Micky Pérez; todo un crack de Mexicápam
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Micky Pérez; todo un crack de Mexicápam

Integrante de una familia de grandes futbolistas de la agencia municipal de San Martín Mexicápam, su habilidad en el futbol lo llevó a ser considerado todo un prospecto para el profesionalismo


Micky Pérez; todo un crack de Mexicápam | El Imparcial de Oaxaca

Considerado por muchos como uno de los mejores jugadores de futbol en Oaxaca, Miguel Ángel Pérez “El Micky”, asegura que el deporte de las patadas ha sido todo para él, sin embargo, no lo cambiaría por su familia.

Oaxaca se ha caracterizado por contar con buenos deportistas, la historia lo ha mostrado como cundo Chapulineros logró el primer título profesional para el estado en 1993, con una escuadra plagada de jugadores locales.

Mientras esto ocurría, en las categorías infantiles Miguel Ángel Pérez comenzaba a escribir su propia historia, que lo llevaría a estar en Segunda División con Cruz Azul, y a un paso de llegar a la Primera A.

Al respecto, dijo, “recuerdo que mi infancia fue en lo que hoy es la Ciudad de México, era muy pequeño iba con mis hermanos Mario y Agustín, ellos ya jugaban en un equipo allá, yo estaba chico, pero quería jugar, a pesar de que después salía llorando, estuvimos un tiempo por allá, después nos regresamos con mi papá”.

“Ya aquí, me acuerdo que mi papá tenía un amigo a quien le comentó que tenía un hijo, le pidió que me metiera a jugar con su equipo que era Selección Monterrey que participaba en la cancha que estaba junto a la Iglesia de los Pobres en la colonia Reforma”.

El equipo era dirigido por “Nacho Tamales” Ignacio Velásquez, “mi papá me compró mis zapatos de futbol, no dormí esa noche me quedé con mis zapatos, lamentablemente no me metieron, a la siguiente semana sucede lo mismo, a lo mejor porque estaba muy chaparrito, pero mi padre me dijo que me buscaría otro equipo, pero a media semana había un partido pendiente y no llegaron todos los jugadores, vuelve a mi mente cómo voltea Nacho a la banca y al no ver a nadie más me dijo que jugara, terminé metiendo cinco goles y al final le dijo a mi papá, -que dónde me tenía- a lo que él le respondió –tú que no lo metías-“.

Fue en la década de 1990 cuando desapareció el campo de futbol de la Iglesia de los Pobres, y se trasladaron a jugar en el campo que había en el 3er Regimiento de Artillería, (hoy jardín etnobotánico), ahí se le cambio el nombre a Barbas.

Pero al abrir sus puertas la Liga del Instituto Carlos Gracida reaparece el equipo Selección Monterrey, “me acuerdo que jugamos una final ante el equipo Ninjas a quien ganamos, estaba en esa escuadra Lalo Gómez”.

“Gracias al nivel de juego subía a otras categorías, eso me ayudó a aprender meter el cuerpo y a competir con los grandes, logrando con el tiempo a quitarme las patadas malintencionadas”.

Abrió sus puertas Furama 2000, que a finales de los 90´s y principio del 2000, fue escenario de grandes batallas y jugadores en el futbol rápido.

“En ese entonces estaba jugando muy bien, las tablas y los espacios reducidos habían mejorado mí nivel, pero llegó Julio Girón a invitarme a probarme con el equipo de Cruz Azul de Segunda División que había llegado a Oaxaca, fue el profesor Juan Carlos Escalante quien medio la oportunidad”.

Asegura que el equipo ya tenía algunos meses entrenando, con varios oaxaqueños como Rolando Feria, Manuel Carreño, Francisco Ramírez, Lalo Barrón, Toño Villegas, Tulio, Rafa García Irving Barrita Romero Ramírez.

“Hago la prueba a dos semanas de empezar el torneo, no sé, tuve suerte trascendí al primer equipo muy rápido, recuerdo que en el primer juego ya estaba debutando contra Orizaba no se me olvida, estábamos en el vestidor cuando Nacho Flores pone la alineación y me dijo -Miguel vas de lateral por derecha-, de acordarme se pone la piel chinita, ya después estuve en Cruz Azul Hidalgo”.

Gracias a esto Micky era convocado para trabajar con el primer equipo, jugando interescuadras con jugadores como Zepeda, Matute Morales, Sergio Almaguer, Óscar “Conejo” Pérez, también estaba Tomás Campos, Norberto Ángeles, Melvin Brown, “subía con ellos,  no me daba miedo, me tocaba marcar a Zepeda, a veces le ganaba, otras él, pero la salida de Trejo entrenador de mí equipo que se esperaba iría a dirigir a Chivas, y al final no fue así, terminó desprotegiéndome y marginándome de una posible oportunidad en el primer equipo, terminando así mi paso por el balompié de paga”.

Asegura que no tuvo suerte, pues también influye mucho el tener algún promotor, “a estas alturas la verdad no me arrepiento de nada, tengo a mi familia, a mi esposa y mis hijos que no los cambio por nada”.

Ahora Miguel enseña a las nuevas generaciones, “para mí no es difícil enseñarles tengo paciencia en la escuelita trabajo con categorías chicas, es la base, los principios de futbol, es algo muy bonito, la verdad es un trabajo para mí”.

“Gracias al futbol he logrado conocer otros países y más amigos”.

A las nuevas generaciones les pidió trabajar y esforzarse por sus objetivos, que sus metas sean grandes para que las logren cumplir, dijo.