Las mujeres del Boom Latinoamericano
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Las mujeres del Boom Latinoamericano

 


“Matamos lo que amamos. Lo demás no ha estado vivo nunca”
-Rosario Castellanos.

El viernes de la semana pasada (03 de mayo), Alejandra Costamagna, escritora chilena afirmó que “el Boom Latinoamericano fue totalmente machista”. La autora de novelas como “En voz baja” y “Animales domésticos” encabeza la lista de las escritoras chilenas que Roberto Bolaño (una de las últimas estrellas de la literatura latinoamericana), pronunció como una generación que pretendía comerse el mundo. Cabe destacar que Alejandra también preside un colectivo feminista, que el pasado 08 de marzo reunió a más de 500 mil personas en Santiago de Chile.
El Boom Latinoamericano es ese fenómeno literario y editorial que surgió entre los años 1960 y 1970 en América Latina, del cual sus autores más representativos son Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar, Carlos Fuentes, y la lista incluye a muchos otros escritores latinoamericanos, y solamente a una mujer dentro de ella: María Luisa Bombal.
Durante los siguientes días a la declaración de Alejandra, comenzó a circular en redes una imagen que presentaba a las escritoras del Boom Latinoamericano. Y en virtud de darles a destiempo el lugar que debieron ocupar desde su época, debemos conocer quienes fueron esas mujeres rechazadas de este brillar de América Latina.
Rosario Castellanos (1925-1974, mexicana), combinó su labor de cuentista, dramaturga, y poeta, con la promoción cultural, la docencia, el periodismo y la diplomacia. Sus obras como Balún Canán, Oficio de tinieblas, Albúm de familia, o Poesía no eres tú, la hicieron indispensable en la literatura mexicana, pues dan cuenta de dos aspectos que hasta entonces no habían sido tratados literariamente o se habían trabajado con una perspectiva sesgada: la mujer y lo indígena. La escritora rehuyó las clasificaciones de indigenismo y feminista, pues abordaba ambas temáticas sin apegarse a un programa de ideas especifico y sin idealizar personajes.
María Luisa Bombal (1910-1980, chilena), su producción literaria fue intensa y breve, en ella se presencia de lo tradicional, junto al elemento social y lo innovadoramente creativo, además de evocar parte de sus experiencias, sobre todo las de los primeros viajes, su tema preferente es el de la soledad de la mujer en un mundo dominado por la racionalidad de los varones. Autora de La última niebla (1934) y La amortajada (1941); obras por las que en 1942 recibiría el Premio Municipal de Novela. Estos dos libros marcaron la renovación de la novela latinoamericana, ya que respondían a una idea diferente de lo que debía ser la narración, y anticiparon el clima base del movimiento de literatura fantástica que promoverían Borges y Adolfo Bioy Casares en los años cuarenta.
Clarice Lispector (1920- 1977, ucrania-brasileña) Su obra es una constante reflexión sobre el lenguaje y sobre todo, sobre los límites de la palabra y sobre la tentación del silencio. Comenzó su carrera literaria a los 21 años con Cerca del corazón salvaje, obra que recibió el Premio Graça Aranha. El mito de la trayectoria de Clarice es enorme, era cuentista, poeta, y periodista. Sus artículos en el periódico Jornal do Brasil en los que se retrataba de manera íntima, hicieron de ella una firma popular, hasta el punto de que su perro Ulisses aparecía en ellos y se convirtió en una leyenda en la ciudad al ser uno de los pocos nexos con la realidad brasileña, ya que apenas hablaba de temas locales o nacionales.
Nélida Piñon (1937- ). Su obra, caracterizada por el rigor, representa un diálogo inteligente entre las diversas tradiciones que conviven en el cuerpo cultural latinoamericano. Debutó en el circuito literario con una novela sobre el pecado, el perdón y la relación de los mortales con Dios a través del diálogo entre el protagonista y su ángel de la guarda (Guía-mapa de Gabriel Arcanjo). A esta primera obra, que le dio renombre, le siguieron Madeira feta cruz, dos años más tarde y, a finales de la década, Fundador (1969). Su trabajo en las letras es amplio, y pulcro. El 27 de julio de 1989 Nélida Piñon fue elegida para ocupar el sillón número 30 de la Academia Brasileira de las Letras (ABL), institución de la que fue secretaria general y que presidió en 1996-1997, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar ese cargo y en la primera del mundo en presidir una academia literaria nacional. Actualmente la gran y querida Nélida tiene 82 años.