Cártel 22, fascista
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Cártel 22, fascista

 


La siguiente carta de una asidua lectora, descubre el drama de los verdaderos maestros, con vocación pedagógica y ansias de superación, pero pisoteados por una mafia sindical autoritaria. Significa un grito de auxilio y la voz valerosa de una maestra contra el avasallamiento del cártel 22 como estrategia de control fascista.

Comparto el texto que no tiene desperdicio. Además, está escrito -hay que reconocerlo- como lo debe hacer un verdadero maestro: sintaxis, prosodia, ortografía.

Estimado Felipe Sánchez. Aprovecho el espacio señalado en su columna impresa (EL IMPARCIAL), para realizar una apostilla al comentario que usted escribió y fue publicada hace algunas horas, con fecha 25 de septiembre de 2018.

Llamó poderosamente mi atención el siguiente texto: “En las telesecundarias es donde anidan los “maistros”, que nada saben de pedagogía…” Cierto es que este nivel educativo al cual pertenezco ha sido señalado muchas veces con adjetivos que indican descalificación. Verdad también es que, Santiago Chepi muestra al mundo su falta de preparación notoria en su expresión escrita. Puede haber muchos ejemplos más de profesores de telesecundarias con un desempeño vergonzoso.

Pero, es importante señalar que existimos quienes luchamos por hacer la diferencia. He laborado en ese nivel educativo durante 21 años, la preparación profesional que poseo es amplia: Licenciatura en Educación Primaria, Licenciatura en Educación Secundaria con Especialidad en Historia, Maestra en Ciencias de la Educación y candidata a Doctora en Estudios Críticos de Lenguaje. No todos los maestros de telesecundarias somos ignorantes de la pedagogía. Luchamos por restablecerla en las escuelas. Cierta vez leí a Jorge Medina, decir: “Un fantasma recorre la pedagogía. Es el fantasma de la orfandad”. Algunos de los que laboramos en las aulas y efectuamos, de manera continua, análisis de nuestra práctica docente, referimos que la didáctica se separó hace muchos años de la pedagogía. Vimos en la Reforma Educativa una posibilidad para rescatarla, aunque esa forma fuera obligada (desde la perspectiva de muchos), dado que el maestro (sobre todo el oaxaqueño) se ha convertido solo en un disfrutador de su salario y nulifica la importancia que debe tener la remuneración económica en la preparación profesional. Los que continuamos con nuestra formación docente de manera continua, somos señalados muchas veces como “locos”.

Pensar en el magisterio, y decir, resulta peligroso. Es mejor repetir las consignas. Tomar decisiones propias y no en masa, puede llevar a la persecución “política”. Lo que me ocurre es una muestra de ello. Presenté la evaluación del Desempeño en el 2015, obtuve resultado Destacado, soy la única maestra en la entidad federativa que lo logró. Este suceso llevó a que me dieran “trato especial”: hostigada durante año y medio (ante la mirada complaciente del IEEPO) y posteriormente removida de mi centro de trabajo (Trinidad, Zaachila), con un desprecio preciso hacia mi persona, de tal manera que ni siquiera me dieron el derecho de recoger mis cosas personales y fueron lanzadas al basurero de la escuela donde les prendieron fuego ante la mirada atónita de quienes hasta días atrás eran mis alumnos. Entre empujones y protestas esos jóvenes rescataron dos de mis libros y los llevaron posteriormente a mi casa. Fueron tantos los abusos y vejaciones, que he recorrido muchas veces el precepto Espinoziano: “No lamentar, no reír (he llorado), no detestar, sino comprender”.

 

Persecución mafiosa

La Unidad de Telesecundarias en la figura de Mayra Ligia Fernández Acosta, asestó el golpe final al removerme de mi centro de trabajo, nunca rindió el informe en tiempo y forma, fue obligada a hacerlo por la Defensoría de Derechos Humanos, que dio el fallo a mi favor. Son incontables las veces que he tocado puertas de funcionarios; el mismo Murat en su primera Audiencia Pública; Germán Cervantes cuando era director del IEEPO y luego Delegado de la SEP en Oaxaca; correos escritos a Gilberto Guevara Niebla y Silvia Schmelkes. Nadie hace nada. No me pueden devolver mi espacio de trabajo porque la Sección 22 manda en Oaxaca.

Herida y contusa por la Reforma Educativa, asisto a firmar de lunes a viernes a la unidad de secundarias. Las puertas de las escuelas telesecundarias están cerradas para mi persona por haberme evaluado y obtenido el resultado Destacado. Una firma da cuenta que aún existo. Veinticuatro pruebas presentadas ante la Defensoría de Derechos Humanos y Jurídico del IEEPO, muestran el abuso del Supervisor de la Zona 03 de Telesecundarias y del Director de la escuela, hacia mi persona. El IEEPO guarda silencio, ellos no han sido removidos ni sancionados. En este mundo al revés, a los que obran mal les va bien.

Adjunto a este correo el video del reportaje que realizó CORTV. Después de transmitirse, la Sección 22 lo subió a sus redes sociales, fui señalada injustamente. Varios insultos recibí en la calle y oficinas por parte de los maestros fieles al sindicato. A un año y cinco meses de haber sido removida, nada nuevo ocurre para mí. El panorama con AMLO se ve peor. ¡Cede ante el chantaje de la 22! ¿Debo buscar algún lugar donde irme? ¿Existirá alguno donde pueda laborar sin hostigamiento? ¿A dónde ir cuando se reconoce que el Estado existe a través de sus instituciones, pero éstas están al servicio de quienes violan la ley? ¿El único camino que existe en Oaxaca es pertenecer a un sindicato? ¿No se puede ejercer la educación en libertad?

Reciba saludos cordiales.

Soledad Bautista

 

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