A propósito del Colegio Rébsamen
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Toltecáyotl

A propósito del Colegio Rébsamen

 


El terremoto del 19 de septiembre desnuda nuevamente nuestra triste realidad, estamos gobernados por personas torpes, limitadas y muy corruptas. Pareciera que 32 años pasaron en vano. Años y años de “simular” que nos preparábamos con “simulacros” para otro terremoto. O sea que, “simulábamos simulacros”. En efecto, como todo en el gobierno (en los tres niveles) es simular, aparentar, engañar al pueblo.

Los “funcionarios”, no son, las personas expertas y preparadas para la responsabilidad del alto cargo y la gran responsabilidad. No, desde Hernán Cortés hasta la actual administración, es “apoderarse del gobierno con una camarilla de cuates”, para el beneficio personal, del grupo y del partido. Más nada. Simular y aparentar que se hace y no hacer nada. De que sirvieron 32 años de simulacros y toneladas de dinero, si a la hora del terremoto pasó lo mismo que hace 32 años. Fue el pueblo el que rescató al pueblo.

El mayor número de personas rescatadas de los escombros se dio en las primeras 24 horas, después, después llegó el gobierno, la burocracia y la fuerza pública. Órdenes y contra órdenes, uniformes contra uniformes ganado la “notoriedad noticiosa”. Los políticos como chacales sacando ganancia política de la desgracia del pueblo. Las televisoras y los medios en general, alimentando el morbo en vez de informar; y hasta televisa, haciendo un show con el rescate de una inexistente niña. Nadie toca los temas importantes: Por qué, la incapacidad como Estado para enfrentar un terremoto, por qué, la descoordinación oficial, por qué la ineptitud burocrática, por qué, se atentó contra los derechos humanos de las víctimas, por qué, el mal trato y hasta la represión violenta por granaderos. Por qué, no hay atención debida a los damnificados, por qué, no se habla de las responsabilidades oficiales, de los constructores, de los “empresarios” que usaban edificios de apartamentos como factorías, y edificios de oficinas que no estaban diseñados para el número de personas que laboraban en ellos. Dónde están las responsabilidades legales, por qué tanta corrupción de unos y otros que causó tanta muerte.

En Oaxaca se necesita que se venga abajo el Edificio Montajes o que se derrumben las bardas y restos de casas, que irresponsablemente están a la espera de que “el tiempo las tire”; para que el gobierno asuma su responsabilidad legal.

Pero el punto, en esta entrega, amable lector, son “los negocios” que se han montado en torno a la educación. Nichos de explotación laboral, de fraude educativo, y de alto riesgo para los alumnos y personal que trabaja en estos “centros de estudio”, que no cuentan con las instalaciones exprofeso, las medidas de seguridad requeridas y la capacitación necesaria en materia de protección civil, especialmente en zonas de alto riesgo telúrico. Muchos de estos “negocios” funcionan en casas habitación, en otros casos, las edificaciones no tienen las medidas constructivas necesarias por el riesgo de ser espacios en donde pasan muchas horas menores de edad.

La explotación laboral en algunas escuelas privadas es alarmante, no existen prestaciones mínimas que marca la ley, a los padres les debería de interesar este punto, porque esos “empleados”, son los que “educan” a sus hijos. Muchos jardines de niños no tienen las instalaciones adecuadas y seguras, además de que el personal no está capacitado para contingencias.

Ante las desgracias de los últimos sismos, es claro que la corrupción, la irresponsabilidad y la voracidad siguen provocado muchas víctimas. En Oaxaca, por años, no se le ha dado mantenimiento a la alerta sísmica. En Oaxaca tenemos un experto a nivel internacional en protección civil, me refiero al Ing. Luis Wintergerst Toledo, de Ciudad Ixtepec, que fue, 12 años, director de Protección Civil en la Ciudad de México, y quien ha desarrollado un software para atender, de inmediato, desde todo el gobierno estas contingencias. Me consta que él, ofreció asesoría gratuita, y los encargados de tan alta responsabilidad en el gobierno pasado, lo ignoraron totalmente, “porque les hacía sombra”. Así responde la gente inexperta y prepotente en el cargo. Esta es nuestra realidad. Las tragedias no las hace la Naturaleza, las produce la irresponsabilidad y la corrupción.

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