Oaxaqueño se probará ante entrenadores de Rayados

El barrio sigue siendo cuna de grandes jugadores que se forjan todos los días en medio de la adversidad, es el caso de Oliver Arellanes Hernández que, con 14 años de edad, se presentará este sábado en las instalaciones de Rayados de Monterrey, para ser observado por entrenadores del equipo de nuevo León, con el fin de ser aceptado.

Esto lo dio a conocer su padre y exjugador profesional del equipo Pegaso de hace más de 18 años Cristóbal Arellanes mejor conocido como “El Crico”, quien dijo que desde su infancia Oliver fue mostrando aptitudes, “he trabajado con él mucho, en técnica y trabajo físico, gracias a esto ha sido campeón en varias ocasiones a lo largo de este tiempo”.

“Pedí a mi amigo Alejandro Assad Morell, que me apoyara para que lo vieran en Monterrey, gracias a sus contactos me recomendó con Pepe Treviño y Carlos Jurado, quienes se mostraron interesados en Oliver, por lo que fue llamado a la capital de Nuevo León”.

Indicó que estarán este sábado en la Sultana del Norte, previo deberá pasar la prueba de Covid-19, una vez superado este trámite podrá ingresar a las instalaciones conocidas como El Barrial.

 “Estaremos una semana allá, esperamos que Oliver se quede que demuestre que en San Martín Mexicapam sigue habiendo mucho talento para el futbol”, dijo.

El zaguero central mide 1.76 metros, nació el 26 de septiembre del 2006, dentro de sus cualidades es muy técnico en los remates, tiene fuerza en su golpeo de balón, va bien por arriba y con buenos trazos.

Además fue parte del proyecto Cantera Joga Bonito que arrancó el año pasado, donde mejoró su técnica y habilidades con el balón, “lo he visto y sé que tiene hambre de triunfo, esto le da más oportunidad de cumplir sus objetivos” dijo.

Cristóbal Arellanes recordó, que él fue parte del equipo Pegaso, que militó a inicios del año 2000 en la Primera División A, fue gracias al apoyo de Alejandro Assad como debutó en la antesala de la Primera División, sin pasar por tercera o segunda división, gracias a la velocidad y gambeta que mostraba el jugador ofensor.

“Debo agradecer a Ignacio Velásquez que durante su estancia en Oaxaca hace más de dos décadas se encargó de apoyar el talento de barrio, en este caso, a mí y a otros amigos a quienes entrenó sin cobrarnos un peso, pues no lo tenías, a Assad Morell, por darme la oportunidad a mí y ahora a mi hijo”, concluyó.