Constitución, la ley suprema
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Constitución, la ley suprema

 


Una conferencia dictada recientemente por el catedrático universitario Arturo Bazán Morales en las instalaciones de la Fundación Ayú, Asociación Civil, en santa María Ayú, Huajuapan de León, en torno a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos ante un grupo de jóvenes estudiantes y profesionales de diferentes disciplinas, integrantes del Movimiento para la Expresión Política, despertó inquietudes y preocupaciones sobre la responsabilidad que tenemos los mexicanos de conocer, respetar y procurar porque se aplique este documento fundamental.
Nos debe interesar a todos los mexicanos, afirmó el ponente, porque la Constitución es la Ley Suprema, la Ley de leyes, la que regula todo lo que conocemos como Estado mexicano y la que permite a este país a caminar como lo ha venido haciendo y nos sigue dando tranquilidad, paz, armonía, identidad, desarrollo y progreso, a pesar de los problemas que se presentan y de quienes la consideran obsoleta y dicen que hay que cambiarla por otra más actualizada.
Su valor debe reconocérsele desde una perspectiva histórica, política y jurídica, dijo, pues ignorarla nos llevaría a la negación misma de su realidad histórica y objetiva del constitucionalismo moderno. Con ella hemos fortalecido nuestra democracia y avanzado en el reconocimiento de los derechos humanos y particularmente en lo que se refiere a los pueblos indígenas y afromexicano; se lucha en contra de las desigualdades; se buscan mejores respuestas a los retos alimentarios, modalidades energéticas, educación, salud, protección ambiental y seguridad pública, entre otros aspectos fundamentales.
El doctor en Derecho Constitucional, docente en las universidades Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, Anáhuac y Nacionalista de México, participó en el marco del 25 aniversario de la Fundación Ayú. Señaló que en estos tiempos la Carta Magna es muy cuestionada y por lo tanto existen algunos sectores de la población mexicana que quieren su derogación y se pronuncian por una nueva. Sin embargo, manifestó que hasta estos momentos nuestra Constitución responde a las necesidades vitales del país y nos ha dado todo para llegar hasta estos días.
El documento tiene sus raíces desde la Constitución de 1812, muy ajena a nuestros antepasados porque era una copia fiel de la de Cádiz, España; se reformó después con la visión certera y patriótica de don José María Morelos y Pavón en la Constitución de Apatzingán en 1814. El libertador nos hablaba ya de libertad, igualdad y justicia, principios universales y aspiraciones justas que no existían en nuestro país desde que llegaron los conquistadores. Los compatriotas tuvieron que seguir luchando hasta lograr la Constitución de 1824 y de ésta a la de 1857, logrando avances muy notables con la participación de ilustres mexicanos, Benito Juárez entre ellos, quienes plasmaron en las leyes lo que era urgente y necesario para dar justicia y dignidad a los habitantes.
Nuestra Constitución se ha venido actualizando y enriqueciéndose constantemente, explicó el catedrático. Ante los abusos de la dictadura del general Porfirio Díaz habría que hacer lo que la historia y los mexicanos exigían. La intención de don Venustiano Carranza era hacer reformas a la ley, como se venía haciendo, pero las circunstancias históricas, políticas y sociales demandaron soluciones estructurales y permitieron crear una nueva Constitución, la promulgada el 5 febrero de 1917, hace 103 años, la cual ha tenido hasta la fecha 741 reformas, pero responde a los reclamos de los mexicanos.
Presente don Heladio Ramírez López en este encuentro con los jóvenes, dedicado a los trabajos de la Fundación Ayú y del Instituto para el Desarrollo de la Mixteca, A. C., los asistentes opinaron e hicieron preguntas al conferencista sobre sus dudas e inquietudes. Uno de ellos comentó que es lamentable que la niñez y la juventud no tengan los conocimientos elementales sobre la Constitución y así qué podemos esperar. Hay que promover su difusión. Otro más expresó su desacuerdo por el financiamiento a los partidos políticos que existen en el país y los que seguramente seguirán siendo reconocidos por las autoridades electorales. ¿Llegará el momento en que los contribuyentes ya no tengan que sostener más a los partidos?, fue una de las preguntas.
Otro comentario que surgió entre los estudiantes fue la necesidad de conocer la verdadera historia de nuestro país, no la oficial que distorsiona la realidad. En fin, las y los jóvenes hablaron libremente. Don Heladio los escuchó atentamente y con todo respeto. Les reconoció el interés que tienen por los temas de actualidad, como el de la Constitución. Les recomendó seguir el ejemplo de Hidalgo, Morelos, Benito Juárez, Ricardo Flores Magón, Venustiano Carranza y Zapata, entre otros; que las nuevas generaciones se inspiren en ellos en estos tiempos complejos y difíciles para caminar con claridad y confianza en la ruta que ellos marcaron.
Optimista, habló de un renacer de la esperanza en la Mixteca, Oaxaca y nuestro país con el aporte vigoroso y creativo de los jóvenes amantes del conocimiento, quienes tienen la idea de la transformación social, cultural y económica de los pueblos que aún siguen en la marginación como la Mixteca. Hay que dejar atrás la inercia que tanto daño nos ha hecho y salir al encuentro de las necesidades de los pueblos con acciones creativas que los reivindiquen y dignifiquen sus vidas.