Complicidades peligrosas
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Opinión

Editorial

Complicidades peligrosas

 


Hace poco más de una semana fue detenido en Guadalajara, Jalisco, el dirigente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) en San Pedro Pochutla, quien ha tenido fama de ser un líder de horca y cuchillo. Su nombre: Luis Manuel Vásquez, conocido con el mote de “El Manuelón”. Luego de haber cumplido con la orden de aprehensión y entregado al juez que lo reclama, el inculpado fue recluido en el penal regional de Miahuatlán de Porfirio Díaz. Los delitos que se le imputan son graves: homicidio calificado y otros más. Sin embargo, el jueves 19 de abril, cuando el citado sujeto iba a ser presentado ante el juez para la audiencia correspondiente escapó de quienes lo custodiaban. Se dice que pistola en mano amenazó a sus vigilantes y huyó. Lo anterior develó la posible complicidad de los referidos custodios, lográndose identificar al responsable. Por fortuna, el dirigente de la CTM pudo ser reaprehendido y consignado al penal. Dicha situación develó que en las corporaciones policiales se siguen dando actos de complicidad y corrupción, como el ejemplo del sujeto consignado que, de no haber tenido la ayuda externa, simplemente no se escapa.
Como éste, abundan los casos. He ahí el por qué una de las corporaciones policiales que se ha negado de manera rotunda a la certificación y el examen de control y confianza sea la Policía Estatal.

No se diga las policías municipales. Hay asimismo una negativa tácita para capacitarse. Hay que recordar aquel hecho bochornoso en que estuvo involucrada la Policía Municipal de la ciudad capital, cuando fue detenida una banda de asaltantes, a los que les fue asegurado un botín de más de 700 mil pesos que acababan de robar a unas personas, una de las cuales fue asesinada en pleno Periférico. Todo un misterio fue la desaparición de una importante suma de dinero, dado el manipuleo –sin los instrumentos que mandata la ley al respecto- y la complicidad de los mismos elementos. Por extraño que parezca, no se ha sabido nada del tema. Tal parece que las mismas autoridades se echaron la bolita hasta que el asunto de diluyera. Lo cierto es que también se dio ahí la injerencia de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI). Las corporaciones deben mostrar ante la sociedad que son absolutamente confiables y la primera no dude de sus salvaguardas, pues lo que hemos visto hasta hoy es que hay mucha desconfianza, precisamente por lo que comentamos líneas arriba.

 

SEVITRA: Algo más que denuncias

 

Una nueva vertiente se puso en marcha en la Secretaría de Vialidad y Transporte (SEVITRA): un buzón de denuncias para aquellas personas que sean objeto de malos tratos o servicios de parte del transporte público. Sin embargo, el problema del transporte concesionado en Oaxaca, desde hace al menos una década, va más allá. Se ha convertido en un asunto serio de seguridad. Por ejemplo, el martes 17 de abril, un grupo de taxistas afiliados presuntamente al Sindicato “Libertad”, bloquearon la Fuente de las Ocho Regiones en protesta porque en el Hospital Civil “Aurelio Valdivieso” no habían querido atender de emergencia a uno de sus compañeros. De ese tamaño es la impunidad de estos sujetos. Hace poco más de una semana se dio un enfrentamiento entre grupos rivales que manejan moto-taxis en San Juan Chapultepec, con el saldo de una persona herida, viviendas humildes destrozadas y unidades siniestradas. No obstante las denuncias ciudadanas respecto al ruido de disparos de armas de fuego, ni la Policía Municipal, menos la Estatal, hicieron acto de presencia. Fue al menos dos horas después de los hechos cuando se montó un operativo. La lógica es sencilla: compete al municipio resolverlo y así, cada dependencia “se echa la bolita”.

Ya es común la protesta de tal o cual organización, sindicato o demás, que tienen bajo su control taxis, camiones, moto-taxis. Nadie les pone un hasta aquí. Cualquiera es transportista y asume las funciones de capos de mafia. Que no tenga la mala fortuna un ciudadano común y corriente en tener algún percance con algunos de los llamados foráneos: de inmediato se juntan decenas, lo rodean y lo extorsionan, aunque ellos hayan tenido la responsabilidad en el siniestro. Existe en al ambiente del transporte un entorno de impunidad. Los accidentes son el pan de todos los días. Muertos y heridos por exceso de velocidad y muchas causas más. Pero son sencillamente intocables. Los bloqueos son a menudo como protesta de ciertos grupos, sindicatos u organizaciones, para evitar la circulación de unidades pirata. Pero son los mismos dirigentes quienes alientan a los ilegales a circular. Esta situación se ha convertido en un asunto serio de gobernabilidad. Pero en la SEVITRA parecen preocuparle otras cosas menores, para escurrirle al bulto del verdadero asunto. Lo que debe atender es la regularización y la legalidad de las concesiones y no los lugares comunes.