“Nadie me ama”: los últimos minutos de vida de un niño antes de ser asesinado por sus padres
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Policiaca

“Nadie me ama”: los últimos minutos de vida de un niño antes de ser asesinado por sus padres

¡Video! El menor de 6 años, era sometido a torturas y maltratos


“Nadie me ama”: los últimos minutos de vida de un niño antes de ser asesinado por sus padres | El Imparcial de Oaxaca

Arthur Labinjo-Hughes era un niño de solo 6 años que el 17 de junio de 2020 fue asesinado por su padre, Thomas Hughes, y su madrastra, Emma Tustin, en West Midlands, Reino Unido. Sin embargo, no fue sino hasta esta semana fue que esta historia se conoció en todo el mundo, luego de que se filtrara un video que está siendo utilizado por el Tribunal de Coventry Crown como prueba del maltrato al que era sometido el menor.

En la grabación, que dura un poco más de dos minutos y que se habría realizado el 16 de junio de 2020, horas antes del homicidio del menor, el pequeño aparece bastante agotado, tratando de levantarse del suelo mientras que, con un notable dolor, intentaba recoger su cobija y almohada. Luego de colocarse sobre sus pies, empieza a caminar de un lado a otro hasta que sale del cuarto en el que se encontraba, cojeando y notablemente triste.

Ya fuera de la recamara, se escucha cómo a lo lejos el niño empieza a gritar en varias ocasiones: “Nadie me ama” y “Nadie me va a alimentar”. Justo en ese momento finaliza el video.

Las imágenes del pequeño Arthur y sus gritos de tristeza y desconcierto sacudieron las vidas de los espectadores que observaron el video, muchos preguntándose qué era lo que habían hecho los padres para que el niño mostrara tanto dolor, pero luego se conocería lo peor.

De acuerdo con lo relatado por el diario Daily Mail, los padres habían sometido al niño a vejámenes físicos y psicológicos durante varios meses. El menor era aislado por días completos en su habitación y obligado a dormir en el suelo solo con una manta y una almohada, casi siempre después de un día agotador en el que lo obligaban a estar de pie por al menos 14 horas seguidas.