La humanidad ante el cambio climático

La mayoría de las personas adultas coinciden en que, con el paso de los años el calor se ha intensificado y existen cambios bruscos de temperatura, que antes no ocurrían; la percepción de la gente es correcta, según el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC): el país se ha vuelto más cálido desde la década de 1960, las temperaturas promedio a nivel nacional aumentaron en 0.85°C, se han reducido los días frescos y hay más noches cálidas, además, la precipitación ha disminuido en la porción sureste.
¿Qué efectos tendría el incremento de la temperatura a futuro? Con base en modelos desarrollados y escenarios futuros, el INECC señala que, la mayor parte del territorio nacional se volverá más seca, por lo tanto, la demanda por el agua también se incrementará, principalmente, en el norte del país y en las áreas urbanas; mientras que, en otras zonas las lluvias serán más intensas y frecuentes, por ende, en los hogares se sufrirá de inundaciones; también, se prevé que aumente el número e intensidad de las tormentas y esto implicará mayores costos económicos y sociales; además, se contempla la reducción de la flora y fauna de los diversos ecosistemas.
El cambio climático que ocurre en nuestro país y en el resto del mundo, se relaciona con la emisión de gases de forma natural y por la actividad humana; sin embargo, como señala la Comisión Europea, la humanidad tiene una influencia cada vez mayor por la emisión de gases de efecto invernadero: dióxido de carbono, metano, óxido nitroso y gases fluorados; la concentración de estos impide que el calor del sol se escape fuera.
¿Por qué se incrementa la emisión de gases de infecto invernadero? Por el aumento en el uso de combustibles fósiles: petróleo, carbón, gas natural y gas licuado; deforestación de los bosques y selvas, eliminando la capacidad de los árboles para absorber el dióxido de carbono de la atmosfera y regular el clima; aumento de la ganadería, ya que las vacas, ovejas y cerdos producen grandes cantidades de metano; empleo de fertilizantes con nitrógeno y que generan emisiones de óxido nitroso; y la emisión, aunque decreciente, de gases fluorados, caracterizados por causar un potente efecto de calentamiento.
¿Qué debemos hacer para detener el aumento de la temperatura y disminuir las alteraciones climáticas? Sin duda, reconocer que el sistema de producción actual es incompatible con el desarrollo sostenible: los recursos naturales son empleados indiscriminadamente y los productores no tienen ninguna consideración por los desechos que emiten; a pesar de que las industrias son las principales emisoras de gases de efecto invernadero, los ciudadanos no debemos evadir nuestras responsabilidades, hay que practicar y fomentar el uso adecuado de los recursos y evitar contaminar; por último, hay que generar alternativas de desarrollo en los cuales no predomine la ganancia económica de un grupo sobre los recursos naturales (que en el caso de México pertenecen a la nación) y que permita atender las necesidades de las generaciones actuales y futuras. Lo mencionado no debe parecernos extraño, en los pueblos indígenas de Oaxaca se ha mantenido una relación armoniosa con la naturaleza; éstos suelen emplear abonos orgánicos para evitar dañar la tierra, así como insecticidas naturales para proteger la siembra; también, utilizan objetos o instrumentos de origen natural como el barro o la palma. En general, el estilo de vida de estos pueblos requiere de un menor uso de productos industrializados y un menor consumo de gasolina, gas y luz. Aquellos que han sido olvidados por no corresponder con la visión de “progreso”, hoy nos muestran que sí hay alternativas en la relación entre los seres humanos y el medio ambiente.
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