Carmen y Andrés Manuel
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Toltecáyotl

Carmen y Andrés Manuel

 


En los tres últimos sexenios, el uso de las instituciones ha sido claramente faccioso, en pocas palabras, el Estado de Derecho ha sufrido severas erosiones, han dejado en ruinas al país

Recientemente escuché la entrevista que le hizo la periodista Carmen Aristegui al presidente electo Andrés Manuel López Obrador. Con mucha curiosidad y atención, fui analizando las preguntas y las respuestas.

Nunca he pertenecido a partido político alguno o he sido admirador de algún político. Muy por el contrario. Creo que los que difundimos nuestros pensamientos en cualquier medio, tenemos la alta responsabilidad de ser críticos y analíticos. Para el caso de esta casa editorial, en la que hemos colaborado desde hace 36 años, ha sido un foro muy importante, por ser “EL IMPARCIAL, El mejor diario de Oaxaca”, en el que he expresado con toda libertad mis ideas. Y partiendo que nadie tiene “la verdad en la mano”, comenzando con el que escribe, y que la verdad es múltiple y diversa, la responsabilidad de los colaboradores es mantener una actitud crítica y analítica al poder, porque de esta manera se coadyuva a fortalecer la democracia y a limitar “el pensamiento único y autoritario”.

Volviendo a la entrevista, creo que AMLO es una oportunidad para México. Contra todo lo que empiezan a decir sus detractores, tanto los que se sienten amenazados porque los futuros cambios pueden afectar sus intereses, como “los comerciantes de la diatriba” disfrazados de periodistas. Ellos gritaron hasta la saciedad que AMLO era un peligro para México, y, sin embargo, el peligro real, fueron ellos.

La libertad de prensa fue amenazada. En estos 18 años fueron asesinados 134 periodistas y 20 desaparecidos. La propia Aristegui sufrió un golpe de intolerancia, persecución laboral y judicial. La impunidad y la corrupción han llegado a desbordarse de una manera grotesca y cínica. El uso de las instituciones ha sido claramente faccioso, en pocas palabras, el Estado de Derecho ha sufrido severas erosiones. Estos tres sexenios han dejado en ruinas al país.

Se destruyó la paz social y la seguridad, se sumió al país en un pantano de sangre, con una guerra falsa en contra del crimen organizado con más de 240 mil muertos y 40 mil desaparecidos, que ha sido usada en contra de los movimientos sociales. Se destruyó también, la vida política al corromper a los partidos políticos. Se entregó el país a los intereses de las empresas trasnacionales destruyendo la soberanía y la economía. Con las Reformas de Peña, que dañan el interés nacional y, además, están pesimamente ejecutadas, el país empezó a zozobrar. Ellos sí, han sido un peligro comprobado para México. Allí están los hechos, las cifras y las estadísticas.

Los poderosos quieren poner al pueblo en contra de AMLO en el intento de rescatar el país. Tienen todos los recursos, especialmente los medios. Sin embargo, contra todo lo que digan, lo cierto es que AMLO tiene 30 millones de personas que están esperanzadas en él. Los poderosos no quieren escuchar al pueblo y, en cambio, le apuestan a su manipulación.

El problema, además de las rocas que los poderosos están poniendo en el camino con sus poderosos “trascabos”, es el equipo que acompañará al presidente en este desafío. En efecto, la historia nos dice que “un solo hombre no puede cambiar a un país”. La periodista Anabel Hernández declaró que ella investigó a AMLO y que “no le encontró nada”. Claro que AMLO es una persona honesta. Él se ha preparado para estos seis años y ha sido impecable, su ambición no es una “casa blanca”, es trascender en la historia.

Pareciera que este personaje quiere cambiar la historia de estos cinco siglos. Comienza preguntando, en vez de mandando. Nunca el pueblo ha sido consultado desde 1521 y esto asusta a los poderosos. Pretende combatir la corrupción, pero el problema es que el sistema es corrupto desde su mismo origen, desde su esencia más íntima. Los que tienen el poder económico, político, cultural desde 1824, lo tienen a través del abuso, la ilegalidad y la inmoralidad. Cómo es posible que diez “mexicanos”, tengan los mismos ingresos que 60 millones de mexicanos pobres.

Vienen tiempos muy difícil para México, pero tal vez, puede ser su última oportunidad. Se enfrentan el puñado de poderosos que quieren que no cambie el sistema, y los 30 millones que dijeron ¡ya basta! A pesar de que AMLO y su gente percibe este país desde 1824, con sus tres transformaciones y no toman en cuenta los casi diez mil años de la Civilización Madre a la que pertenece la mayoría de los pobres, AMLO dijo al final de la entrevista que: “La verdad más íntima de México, son los pueblos indígenas”. A pesar de esta gran verdad, AMLO se mueve en “el México imaginario”, y no percibe, en toda su dimensión histórica y cultural, en su verdadera potencialidad al pueblo del “México profundo” de Guillermo Bonfil. El gran apoyo de AMLO, es que active la memoria histórica y la identidad cultural ancestral del pueblo. Sin esa conciencia y responsabilidad histórica, el pueblo sigue inconsciente y vulnerable. Descolonizar es dignificar. www.toltecayotl.org