Por qué desechar productos chatarra
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Por qué desechar productos chatarra

 


Las Jornadas de Educación Integral para el Bienestar Familiar, puestas en marcha por el ayuntamiento de Oaxaca de Juárez, están apenas en su fase inicial en algunas agencias municipales donde se están promoviendo actividades como gimnasia, pláticas sobre nutrición y enseñanza de terapias para que las personas puedan conocer y adoptar estilos de vida saludables.

No hay nada nuevo bajo el sol, como solemos decir, porque  existe la percepción de que muchas cosas que consumimos actualmente nos hacen daño y aunque sabemos que nos afectan lo seguimos llevando a la boca.  Se nos hace difícil modificar nuestros hábitos alimenticios y lo peor del caso  es que nos estamos alejando cada vez más de la naturaleza y sus productos nutritivos.

Sin restar la importancia que tienen las farmacias en los tiempos actuales, el terapeuta Miguel Ángel Ortega Castro sostiene que la salud y su recuperación está en el campo, en los productos naturales y en los mercados públicos donde podemos encontrar lo que nuestro cuerpo necesita para mantenerse sano; entonces tenemos que volver la mirada hacia ese sector si queremos disfrutar de una buena  salud. Llevemos a nuestras mesas más verduras y frutas frescas, así  como  semillas para completar  la dieta cotidiana y desechar en definitiva los innumerables productos procesados, azucarados.

En su charla el viernes pasado  con los vecinos de Pueblo Nuevo, Centro, dentro de estas jornadas, señaló que las personas se enfrentan ahora  a formas de vida que les generan enfermedades por el consumo de productos nocivos, los  que contienen grasa saturada, sobre todo de origen animal que se convierten  en problemas graves de metabolismo y surgen la diabetes, la hipertensión, el sobrepeso, los problemas cardiovasculares, que son precisamente la factura que pagamos por ignorancia o negligencia.

Ortega Castro se refirió también a factores externos que nos estresan como la cuestión económica y la inseguridad social, que nos hacen vivir en una actitud defensiva. Se habla ahora de  estrés social, estrés climático, estrés laboral, lo que nos hace pensar en  la necesidad de decidir por un nuevo estilo de vida que nos permita vivir en equilibrio con nosotros mismos y el entorno.

Por su parte, el doctor Rosendo Avendaño López, al disertar el sábado pasado en la biblioteca municipal de Santa María Ixcotel sobre la Salud y alimentación: el secreto de la longevidad, dijo que nuestro país ocupa el segundo lugar en obesidad en adultos y el primer lugar en obesidad infantil a nivel mundial, con la gama de enfermedades que está desencadenando, como el infarto agudo al miocardio en pacientes jóvenes, cáncer a todas las edades, alergia, asma, trastornos conductuales, que deberían encender los focos rojos del sistema de salud, principalmente en una inversión en materia de prevención.

Sin embargo, no hay esa reacción oficial. El representante de la Asociación Cultural por la Buena Salud manifestó que los médicos son formados en las universidades para tratar enfermos y conocer las diferentes enfermedades y sus respectivos tratamientos, pero poco o casi nada se les enseña sobre prevención y nutrición, cómo educar y reeducar a los pacientes para hacerlos responsables de su estado de salud. Entonces hay que tomar la iniciativa, individual o colectivamente.

Además, al sistema de salud de nuestro país se le redujeron 6 mil millones de pesos en este año, con argumentos risibles, lo cual hace muy indispensable, hoy más que nunca, hacer realmente una tarea de prevención para educar a los niños y adultos, hacerlos responsables de su salud.

Avendaño López aseguró que previniendo y educando  podremos enfrentar el bombardeo publicitario que recibimos a cada instante  por radio y televisión de una gran cantidad de productos de comida y bebida chatarra que finalmente llega a ser adictiva. También es necesaria la actividad física, pues el sedentarismo ha crecido en forma alarmante en el país, así como  enseñar cómo podemos manejar nuestras emociones.

Investigadores y médicos del mundo advierten riesgos. Hagámonos responsables de nuestra salud.