Ucrania y el batallón mermelada (parte uno)
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Toltecáyotl

Ucrania y el batallón mermelada (parte uno)

 


Estaban por entrar los ejércitos norteamericanos a la Ciudad de México, donde izarán su pendón en la asta bandera del Palacio Nacional, durante un año. Los jóvenes de la alta sociedad, los ultra conservadores, se preparaban para defender heroicamente con su vida la patria. Sin embargo, entraron en formación ordenada los batallones norteamericanos y nadie los atacó. El batallón de los fifís no pudo defender la ciudad, debido a que los sastres no les entregaron sus bellísimos uniformes rojos, por los que el pueblo los llamó, el batallón mermelada.

Algo así les sucedió a los nazis fascistas que tomaron el poder en Ucrania y comandados por un comediante, un Brozo de esas latitudes, se dedicaron a atacar a las dos regiones rusófilas Donetsk y Luhansk, que, desde el golpe de Estado en 2014, orquestado por la CIA, han sido atacadas por el gobierno y el ejército de Ucrania por tratar de independizarse de los nazis en el poder, con más de 14 mil muertos por los bombardeos ucranianos. En estos 14 años de genocidio la prensa Occidental guardó silencio y las personas bien intencionadas y desinformadas, no dijeron nada en las redes.

Los acuerdos de Minsk, fueron firmados por Ucrania y Rusia, en el que se comprometía Ucrania a respetar a los ochocientos mil rusos que viven en esas regiones. Sin embargo, Los nazis de Ucrania en el gobierno, creyendo que tenían el apoyo incondicional de E.U., la OTAN y Europa, violaron los acuerdos de Minsk sistemáticamente, para provocar al oso ruso.

En el centro de este conflicto está el cerco con misiles nucleares que E.U. prende colocarle a Rusia en sus fronteras y el gas Ruso. Desde la caída de la URSS, la CIA ha ido avanzando, prometiendo a los países que antes eran parte de la URSS, integrarse a la economía europea y gozar de los privilegios de ser ciudadano de la Comunidad Europea, el sueño del “American life”. Lo que pretende E.U., es crear una guerra en Europa, que impida que el gas ruso llegue a Alemania y surta a toda Europa, no solo para la industria, sino los ocho meses que los europeos lo necesitan en sus casas y trabajos por el frío. Tanto está presionando E.U. a Alemania, que siendo socia de Rusia en el nuevo gaseoducto Nord Stream 2, que pasa por el Mar Báltico, directo de Rusia a Alemania y que ya está terminado, pretende que Alemania rompa el acuerdo y dependa de las empresas de E.U. Los rusos por su parte, se vieron obligados a detener el avance de E.U. a través de sus fantoches nazis ucranianos, que no iban a parar hasta desatar una guerra de mayores proporciones. El oso ruso dio el zarpazo y E.U. y la OTAN dejaron solos a los nazis y China se declaró solidaria en el conflicto con Rusia.

Los medios Occidentales dan su versión pro E.U. de los hechos, y tratan de poner a Rusia como una agresora. Es interesante ver como la multimedia puede mover la opinión pública mundial. La gente no sabe nada del conflicto, pero señala a Rusia como el agresor. Pero los números y la historia nos dicen otra cosa. En los 246 años de vida de E.U., solo 21 años han estado en PAZ. Una economía que vive de quitarle al prójimo para mantener una vida cómoda, que no ganan con el sudor de su frente y sus recursos naturales. E.U. produce el 24.5 de la riqueza del planeta, pero gasta el 60% de ella, la diferencia es producto del despojo, y un millón de solados en el extranjero en más de 700 bases militares, explica esta injusta relación, ya que, en los últimos 70 años, los E.U. han participado en 139 conflictos bélicos. E.U. gasta la mitad del presupuesto anual de armas en el mundo, la otra mitad la suman los demás países, incluida Rusia, China, Alemania, Inglaterra, Francia, etc. E.U. basa su economía en la guerra y en el despojo a través de sus empresas, bancos e instituciones financieras supranacionales.