¿Odias tu trabajo? Así se afecta tu cuerpo por ello
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¿Odias tu trabajo? Así se afecta tu cuerpo por ello

Tu cuerpo es sabio, te envía alertas a través de síntomas para que te des cuenta que no estás satisfecho con tu trabajo, toma nota.


¿Odias tu trabajo? Así se afecta tu cuerpo por ello | El Imparcial de Oaxaca

Todos tienen días malos en el trabajo, pero hay personas que viven días, inclusive semanas muy malas. Días llenos de un estrés debilitante que arruina la salud de quien lo padece.

México ocupa el primer lugar en estrés laboral, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud. Por su parte, la Universidad Nacional Autónoma de México ha informado que “se considera que 85% de las organizaciones en el país son tóxicas, es decir, no cuentan con las condiciones adecuadas para el desempeño de sus trabajadores, no cuidan a su talento humano y promueven diferentes trastornos como el estrés, padecimiento relacionado con la adicción al trabajo, el síndrome burnout, acoso laboral y “presentismo”, entre otros”.

En este sentido, tu cuerpo es sabio. Te envía alertas rojas a través de síntomas para que te des cuenta que no estás satisfecho con tu trabajo, toma nota:

1. No puedes dormir
“Muchas veces, lo primero que escucharemos es acerca de las noches de insomnio”, comentó Monique Reynolds, psicóloga clínica del Center for Anxiety and Behavior Change, a la edición estadounidense de HuffPost.

“La gente dice que no puede dormir o no puede quedarse dormida porque su mente está acelerada. Se despiertan en medio de la noche pensando en su lista de tareas pendientes”. Unas cuantas noches inquietas no es un gran problema, pero si se convierte en un patrón, puede ser una señal de que el estrés en el trabajo se ha vuelto tóxico.

“Si estás constantemente relacionado con el trabajo, eso es una señal de que algo está fuera de balance”, comentó la experta.

2. Tienes dolores de cabeza
Los músculos se tensan para proteger al cuerpo de lesiones. Cuando ves tu lugar de trabajo como una zona de peligro, los músculos se tensarán, de acuerdo con la Asociación Americana de Psicología.

La tensión crónica en el cuello, los hombros y la cabeza puede derivar en dolores de cabeza y migrañas. “El estrés crea síntomas fisiológicos, y eso se manifiesta como dolor”, comentó Reynolds.

3. Tus músculos dolerán más de lo normal
Cuando tu trabajo es tóxico, puedes sentir que estás luchando contra un tigre salvaje en tu escritorio. Bajo una amenaza percibida, el cerebro inundará al sistema con adrenalina y otras hormonas del estrés.

“Nuestros sistemas nerviosos en trabajos tóxicos están constantemente al límite”, de acuerdo con Reynolds. “Estamos anticipando constantemente, listos para reaccionar ante un jefe o compañero de trabajo desagradable”.

Si tus hombros se encorvan y tienes la mandíbula apretada, podría ser una señal de que el trabajo está afectando tu salud.

4. Pierdes interés en el sexo
La falta de apetito sexual es una señal de que odias tu trabajo.
Cómo pasas tu tiempo refleja lo que valoras. Cuando llevas tu trabajo a casa contigo, tus relaciones pueden sufrir las consecuencias.

La Asociación Americana de Psicología señala que cuando las mujeres tienen que lidiar con el estrés profesional por encima de sus gustos personales, puede reducir el deseo sexual.

Para los hombres, este estrés crónico puede resultar en una menor producción de testosterona, lo que a su vez conduce a una menor libido. “Tiene que haber una cierta relajación para permitir que surja la sensación de excitación”, dijo Reynolds.

“Luego está el factor tiempo. La gente dice que no tiene suficiente tiempo para tener relaciones sexuales”.

5. Tu salud mental empeorará
Reynolds señaló que el aumento del estrés puede exacerbar los problemas de salud mental existentes.

Si sientes que tu jefe siempre está tratando de atraparte, tu salud mental paga un precio. Un análisis de 2012 de 279 estudios vinculó las percepciones de la injusticia organizativa con las quejas de salud de los empleados, como comer en exceso y la depresión.

E. Kevin Kelloway, investigador de la facultad de Psicología de Salud Ocupacional en la Universidad de St. Mary’s, en Canadá, comentó que un trato injusto en el trabajo puede causar un estrés excesivo.

“La injusticia es un factor estresante particularmente tóxico porque golpea en el centro de lo que somos”, dijo y agregó: “Cuando me tratas injustamente, atacas mi dignidad como persona, diciendo esencialmente que no merezco un trato justo o que me traten igual que a los demás”.

6. Te enfermas más de lo normal
Tus constantes resfriados pueden estar relacionados a tu trabajo tóxico.
Si sientes que tienes más resfriados de lo normal, considera culpar a tu trabajo sobre eso. Investigaciones han mostrado que el estrés crónico puede comprometer al sistema inmunológico, haciéndolo más susceptible a las enfermedades.

7. Te cansas muy fácil
La fatiga es un cansancio profundo que ni la siesta ni dormir el fin de semana más tiempo puede curar.

Kelloway señaló que “no hay una manera determinada de que las personas reaccionen ante un lugar de trabajo tóxico”, pero dijo que la fatiga está en el rango de los síntomas físicos que los empleados pueden sentir.

Los trabajos tóxicos pueden crear un ciclo que nos drena, dijo Pfeffer. “Te sientes abrumado, porque trabajas demasiado y trabajas demasiado porque te sientes abrumado”, dijo.

8. Tu estómago te lo cobra
La indigestión, el estreñimiento y la hinchazón pueden asociarse con el estrés, porque el estrés afecta lo que digiere el intestino y también puede cambiar nuestra bacteria intestinal, que a su vez afecta nuestro estado de ánimo.

Es por eso que puedes experimentar dolores de estómago cuando estás molesto, según Kelloway, quien experimentó esto en un trabajo tóxico. “Alrededor de seis meses comencé a notar que todos los domingos por la tarde presentaba un dolor en el estómago. No era el síntoma sino el momento (justo cuando estaba empezando a pensar en lo que tenía que hacer el lunes por la mañana) lo que me alertó a la conexión con el trabajo”, contó.

“Todos los síntomas desaparecieron cuando dejé el trabajo y pasé a otra cosa”.

9. Tu apetito cambia
El apetito está estrechamente vinculado al cerebro. El departamento de salud de Harvard ha informado que con un estrés agudo, tendrás una lucha que libera adrenalina y esto provocará en tu cuerpo que suprimas la digestión para enfocarse en salvarse de algo peligroso percibido.

Sin embargo, bajo el estrés a largo plazo, las glándulas suprarrenales de tu cuerpo liberan y forman cortisol, una hormona que puede aumentar el hambre. Cuando tu trabajo está causando angustia emocional a largo plazo, lo más probable es que recurras a la comida para tratar de suplir esto.

Harvard también informó que comer alimentos azucarados puede mitigar las respuestas y emociones relacionadas con el estrés, por lo que a menudo se los considera alimentos reconfortantes, pero ese es un hábito poco saludable que debes evitar.

¿Qué puedes hacer para combatir esta situación?

Toma descansos:
Después de que tu cuerpo esté en alerta máxima para defenderte de demandas irrazonables y malos jefes, debes darle tiempo libre. “Cuando no le damos a nuestro sistema nervioso la oportunidad de relajarnos y reiniciarnos, comienza a causar daños a largo plazo”, explicó Reynolds. La compañía fuera del lugar de trabajo, meditar y el ejercicio pueden ayudar a compensar los síntomas del estrés.

Replantea tus pensamientos negativos:
Uno de los principios de la terapia conductual cognitiva es que la forma en que piensas puede cambiar la forma en que sientes. “No es posible que todos cambien de trabajo, pero podemos concentrarnos en la situación que podemos controlar”, recomendó Reynolds. Podemos usar la atención plena para gestionar nuestra inútil reflexión sobre cómo fue la presentación o sobre lo que nuestros colegas piensan sobre nosotros.

Renuncia:
Todo esto puede ser una señal de que necesitas un nuevo trabajo. Jeffrey Pfeffer, profesor de comportamiento organizacional en Standford, dijo que las largas horas de trabajo, la falta de autonomía, la programación incierta y la inseguridad económica en el trabajo son factores que contribuyen a un entorno laboral tóxico que los empleados deben dejar atrás, no solo hacerles frente. “Necesitas solucionar el problema subyacente, no lidiar con los síntomas”, dijo.


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