La eutanasia, un fantasma en los hospitales de Oaxaca
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La eutanasia, un fantasma en los hospitales de Oaxaca

Sin un marco jurídico y como un fantasma, ronda en los pasillos de los hospitales y en la mente del personal médico el tema de la eutanasia.


La eutanasia, un fantasma en los hospitales de Oaxaca | El Imparcial de Oaxaca

Sin un marco jurídico y como un fantasma, ronda en los pasillos de los hospitales y en la mente del personal médico el tema de la eutanasia.

La eutanasia se conoce como “la acción u omisión que acelera la muerte de un paciente desahuciado, con su consentimiento, con la intención de evitar sufrimiento y dolor”.

La práctica médica que es utilizada en otros países está asociada al final de la vida sin sufrimiento, así se define desde su concepción, misma que es negada por unos y aceptada por otros.

El solo pronunciamiento de este término divide al personal de los hospitales y aunque reconocen la importancia de llevar el tema a la discusión, sigue siendo un tabú.

En tanto, para la Asociación Médica Mundial (AMM) este hecho es “el acto deliberado de poner fin a la vida de un paciente, aunque sea por voluntad propia o a petición de sus familiares, contrario a la ética.

Es la ética médica la que no permite al profesional de la salud respetar el deseo del paciente de dejar que el proceso natural de la muerte siga su curso en la fase terminal de su enfermedad”.

​La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que la eutanasia activa es “el homicidio intencional de aquellos que han expresado, de manera libre y con competencia plena, el deseo de ser ayudados a morir”. En este mismo apartado también se incluye al suicidio asistido profesionalmente y la muerte intencional de los recién nacidos con anomalías congénitas que pueden o no ser una amenaza para la vida.

De acuerdo con los textos, este acto puede ser pasivo o activo, así como de una acción indirecta que viene a ser un largo proceso para ayudar al bien morir.

No existe un marco jurídico

Los médicos coinciden que en México este hecho no está permitido, por lo cual, no se practica; lo consideran necesario, únicamente en algunos casos, cuando los mismos pacientes lo solicitan.
Según la directora del Hospital de la Niñez Oaxaqueña Guillermo Zárate Mijangos, Rocío Arias Cruz, a este nosocomio acuden menores con patologías muy graves, con cuadros de salud complicados y la atención médica se les ofrece como un acto humano y obligatorio.

“No podemos dejar a un niño o niña sin sus medicamentos o sin las atenciones, porque sabemos o diagnosticamos que morirá. Se hace todo lo posible para que vivan”, refirió.

La formación en la atención con calidad humana, así como en un trato digno a los pacientes, les hace rechazar la eutanasia a los profesionales de la salud.

Se requeriría una legislación para que en el país se realice esta práctica, sin embargo, el tema deberá ser analizado con mucha seriedad y responsabilidad, señaló la doctora.

“Hay quienes piden dejarlos morir”

En una ocasión, familiares de un paciente con traumatismo craneoencefálico, pidieron a médicos y enfermeras del área de Cuidados Paliativos del Hospital Civil, dejar morir al hombre por el sufrimiento y desgaste que representaba su internamiento.

“Yo no estudié para eso, nos prepararon para salvar vidas”, expresó la jefa de la clínica de Cuidados Paliativos y Tanatología del Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso, Rosario Serret Valdés.

La enfermera especialista tiene contacto con los pacientes más graves, aquellos en etapas finales de cáncer mamario, cervicouterino, con males crónico-degenerativos, insuficiencia cardiaca, afectaciones renales, hipertensión arterial, así como quienes padecen un accidente cerebro vascular.

“En varias ocasiones, los pacientes y sus familiares nos piden ayudarlos a morir, pero nosotros no podemos actuar de esa manera, ni las enfermeras ni los médicos”, expuso.

Desde la concepción de su profesión, su lema es salvar vidas no quitarlas y eso sigue al pie de la letra, aunque el costo de un paciente sea alto, desde lo económico, el desgaste físico y las dificultades familiares que la abrazan.
Desde el espacio de Cuidados Paliativos, el personal trata de calmar, mitigar, controlar, más no sanar a los pacientes.

“Lo que hacemos es que estén lo más cómodos, con el menos dolor posible y así enfrenten sus últimos días; suministrando los analgésicos, calmantes y el medicamento necesario para que estén estables”, dijo Serret Valdés.

Esta área se compone por personal médico, de psicología, trabajo social, entre otros, cuyo fin es dar seguimiento a los pacientes y conocer su evolución. Cierran la carpeta cuando tienen la noticia de que el enfermo o enferma, falleció.

En Cuidados Paliativos atienden al menos a siete personas al día, a cuyos familiares les entregan todas las indicaciones para evitar complicaciones e ir ganándole a la muerte.

De los siete pacientes que son atendidos, un porcentaje menor lo representan quienes ya están desahuciados, en espera del momento del momento final y solo dependen de un tanque de oxígeno o del suministro de un medicamento.

Por otro lado, la enfermera explicó que la tanatología se trata de una atención importante porque prepara a los familiares para el duelo, en el momento de perder a alguien, o cuando un paciente fue amputado de alguna de sus partes.

“Son áreas indispensables en el hospital”, mencionó la enfermera.

Pese a que diario ven casos difíciles y de mucho sufrimiento, Serret consideró que no pueden permitir que una persona muera por acción u omisión.


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