Las cenizas de los tres jóvenes que murieron en un encontronazo en la carretera costera el sábado pasado fueron esparcidas en el mar en la Playa Zicatela. Los surfistas Óscar Moncada y Diego Oropeza, así como Waldo Gómez, artista del tatuaje, fueron despedidos en una ceremonia especial que acostumbran los surfistas en todo el mundo.

El dolor y la tristeza continúan a flor de piel en este destino turístico a raíz de la fatídica muerte de los tres hijos de Playa Zicatela, como fueron bautizados. Los padres de los tres jóvenes, con notable dolor e inconsolables, apuntaron que es al mar donde pertenecieron siempre.

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La ceremonia inició a las 17:00 horas del martes. La Playa Zicatela fue testigo del dolor de familiares, amigos y conocidos, quienes lloraban la partida.

Se instalaron altares en honor a Óscar, Diego y Waldo. Al pie se podían ver infinidad de arreglos florales, pero sobre todo, tablas de surf. Se reunieron quienes practican este deporte, veteranos, novatos y jóvenes expertos en este deporte extremo. Se escuchaban plegarias por el descanso eterno de los homenajeados.

Familiares y amigos más íntimos dijeron algunas palabras de despedida y agradecimiento por tantas muestras de cariño. Las palabras de los dolientes fueron pocas.

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Su dolor no les permitió abundar sobre su sentir. Sus amigos, con palabras entrecortadas e interrumpidas despidieron a quienes fueron sus camaradas de aventuras sobre las olas y las fiestas que como jóvenes acostumbraban.

Finalizada la ceremonia en tierra, los más de 200 surfistas se hicieron a la mar a bordo de sus tablas para acompañar a la familia a esparcir las cenizas de sus seres queridos, los familiares se trasladaron en lanchas para participar de manera conjunta con los deportistas dentro del agua.

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Ahí esparcieron las cenizas de Óscar, Diego y Waldo, entre llanto, aplausos, gritos y chasquidos de agua de los surfer.

Los jóvenes acaecidos fueron despedidos y casualmente tres aves sobrevolaron, provocando grandes emociones y algarabía. Aseguraban que eran los tres amigos despidiéndose de todos ellos. Las lágrimas no cesaban.

El peritaje

El reporte de la Policía Federal indica que el conductor del auto compacto iba a poco más de 150 kilómetros por hora, invadió carril opuesto y se impactó contra el vehículo de tres toneladas que venía de frente.

El chofer del camión salió negativo de sustancias tóxicas y está hospitalizado en Huatulco con vigilancia policiaca, aunque su situación jurídica no requiere prisión preventiva.