Concluye la gran justa motora de la Carrera Panamericana
Luego de más de 10 días de actividades quedaron muchas cosas para la anécdota en la Carrera Panamericana 2019
Con el arribo de todas las tripulaciones al arco de meta instalada frente a la catedral de esta ciudad, se dio por terminada La Carrera Panamericana 2019.
La victoria fue para el Malditillo que mostró ser imbatible y llegó campeón a Durango. Todo el trabajo realizado por el equipo que respalda a Ricardo Cordero y Marco Hernández, ha valido la pena.
Se dio a conocer que los malos tragos del abandono en 2017 se convirtieron en mieles del triunfo, ya que el binomio festeja su segundo campeonato absoluto en La Carrera Panamericana, ahora en su edición XXXII.
Luego de más de 10 días quedaron muchas cosas para la anécdota ha dejado la Carrera Panamericana 2019, entre ellas el regreso a Veracruz y su paso por Tlacotalpan, así como la tradicional verbena en Tehuacán, Puebla y el arribo a Temazcalzingo en el Estado de México.
Mención merece la llegada a la Ciudad de México en el Palacio de Bellas Artes, punto en el que se reunieron cientos de aficionados.
En la ruta encontramos los tramos de la Sierra de Oaxaca con las curvas que hacen cerrar los dientes al pisar el acelerador.
También destacan los récords nacionales que se batieron en los caminos libres de Morelia en Michoacán y el campeonato en la categoría Histórica A Plus del novato en la panamericana, Enrique Meza Jr., piloto de 18 años de edad y de su copiloto, Christian Coronel, campeón absoluto de la justa el año pasado con Emilio Velázquez.
El primer triunfo de Benito Guerra Sr., y Javier Antista, luego de intentarlo por 16 años, por lo queel Original alzó la corona en la clase Turismo de Producción.
Lo mismo que el binomio de Francisco Díaz y Jorge Porras, quienes se llevaron el título en la Mini Panam Challenge.
El cierre con broche de oro con la llegada a Durango del expiloto de la Fórmula Uno, Emerson Fittipaldi, quien vivió en carne propia los 33.86 kilómetros de adrenalina pura en el Espinazo del Diablo.
Las hazañas personales, el trabajo en equipo y los lazos de amistad que conforman el espíritu panamericano, marcarán sin duda el inicio de la preparación para la edición XXXIII que se antoja tan espectacular como la que hoy termina.
