Mixteca, donde todo es posible
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Sendero

Mixteca, donde todo es posible

 


Socorro Julia Osorio Bravo, de la comunidad mixteca de la Junta, y Arturo Villado Martínez, de san José La Pradera, expresaron de vida voz su alegría por los beneficios alcanzados en su familia y sus comunidades con el apoyo de la Fundación Ayú, que celebró sus 25 años de vida el pasado 22 de febrero. Ella es una de las miles de mujeres socias organizadas que trabajan con la fundación desde hace varios años y se ha convertido en una empresaria social exitosa. Desde pequeño, uno de sus hijos recibió una beca para estudiar y ahora cursa el último año de licenciatura en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.

Villado Martínez, quien en 1963 recibió en su pueblo al general Lázaro Cárdenas del Río, narró con orgullo ser uno de los campesinos mixtecos productores de maíz, tomate y pepino, gracias al compromiso de apoyo de Heladio Ramírez López pactado con ellos para aprovechar las aguas de la presa derivadora ubicada en san Nicolás de Hidalgo, que beneficia además a campesinos de otras poblaciones. Pidió que el caminito que les ha enseñado la fundación se mantenga siempre abierto y que la luz del conocimiento siga también prendida para ellos y los demás pueblos. El niño Gadiel Bautista Martínez, de Cerrito Colorado, agradeció a nombre de sus 200 compañeros la beca que recibieron esta vez de manos del director de Proagro, Juan Carlos Cortés García. Es uno de los miles de pequeños indígenas beneficiados dentro del programa de Fomento de Ahorro y Financiamiento de Los Chispitas.

El Instituto para el Desarrollo de la Mixteca, importante brazo operativo de la Fundación Ayú, trabaja con las mujeres y hombres de la Mixteca con la idea de que la familia campesina puede producir más, consumir lo que le nutre, comprar barato, ahorrar parte de las remesas que recibe o sus ingresos, desarrollar en las comunidades sus propias fuentes de empleo, impulsar microempresas, tener acceso a créditos, asistencia técnica, capacitación y mejorar sus unidades productivas. Les enseñan cómo y les acercan los medios.

Dentro del Programa de Desarrollo Productivo se han gestionado 1,838 proyectos, en beneficio de más de 8,500 familias, entre ellos 219 invernaderos, 523 agrícolas, 807 pecuarios y 508 comerciales. En el de Desarrollo Social se han logrado más de 15 mil acciones. En el proyecto de Cosecha de agua de lluvia se apoyó a 537 familias para captar 20 mil litros de agua cada uno en más de 25 sistemas comunitarios. Tienen su propia microfinanciera, la Sofom Convengamos Todos y desde 2003 se apoya a las familias a través del Centro de Capacitación para el Desarrollo Sustentable Ayú, cuyas instalaciones se han ampliado últimamente. Han formado su propio Consejo de Empresarios Sociales, un Movimiento de Expresión Política y un grupo de Compadres que son los enlaces con las autoridades civiles.

Estas y otras acciones reivindicadoras motivaron al doctor Diego Valadés Ríos, destacado miembro del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, a expresar su admiración y reconocimiento a las mujeres y hombres emprendedores, porque fincan su esperanza y su confianza en el esfuerzo cotidiano. Dijo que estamos ante un México capturado por el temor, la desconfianza, la desilusión, la preocupación, incluso por el escepticismo, por la idea de que no somos capaces de conseguir lo que queremos y de que no estamos recibiendo lo que merecemos. Sin embargo, el escenario puede y debe cambiar, pero el resultado será producto del trabajo como lo están demostrando en la Mixteca.

Eso que están construyendo ustedes aquí, les dijo, es lo que debe iluminar a la patria que todos queremos. Una patria ensombrecida por la violencia, por la desigualdad, por la pobreza, por la corrupción, a eso que todos rechazamos y reprobamos cotidianamente, encuentra ejemplos claros de reconversión como los que impulsa la Fundación Ayú. La opción de la desesperanza es la esperanza; la opción frente a la violencia es la solidaridad; la opción frente a la pobreza y la desigualdad es lo que se hace desde la pequeña comunidad de santa María Ayú hacia las poblaciones hermanas, expresó el autor de libros, ex ministro de la Suprema Corte y ex procurador de la República y de la Ciudad de México.

El presidente de la fundación, el exgobernador Heladio Ramírez López, dijo que a lo largo de 25 años han vivido juntos momentos de enorme satisfacción, pero también predicamentos que pusieron a prueba la riqueza ideológica del proyecto de desarrollo de la fundación. La estrategia que se propusieron hace 25 años para luchar contra la pobreza y la desigualdad es una gran actualidad. Agradeció todos los lazos de colaboración tendidos en torno de la fundación y reiteró su confianza sin titubeos en sus paisanos mixtecos, cuyas propias manos deben construir el destino de la Mixteca.

Sólo alcanzan la justicia los pueblos que despiertan, los que emprenden con audacia nuevas iniciativas, los que se yerguen sobre sus pies, los que levantan la cabeza y la iluminan con nuevas luces de dignidad y conocimiento, expresó.

Por su parte, la vicepresidenta de la fundación, Narcedalia Ramírez Pineda, dijo que las mujeres y hombres están saliendo adelante, venciendo abandonos y adversidades. Nada se les ha regalado. Desde lo más profundo de sus urgencias han puesto por delante toda su imaginación y creatividad. No se resignaron a hundir su mirada en la dependencia del humillante asistencialismo, sino decidieron emprender sus propios negocios familiares, incursionar al mundo de la innovación, tocar las puertas del crédito y los seguros.

En el festejo efectuado en santa María Ayú, Huajuapan, la fundación suscribió un convenio de colaboración con el titular del Consejo Nacional de Educación Profesional Técnica (CONALEP), Enrique Ku Herrera, para fortalecer las acciones de capacitación de las familias mixtecas.

La política de la economía social aplicada en donde hay pobreza, donde lo imposible es posible.