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¡Que conste.... los olvidados!

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Como conclusión de mi vida, de mis años en esta reflexión, viviendo acontecimientos vitales y experiencias importantes, solamente les puedo decir que, cada día, encuentro muchas más razones para indignarme y continuar en la lucha.

Todos, debemos continuar en la indignación si no queremos que nos vuelvan a someter los representantes políticos de los grandes intereses bancarios y financieros nacionales e internacionales… Total, no olvidemos que son los dueños del poder económico los dueños del poder político en estos tiempos del cambio…
Un país no se desarrolla de golpe ni cambia por las buenas intenciones, los proceso de cambio se dan por etapas y en esa larga experiencia de las mismas se busca siempre la felicidad del hombre, y se van alcanzando cuando aceptamos esos desafíos sin recibir sus beneficios, porque serán de los amores que vienen detrás nuestro y ese factor de poder dar antes del poder recibir es lo que en verdad marca la vida y muestra el humanismo con el que hemos crecido.
Nos debemos indignar al entender que los bancos y los banqueros no tienen dinero sino que utilizan nuestro dinero personal y los fondos públicos del gobierno, que son de todos, para hacer sus negocios privados, aumentando las tasas de interés para despojarnos de nuestros ahorros y pagando mediocres tasas a los ahorradores para terminar prestándoles su mismo dinero, pero cobrándoles más, y seguimos pensando en que su función es social, cuando su interés es solamente la acumulación y el robo de la riqueza nacional para el beneficio de unos cuántos inversionistas que están representados por sus esbirros como gerentes o miembros del Consejo de Administración, y ellos, son los que dan la cara y no los dueños de este negocio de pillos y hampones.
Y si no nos indignamos, estamos ejerciendo la peor de las actitudes que es la indiferencia, y por medio de la indiferencia, de la falta de protesta y acción nos siguen robando, engañando, explotando y vivimos en el miedo y el terror de ser despojados de lo poco que tenemos o de que nos saquen de nuestro estado de comodidad. Con este cuento, nos explotan y roban, unos cuántos, lo que es de muchos, lo que es de todos, así, el modelo actual está diseñado para utilizar los bienes públicos y los fondos públicos en favor de unos cuántos para que sigan haciendo sus negocios privados y, los mexicanos, la mayoría, estamos indiferentes ante lo que sucede alegando de que no podemos hacer nada porque nadie nos hace caso, cuando no usamos la indignación como motor de la lucha para alcanzar una vida mejor.
Cualquier cambio necesita de la acción de grupo, incluso, ya vimos que para cambiar el estado actual de encabronamiento e indignación social y desconfianza en contra del gobierno, solo se logra con la indignación y la acción en la votación de la mayoría de tal suerte que, la votación era tan enorme y que no se pudo o no pudieron, los pillos en el poder, hacer sus chapuzas ni sus fraudes electorales incluso contra candidatos que no hicieron anda ni representan nada, pero que activados por Morena y arropados por López Obrador, ganaron por una inmensa mayoría, así, sirvió la indignación y la acción que promovió el cambio que veremos accionar en poco tiempo.
Hay muchos motivos para indignarnos: por la falta de empleo, por la desocupación que hiere y lastima a las familias mexicanas, por lo que se hace en contra de los “ninis” que como jóvenes pierden sus oportunidades porque no tienen esperanza del estudio ni del empleo, indignarnos porque no hay una buena atención médica y los recursos destinados a la salud en el Seguro Popular han terminado en los bolsillos de coyotes y compadres de los políticos y los gobernadores.
Hay motivos suficientes para indignarnos de las ostentación y la riqueza robada por los pillos que se dicen “dirigentes sindicales” cuando no representa a los trabajadores sino que, operan para proteger los intereses de los empleadores y los ricos, hay motivos para indignarnos cuando los precios de los alimentos nos roban la capacidad de ahorro o las tasas de interés nos roban nuestros recursos y, los bancos usan nuestro dinero para hacer sus negocios privados, hay motivos de indignación cuando nos entregan una casucha que parece gallinero y no sirve ni siquiera para poder vivir con la mediana comodidad y seguridad.
Nos tenemos que indignar cuando salimos a la calle y nos asaltan los pillos con la protección de la misma policía, en fin, hay miles de motivos para indignarnos, y esto es lo que ahora moverá los cambios en el mundo para que sean cambios sin violencia, por el bien de todos…