Golpe de Timón
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Opinión

Tamiz de realidad

Golpe de Timón

 


El cambio que necesitaba la discursiva occidental hace su esperada manifestación. Se perfila como el primer dominio en un efecto respecto del cual los Estados y, sobre todo, los migrantes buscan beneficiarse.

Tras rendir protesta y proclamar el juramento constitucional, el nuevo presidente Biden fue cuidadoso en su discurso inaugural. El llamado a la verdad –extraño a los perfiles posmodernos– retoma su papel como directriz política. La explotación de los resentimientos sociales echó raíces difíciles de erradicar, tanto en ese país como en otros referentes latinoamericanos. El discurso se convirtió en mensaje: la verdad en la democracia debe prevalecer hoy y siempre. 

Sin demora, el mandatario estadounidense firmó una serie de órdenes ejecutivas que sientan las bases de las ambiciones del periodo. Entre las más destacadas se encuentran las relativas a la nueva política migratoria que será puesta en marcha en beneficio de miles de familias migrantes en el país que han sufrido las repercusiones de una tajante y desconsiderada avanzada conservadora. Modificó el supuesto que destina recursos públicos al muro y dictó instrucciones para fortalecer el programa DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia). 

Se trata de órdenes de cumplimiento inmediato que trascienden al actuar de toda la administración pero que sólo son los primeros pasos en una estrategia jurídica de reforma de la política migratoria. Para realizarla plenamente y que pueda ver la luz de la vigencia, el nuevo mandatario deberá conciliar las mayorías en el congreso. Su proyecto pretende proporcionar caminos diligentes a la ciudadanía, mejorar los filtros fronterizos, reducir el impacto del programa “permanecer en México” y brindar apoyo a Sudamérica para la protección de sus migrantes.

México aplaudió el vigor de la iniciativa. Nos encontramos ante un cambio de paradigma diplomático pues, a pesar de las acostumbradas sonrisas al vecino indispensable, ahora sabemos que existe un entendimiento y empatía de las crisis humanitarias en su integralidad. Lamentablemente, no se tratará de una prosperidad unilateral. La mejora en las relaciones y en los actos colaborativos dependerá de nuestro empeño en hacer honor a los compromisos asumidos: el apego absoluto a los tratados celebrados y el mantenimiento de cortesías diplomáticas. Difícil panorama que hoy resiente los estragos diplomáticos de la violación al tratado de asistencia legal a causa de la divulgación del expediente integrado contra el extitular de la SEDENA. Pende del hilo del entendimiento que una nueva política en materia humanitaria actualiza la respuesta de nuestras autoridades fronterizas. La premisa fundamental de respeto irrestricto a los derechos humanos en nuestra frontera sur fue desobedecida sistemáticamente durante la pasada administración estadounidense en virtud de una posible pero reprobable sumisión política.

Dicha epifanía cobra la mayor relevancia de cara a los grupos de migrantes hondureños que, en los primeros días de este nuevo año, se han enfrentado en Guatemala con las autoridades, presagiando la convicción de su avance hacia el norte. Se ha comunicado la adopción de medidas de refuerzo a la vigilancia en la frontera chiapaneca y el estado de alerta de las autoridades migratorias mexicanas. Nuestras habilidades de aplicación de la ley y de respeto a los principios del Derecho humanitario serán puestas a prueba nuevamente y no por última vez.

Estos próximos escenarios siembran la reflexión sobre la relación entre el Derecho y la política. Es innegable el estándar de derechos humanos que debe prevalecer en todo acontecimiento de contacto fronterizo, pero la realidad diplomática parece querer contrariar los imperativos de nuestras administraciones públicas. Si llega a ser entendido que la dinámica discursiva, en ambos lados de la frontera, debe supeditarse a los valores humanitarios, podremos hacer valer el orden jurídico con entera dignidad ante la comunidad internacional.

*Estudiante de la carrera de abogado en la Escuela Libre de Derecho.

Twitter: @richievidales