La gestión en cultura incumple expectativas
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La gestión en cultura incumple expectativas

Gestores culturales y artistas coinciden en que falta claridad en la ruta de la Secretaría de Cultura, aunado a cambios abruptos en programas y organismos y ejes que solo quedan en el discurso


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En su comparecencia del 21 de agosto, la gestión de Alejandra Frausto al frente de la Secretaría de Cultura generaba un sinnúmero de cuestionamientos en la Cámara de Diputados del país, por el subejercicio de recursos y la creación de una nómina para el programa de Cultura Comunitaria.

Las críticas al desempeño de la funcionaria federal son similares en Oaxaca, estado en el que algunos gestores culturales y artistas observan una falta de claridad en cómo se invierten los recursos, así como trabas y cambios en organismos que dejan fuera la participación de entes de la sociedad civil. Y aunque consideran positivo el enfoque que se intenta dar en beneficio de pueblos y comunidades indígenas, coinciden en que esto se ha quedado en el discurso.

Este 1 de septiembre, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) da su primer informe, pero en materia de cultura, la administración mantiene un sabor agridulce y la espera de un cambio. Isabel Rojas, directora de OaxacaCine (circuito de exhibición y formación fílmica), expone que en un inicio se dejaba ver una cierta apertura e interés en que cambiaran cosas.

“Pero conforme fue avanzando la administración, noté que no hay una claridad en la manera en que se va a llevar a cabo. (Ha habido) cambios abruptos, de repente algunas convocatorias que estaban abiertas para iniciativas de la sociedad civil cerraron sus puertas, no sólo en el área de cine, sino en todo lo que refiere a proyectos culturales que por años hemos tenido una figura que legalmente nos permitía aplicar a las convocatorias para tener algunos recursos”.

Para Rojas, la política de austeridad y anticorrupción de AMLO ha tachado de corruptas a las asociaciones, sin distinciones. “Fue una decisión muy tajante en donde no hay manera de hacer un análisis más a fondo y esto hace que muchos proyectos valiosos se queden sin la posibilidad de acceder a recursos. No digo que sea algo negativo revisar cómo se destinan los recursos, pero creo que justo en esta decisión abrupta muchas cosas fuera están quedando”.

En la austeridad, la artista oaxaqueña Ivonne Kennedy señala que en el ámbito de la proyección internacional, la plástica no sale ilesa de la política de austeridad. “Es como un slogan del gobierno decir austeridad y entonces no te dan ni para que vayas (al extranjero a exponer tu obra)”, explica, pues aun con recursos propios a veces hay trámites que requieren de paciencia y diplomacia para ver concretada una participación.

AUMENTA LA BUROCRACIA

Tanto Isabel Rojas como Guillermo Quijas-Corzo coinciden en el aumento de burocracia y candados, aunque también prefieren esperar a ver qué pasa con este ejercicio. Esto, luego de que se estableciera que para acceder a los apoyos de programas como Profest las asociaciones tendrían que hacerlo a través de entes gubernamentales o universidades, “como si eso garantizara que el estado, municipio o universidad vayan a hacer toda la transparencia que se requiere. No lo vamos a poner en duda, vamos a pensar que así sería, pero operativamente es algo complicado, si de por sí estas tienen sus propias burocracias y tiempos, ahora ponles encima todo el trabajo administrativo que conlleva ejercer un recurso y con lineamientos que dejan fuera a muchas iniciativas”.

Sumado a eso, Rojas nota afectaciones a festivales como el de Cine de Morelia, que por adeudos del estado de Michoacán les impedía acceder al recurso ganado en la convocatoria.

Tampoco se entienden recortes ni la política comunitaria, añade la directora de OaxacaCine, quien aunque considera buena la atención, nota que se queda en el discurso. “De fondo, no hay algo que permita que se logre”.

“Es muy pronto como para pronunciarse” y calificar a la administración, señala Quijas. Sin embargo, percibe que hay un intento de renovación casi total en la colaboración entre iniciativa pública y sociedad civil. “Es muy pronto para saber si eso funciona y qué resultados van a tener”, explica el director de la Feria Internacional del Libro de Oaxaca. Para quien también encabeza a editorial Almadía, “las cosas van un poco más lenta de lo que todo mundo quisiera”, en especial cuando el gobierno de AMLO arrancaba con varias expectativas.

¿Cuánto más habría que esperar? Quijas prefiere decir que no sabe.

Próxima a realizarse, la Feria Internacional del Libro de Oaxaca fue una de los 89 proyectos seleccionados en junio por el Programa de Apoyo a Festivales Culturales y Artísticos (ProFest), con 3 millones de pesos.

El escritor Juan Pablo Villalobos, autor de Yo tuve un sueño y No voy a pedirle a nadie que me crea, prefiere tomar una postura crítica, propia de la que considera debe de tener un creador, “incluso cuando simpatice con las ideas o proyectos de ese gobierno”.

De ahí que su opinión perciba bien “la idea de respetar la diversidad cultural, lingüística, la de hacer una cultura más inclusiva, menos elitista. Son ideas que en la base suenan, pero en la aplicación han sido confusas y se han dado algunos escándalos”, entre ellas las polémicas del Fondo de Cultura Económica o las becas del Fonca.

Es probable que se trate de malentendidos, ahonda, pero se ha dejado que los rumores se extienden. En junio pasado, justo por la polémica de las becas del Fonca, Villalobos compartía un poema satírico (Becario del Fonca) con comentarios recibidos en Twitter y en el que al final aclaraba que tal pieza había sido creada con apoyo de ese ente, a través del Sistema Nacional de Creadores (2016-2019).

SE HA CONFUNDIDO LA CRÍTICA CON LA DISIDENCIA

En el gobierno de AMLO, y no sólo en cultura, Villalobos percibe “tentaciones autoritarias” que se enmarcan en un contexto de aprobación alta y legitimidad, pero que se confunden con la disidencia.

“Uno puede tener una postura crítica sin que signifique que quiera destruir al gobierno”, subraya. “Yo no soy oposición; no soy panista, Dios me libre; no soy priista, peor aún. Es decir, quiero que al gobierno le vaya bien, pero eso no quiere decir que voy a estar aplaudiendo. Hay que ser críticos, pero esperar que al gobierno le vaya bien porque lo peor que nos puede pasar es que le vaya mal”.

LOS TROPIEZOS DEL FONCA Y DEL FCE

Rojas y Villalobos refieren los tropiezos del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), en los que las polémicas de las becas estuvieron acompañadas de la falta de estabilidad en su dirección. Mario Bellatín, primer titular, renunció a unos meses en el cargo y su lugar fue ocupado por Marina Núñez Bespalova (encargada del despacho). Esta, recién promovida como subsecretaria de Desarrollo Cultural (por la renuncia de Édgar San Juan Maldonado) dejó el sitio a Adriana Konzevik Cabib, como secretaria ejecutiva.

Pero desde el arranque, la Secretaría de Cultura ha sufrido, primero, la incógnita por la dirección en el Fondo de Cultura Económica (FCE), que con un cambio en las leyes permitió el ingreso de Paco Ignacio Taibo. Esto, acompañado de las deudas y problemas en las librerías y programas del organismo (hace unas semanas, cerró una sucursal de Educal en Oaxaca. El Instituto Nacional de Bellas Artes (que dirige Lucina Jiménez) no ha quedado exento de ello, que ya tuvo cambio en su Coordinación Nacional de Literatura.