Las calles del Centro Histórico de la capital lucieron abarrotadas de oaxaqueños y turistas que se unieron para convivir en unidad y armonía. Catrinas oaxaqueñas inundaron las calles con sus danzas y sus vestidos coloridos. Bajo caminos de cempasúchil desfilaron al compás de sones y jarabes. La muerte fue homenajeada y anduvo entre los mortales. La mezcla de color, olor y baile hicieron posible esta Magna Comparsa. La fiesta estuvo dividida por más de 27 contingentes y 12 bandas de música. La muerte agarró la fiesta y anduvo por las calles de Oaxaca. Las viudas participaron en la celebración de nuestros fieles difuntos. Homenajearon a nuestros seres queridos que se adelantaron a la tierra del Mictlán pero que viven y conviven en nuestros corazones. Los colores y las luces llenaron de algarabía las calles de Oaxaca.