de toros que por cierto fue dedicada a la memoria de Pablo Picaso.
Oriundo de Málaga, la plaza de toros fue decorada con pintura e imágenes de su obra, ya dibujos taurinos y colores en la barrara, burladeros y tendidos, lo que dio un esplendor a esa plaza como, repito. nunca se había visto.
La música y el canto se fundieron en un “crisol” con ese arte plástico de uno de los tres pablos del Siglo XX, (Casals, Neruda y Picaso desde luego) música selecta como Carmina Burana y La Conquisra del Paraíso entre otras-, canto en voces individuales de sopranos y coros, con la tauromaquia en el ruedo donde se jugaba la vida un hombre ante un toro bravo.
Normalmente en esas corridas se interpreta música tal como pasos dobles y y otros temas taurinos, pero nunca con una sinfónica, sopranos y temas selectos distintos a la música taurina.
Entonces el espectáculo en donde se presenta la muerte en cada lance, alcanzó niveles artísticos de primer nivel, sobre todo porque los toros fueron bravos, nobles y encastados, y los toreros bordador el toreo con arte sencillo, lento, templado y exquisito, en donde se logró indultar a un toro por reunirse en él todas las “virtudes” que se buscan en un toro de lidia, amén de que Ponce consiguió los máximos trofeos que se otorgan en las corridas de toros.
Desde luego amigo lector, querida lectora, si ustedes no es aficionados a las corridas de toros, quizá no les llegue este mensaje, pero debo escribirlo para aquellos aficionados que no pudieron ver lo magnífico, artístico, sentido y lo más emocionante que pueda ser la Fiesta Brava.
Málaga cuenta con una plaza de primera categoría, y el experimento del crisol taurino que he referido, (idea de Enrique Ponce) seguramente pasará a la historia y será imitado en muchas plazas en el mundo, porque debo decir que al principio del festejo yo, viejo aficionado, era escéptico acerca de que se pudieran conjuntar armónicamente tales actividades, sin embargo al final, he quedado convencido que con la presencia de distintas artes, los toros han encontrado un camino de redención y renovación que tanta falta estaba haciendo al espectáculo, tanto en México como en España, Francia, Portugal, Colombia y Perú, en donde todavía se practican las corridas de toros.

Yo también soy pueblo 
Por allí nos encontraremos