Obesidad en niños se relaciona con bacterias en el estómago: especialistas
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Obesidad en niños se relaciona con bacterias en el estómago: especialistas

La investigación se denomina “Genética de la obesidad en la infancia y la adolescencia”.


Obesidad en niños se relaciona con bacterias en el estómago: especialistas | El Imparcial de Oaxaca

Científicos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) de México, encontraron evidencias de que las bacterias “megamonas”, “bacteroidetes” y “firmicutes”, alojadas en el tracto digestivo, pueden estar vinculadas con la obesidad en niños mexicanos.

“Mediante un estudio, pudimos constatar que existe un desbalance de las bacterias, es decir, que estos microbios abundan en el tracto digestivo del niño que padece obesidad en comparación con los menores que se encuentra en su peso ideal”, afirmó el investigador del Cinvestav, Jaime García Mena.

El experto comentó que estos hallazgos forman parte de la investigación “Genética de la obesidad en la infancia y la adolescencia”, un proyecto que atiende una epidemia que existe en México, cuya frecuencia es más notoria en los niños.

Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México tres de cada 10 niños padecen obesidad, la enfermedad crónica está más presente en los varones con un 18 por ciento, mientras que en las niñas se presenta en un 12 por ciento.

García Mena, adscrito al Departamento de Genética y Biología Molecular del Cinvestav, explicó que las bacterias forman parte de la herencia genética que los padres y la familia heredan a los menores desde su nacimiento.

“Además de las razones genéticas de los cromosomas que explican la obesidad, encontramos que existe otro aporte que se refiere a el papel que tienen las bacterias alojadas en el tracto digestivo de los niños para favorecer la obesidad”, resaltó el científico.

En el intestino humano habitan entre un billón y 100 billones de microorganismos de más de 800 especies distintas.

Estos microorganismos pueden llegar a pesar hasta 2 kilogramos y sobrepasan en número a todas las células humanas que constituyen a una persona.

“En los niños que hemos estudiado, de entre 5 y 12 años, existe un género de bacterias llamadas ‘megamonas’, mismas que son abundantes en los pequeños con sobrepeso y obesidad”, apuntó.

El protocolo de investigación se realizó a través del Departamento de Genética del Cinvestav, en colaboración con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto Nacional de Salud Pública, unidad Cuernavaca.

En el estudio fue posible observar a 563 niños participantes, de los cuales el 55 por ciento presentó problemas de obesidad y sobrepeso, y el 43 por ciento reportó condiciones normales de peso y talla.

Asimismo, García Mena aclaró que la mayoría de los microbios que se alojan en el intestino provienen de los alimentos, del agua y del medio ambiente en el que se desarrollan los menores.

“Las bacterias son transportadas en el aire, en el agua, en alimentos de consumo común entre los mexicanos, mismas que, al entrar en el cuerpo humano, proliferan”, detalló.

Asimismo, García Mena advirtió que si los niños comen más carbohidratos, más cárnicos, azúcares simples y almidones, tienen una influencia directa en las bacterias que favorecen el desarrollo de la obesidad.

“Ahora, la alimentación de los niños se compone de comida rápida o comida chatarra y se va olvidando el consumo de frutas o verduras, con la mala alimentación y la falta de ejercicio se ha visto un aumento en la obesidad”, advirtió.

Ante este panorama, el especialista en biología sostuvo que la mejor manera de combatir la obesidad en niños es prevención e intervención de médicos calificados que orienten a los padres sobre la dieta que ayude a reducir la proliferación de bacterias relacionadas a este padecimiento.

“Se requiere de una intervención alimentaria seguida por profesionales de la nutrición y supervisada por los médicos, la cual puede cambiar el rumbo de los próximos adultos en México, porque dependiendo de cómo se cuide lo que ingiere el niño, se van a generar o no estas bacterias”, destacó.

De acuerdo con García Mena, la parte de la genética no se puede cambiar, sin embargo, la información que da este tipo de investigaciones sienta las bases para poder actuar.

“Es urgente cambiar la dieta e influir para que los niños mexicanos se alimenten adecuadamente y generen bacterias favorables en niños sanos y no en niños con obesidad”, sostuvo el especialista del Cinvestav.


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