El centralismo atraviesa al teatro
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Arte y Cultura

El centralismo atraviesa al teatro

Aunque los programas como el de tipo escolar no pretendan nutrir exclusivamente a la escena en las capitales, la tendencia es esa, reconoce Alberto Lomnitz


Cada año, el Programa Nacional de Teatro Escolar escoge una obra ganadora por estado, previa convocatoria. La condición para la compañía beneficiaria del estímulo, que ronda los 400 mil pesos, es ofrecer al menos 60 funciones en un recinto para tal expresión. Directriz que diga que las obras han de presentarse en las capitales de los estados o en la zona centro de éstas, no hay. Sin embargo, circunstancias como la falta de un pago exclusivo para traslados o la carencia de teatros en las comunidades podrían ser razones que lleven a la centralización.

El fenómeno, que también se observa al contar con mayor oferta en las capitales que en otros puntos de los estados, es una tendencia palpable, como lo percibe Alberto Lomnitz, titular de la Coordinación Nacional de Teatro.

“La realidad del país tiende al centralismo”, señala el actor, dramaturgo y director de teatro, quien expone como ejemplo a la Ciudad de México, capital del país que cuenta con mayor oferta y producción que cualquier otra parte del territorio nacional.

“Y luego dentro de los estados tiende a haber más compañías profesionales de teatro en las capitales”.

Pese a esa tendencia, Lomnitz considera que Oaxaca es caso aparte en el aspecto de las compañías, pues los proyectos de renombre no sólo existen en la capital, sino en ciudades distintas a ella. Ejemplo de ello es el Grupo Teatral Tehuantepec, del dramaturgo y director Marco Petriz, quien en noviembre pasado fue reconocido con la medalla Xavier Villaurrutia, en la edición 38 de la Muestra Nacional de Teatro, en León, Guanajuato.

Volviendo a la centralización, Lomnitz explica que, en el caso del Programa Nacional de Teatro Escolar “no hay nada que obligue a que la obra tenga que suceder en la ciudad, pero depende de los grupos que participan”. Respecto a la obra Detective Tacubaya, ganadora de Oaxaca en 2017, y que rebasó el número de funciones requeridas (al alcanzar 100), el funcionario ve un caso especial, en tanto que el formato de la misma permitió que ocurriera en las escuelas y no en un teatro, además de que la decisión de la compañía para ir a comunidades de Valles Centrales y algunas de la Sierra Norte fue, “seguramente, con apoyo adicional”.

La centralización es un tema pendiente, aunque en el último año la coordinación a su cargo ha intentado que proyectos que sólo se habían desarrollado en la Ciudad de México lleguen a otras partes del país.

“A partir del año pasado, en colaboración con la Secretaría de Educación Pública, comenzamos un par de programas piloto que tengo la esperanza que se sigan expandiendo”.

Jóvenes en Escena, que consiste en un concurso de teatro de secundarias, y en el que participan alumnos y docentes, es uno de esos programas que el año pasado se intentó desarrollar en siete estados de la región centro y bajío.

“Es la primera vez que se hace entre muchos estados, se montaron obras de teatro, en que actúan muchachos de secundaria, generalmente dirigidas por algún maestro de la escuela, reciben mucha asesorías de compañías profesionales para la puesta en escena. Para mí, a nivel escolar, es el programa ideal porque no es sólo tener la oportunidad de venir al teatro, sino que lo hace”.

El otro programa es el de Patios Escénicos, con el cual se busca llevar obras de teatro a las escuelas, pero más a nivel municipal y rural.

Junto a estos proyectos, el coordinador destaca la importancia del Programa Nacional de Teatro Escolar, uno que desde hace tres años tiene cobertura nacional y que representa una oportunidad doble. En el caso de muchos estudiantes, explica, los acerca por primera vez al arte dramático. “Muchas veces de aquí nace su gusto por el arte como para el teatro mismo porque es un movimiento básico para la formación de públicos”.

Por otra parte, implica una oportunidad para que las compañías beneficiarias produzcan una obra y la representen, con los pagos correspondientes por su trabajo. Además de que el ofrecer al menos 60 funciones contribuye a la profesionalización.

 

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