Clientela creciente

A quienes no conocen el modus operandi de los viejos caciques de la COCEI, seguramente les sorprende la diligencia con que la edil de Juchitán y diputada del Morena, Gloria Sánchez López, trató a la caravana de migrantes cuya avanzada llegó desde hace tres días a ese municipio.

Se sorprenden porque no saben que con los expatriados centroamericanos, los políticos de la COCEI y especialmente la actual presidente municipal con su hermano Héctor y demás parentela, han acrecentado la clientela política que los mantiene en el poder, convertidos en verdaderos caciques, desde 1975.

La ayuda que regateó a los juchitecos damnificados por los temblores del año pasado, Gloria Sánchez la dio con creces a los migrantes. Puso a su disposición todo un edificio municipal, les procuró comida caliente, colchonetas y cobijas. Todo con cargo al erario, obvio.

Mucho de su permanencia en el poder -en la alcaldía, la diputación local, federal y en el Senado- la consiguieron con los votos de los migrantes centroamericanos a los que, además, utilizan para las marchas, plantones y toma de oficinas públicas contra sus adversarios políticos. Los utilizan también para invadir casas y terrenos. Han creado centenar de colonias en terrenos invadidos, pero después legalizados por sus legisladores. Se trata de una estrategia bien planeada. Los hacen paracaidistas para darles dónde vivir, les gestionan créditos para sus viviendas. Además de usarlos para sus movilizaciones con fines políticos, manejan los taxis y mototaxis cuyas concesiones acaparan los políticos coceistas. Con estos favores mantienen cautivos a los centroamericanos, incluso bandas de delincuentes a los que también ocupan como grupos de choque.

Me informan que los migrantes son miembros de bandas criminales y, en buena parte, son los que siembran el terror en Juchitán. Saben que los dueños de la COCEI les procuran impunidad.
El mes pasado la alcaldesa Gloria Sánchez los trajo a la capital para plantarse frente al palacio. Aunque fue una movilización reducida dado que los auténticos juchitecos empiezan a censurar a su presidenta municipal, llamó la atención.

Obsesivos

La alcaldesa Gloria Sánchez López fue la organizadora de la primera “marcha de los damnificados”. Es la misma que exige dinero al gobierno que solo reparte a sus adeptos. Es la misma que acelera su activismo político entre los escombros, los muertos y heridos del terremoto. Fue la misma que ha dedicado más tiempo a su futuro político que a cumplir como presidenta municipal. A principios de año estuvo en primera fila en una reunión de presidentes municipales ¿saben que querían? Que no desaparezca el fondo de “los moches”. Ese método truculento que ha servido para que los legisladores se enriquezcan más. Bien dice su patrono AMLO: “estos no tienen llenadera”. Abandonó su responsabilidad al frente del gobierno municipal para buscar la diputación a la que saltará antes de concluir su trienio como edil.

En el banquillo

Lo que no esperaban los dueños de la COCEI, esos que lo mismo venden sus votos al PRD, al PT o al MORENA, es que el terremoto despertara al pueblo de Juchitán. Los Sánchez, los López, los De Gyves y otros políticos depredadores, van hacia la extinción inminente.

La decisión del pueblo de enjuiciar a estos caciques, fue evidente en reciente reunión de concejales.

Ocho regidores exigieron a la presidenta Gloria Sánchez “cuentas claras” de los 65 millones de pesos que recibió como impuesto que pagaron empresas eólicas. Sorprendió a los concejales con sus turbias cuentas.

Dijo que compró lonas para los damnificados por más de ¡Once millones de pesos!

Cuando los concejales propusieron métodos transparentes en el uso de los 65 millones de pesos que entregaron empresas eólicas al municipio, la presidenta eludió la sugerencia.

La síndica María Cruz Vázquez, fue insistente para que Gloria Sánchez, no manejara como negocio propio el dinero municipal, pero no obtuvo respuesta.

El salto del chapulín

Desde que los mezcaleros tuvieron la mala fortuna de que el audaz abogado, exporro universitario, Hipócrates Nolasco, llegara a la presidencia de ese ente conocido como Consejo Mexicano Regulador de la Calidad del Mezcal (Comercam), la bebida con gran apego a la tradición de Oaxaca, se abarató en su calidad. En contraparte, el precio se fue a las nubes, pero en beneficio de envasadores oportunistas que imponen a los productores precios leoninos.

Otro asunto que coadyuva al abaratamiento (en calidad) es la venta al mejor postor de patentes de la denominación de origen del mezcal cuya identidad se centraba en Oaxaca. Aquí la consideramos néctar de los Dioses.

Influyó también la desidia de anteriores gobiernos. Nadie hizo caso cuando una veintena de estados empezaron a pedir para sí la denominación de origen del mezcal.

La baratura llega a tal extremo que ya pretenden esa patente los estados de Nuevo León, Sinaloa y hasta Querétaro. Supuestamente porque allí producen buen mezcal cuando ni siquiera saben que es un maguey nativo.

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