Eutanasia: El valor de decidir
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Editorial

Eutanasia: El valor de decidir

 


EL IMPARCIAL. El Mejor diario de Oaxaca, a lo largo de sesenta y seis años de servir a los oaxaqueños, ha forjado escuela y ha sido un pionero en la realización de campañas que han calado hondo en los diversos sectores sociales. Recién emprendimos la de “dicotomía”. Y está en marcha otra más con un tema controversial, pero actual: la eutanasia. Si bien es cierto que en México la legislación en torno a este tema está aún en pañales, frente a otros países, también lo es que nuestra campaña es para despertar conciencia en relación a la decisión de familiares de enfermos terminales, de ahorrarle sufrimiento. De hecho se practica, aunque con restricciones en ciertos hospitales y con médicos con ética profesional a carta cabal. La campaña que hemos emprendido contempla la visión de médicos especialistas en oncología y medicina crítica, legisladores, abogados, ministros de cultos e iglesias, especialistas en tanatología, etc., para saber su visión respecto al tema que estamos tratando. Esto es, no se trata sólo de una visión parcial, sino un abanico de opciones y opiniones que normarán el criterio de nuestros lectores respecto a un tema como es el “buen morir”.

La propia etimología lo apunta en su concepción: eu-buen; tánatos, muerte. No es pues en nuestro tiempo ninguna apostasía o herejía plantear ante la sociedad oaxaqueña, una alternativa para terminar el sufrimiento de un paciente, cuando los médicos especialistas han determinado que no hay salvación y que la ruta del enfermo no tiene alternativa. Existen casos de pacientes que son ingresados a determinado nosocomio con muerte cerebral y permanecen en coma meses o años. Los hay asimismo que padecen alguna especie de carcinoma, que ha hecho metástasis, lo que hunde al enfermo en niveles insoportables de dolor. En fin, existe todo un directorio de males que pueden llevar al enfermo a tal nivel de postración que pierde la conciencia del mal, pero también de su propia existencia. Es cierto, en nuestro entorno de fe y creencias religiosas, siempre habrá una esperanza de recuperación, aunque la misma sea tardada. Sin embargo, hay pacientes que no cuentan con seguridad social y el costo de atención hospitalaria es muy oneroso, de tal manera que pueden mantenerlos con vida, cuando la pérdida es irreversible, a sabiendas de que los gastos serán infructuosos.

¿Una percepción mediática?

Cuando las cosas son tan evidentes, como el alto índice de criminalidad que se ha dado en la entidad de un año para acá, es la sociedad la que juzga, por lo cual resulta una necedad salir con barrabasadas, como la que dijo hace unos días en entrevista el titular de la Secretaría de Seguridad Pública, José Raymundo Tuñón Jáuregui, al afirmar que la “percepción de la inseguridad es mediática”. Habrá que recordarle, pues es evidente que desconoce la historia y los acontecimientos en Oaxaca, del que este diario es ha sido espectador de primera fila durante sesenta y seis años, que aquí nadie se chupa el dedo. El martes pasado, sujetos desconocidos ejecutaron al dirigente de la Sección 198 del transporte, de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Wilfrido Sánchez Cruz, en los rumbos de Santa Lucía del Camino, justo en la parte trasera de conocida plaza comercial. La víctima era hermano de Marco Antonio Sánchez, Secretario de Finanzas de dicha central obrera en Oaxaca, quien fue detenido hace al menos cuatro meses y está bajo proceso en el penal de Miahuatlán de Porfirio Díaz. Por la naturaleza del crimen, no se trata de algo común, sino de un hecho que puede traer serias implicaciones de tipo político para la gobernabilidad y estabilidad del estado.

Este caso, como el del médico Luis José Larumbe o del empresario, Pedro Francisco Silva Cancino, ambos asesinados en la Colonia Reforma, no son casos que puedan ser interpretados como “mediáticos”. De la misma forma los crímenes masivos, como la ejecución de ocho presuntos miembros de la banda de “Los Coyunda”, que han creado un clima de terror en la zona oriente del Istmo de Tehuantepec, junto con otras organizaciones criminales locales o los ejecutados, presuntos huachicoleros, que aparecieron la semana pasada en un camino que conduce de El Mezquite a Asunción Ixtaltepec. El asunto sobre el que hemos insistido mucho en nuestros espacios editoriales, columnas y artículos de opinión, es que los responsables de las áreas que tienen a su cargo la seguridad ciudadana, no han hecho su trabajo y se han dedicado a minucias, como es el caso de detener personas ebrias en operativos de alcoholímetro u otras acciones superficiales. Esto es, no han ido a fondo en la materia, que implicaría desplegar operativos para desactivar la comisión de crímenes y otros ilícitos.