Seguramente perdimos
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Opinión

¡Que conste.... los olvidados!

Seguramente perdimos

 


Si son tiempos de cambio, pues empecemos, los jóvenes ya reclaman un nuevo sentido a la vida del planeta, a su vida y al amor en libertad…

Seguramente perdimos el rumbo cuando los tecnócratas y neoliberales se encargaron de mandar al diablo el nacionalismo, el patriotismo, los valores morales y éticos para cambiarlos por una violenta lucha por el enriquecimiento personal sin importar a quién se llevaran entre las patas.
Todo el esfuerzo humano se dedicaba a generar mucha más riqueza sin ver valores, ni la poesía, ni el arte, ni la verdadera esencia del ser humano que lo llevara a la inteligencia dirigida a la libertad y a la plenitud, al contrario, a todos nos encadenaron para la sobrevivencia de unos contra otros para generar esa riqueza que ni siquiera llegaba a nuestros hogares sino que se dirigía, por el sistema de explotación capitalista, a los bolsillos de esa clase privilegiada.
Esa clase privilegiada que se nos muestra en las revistas de sociales y de finanzas y, todo, ¿para qué?, para sentirse más ricos pero no más humanos, más plenos ni más libres, sin sentimientos y sin valores, sin que les importe la contaminación que hacen sus fábricas en contra del planeta, sin importar la matanza de animales solamente para mostrarse con sus piezas de trofeo luciendo sonrisas, estupidez y armas.
Tal parece que a ellos no les interesa lo que hacen la fabricación de sus armas en las matanzas colectivas en muchas partes del planeta que, encubren, con las luchas por la libertad cuando son las guerras provocadas por ellos para apropiarse de gobiernos, finanzas, mano de obra baratas, materias primas, no les interesa cuántos muertos se generen en ese proceso, ni cuántas obras de arte se destruyan en las guerras ni cuántas vidas humanas de hoy y del mañana.
Seguramente la cúspide de este proceso lo representan los grupos financieros que son los que apoyan la comunicación para desviar la toma de conciencia de la gente, desviando los objetivos y muestran la pobreza que generan, de la contaminación que provocan en los medios, solo difunden el miedo al presente y al futuro, sin decir que ese miedo es para su protección y para eliminar las ganas de luchar de todos, para alcanzar su libertad y plenitud.
Ellos, alientan el consumo de drogas, lo hacen por medio de sus soldados que envían a las guerras provocadas por ellos y de ahí tienen aseguradas grandes ganancias y negocios, porque los fondos financieros generados por la venta de armas, el tráfico de personas, el de drogas, de mercancías, tecnología, materias primas, se lavan en sus bancos que no tienen dinero sino que manejan nuestro dinero, lo hacen sin consultarnos y en su provecho.
De ahí que los grandes multimillonarios del mundo sean empresarios y financieros o especuladores que han usado y siguen usando por medio de sus peleles que mantienen en el poder, los fondos y recursos públicos para hacer sus negocios privados, de ahí la corrupción moral, social y económica contra las que tenemos que luchar.
Por esa razón, cuando AMLO nos habla de una nueva constitución moral, creo que nos viene bien el tema para retornar a los valores nacionales y morales, a los valores éticos que nos muestren como seres humanos y no como competidores por las migajas del desarrollo económico.
Es bueno que todos hagamos una seria autocrítica para ver cómo nos hemos encarcelados y esclavizado en la persecución de las riquezas que nos hacen cada día más insensibles a lo que a todos les hace falta y de cómo nos hemos olvidado del perdón a nosotros y del perdón a los demás para hermanarnos en una lucha que nos beneficie a todos y no solamente a unos cuántos.
En las escuelas se eliminaron varias materias con el cuento de que eso no enseñaba a los jóvenes la importancia de la productividad y de la riqueza, sino que los volvían soñadores y perdidos en la especulación para encontrar su valor humano en las artes, la música, la poesía, los ideales, la ideología, la filosofía, la ética, la lógica y la estética.
Nos convirtieron en simples tecnócratas insensibles y viciosos, creídos, llenos de ego, no de ideales, llenos de cosas materiales y vacíos de sentimientos, de humanismo y humildad, de amor por uno y por los demás, perdimos el rumbo al abandonar las raíces del ser humano, las raíces de la patria y lo nuestro para volcarnos en estudios tontos de tecnologías simples que no nos dicen más que somos robots de una sociedad enajenada, insensible y amoral.
Cuando se habla de aumentar las matemáticas y la física y la química en los conocimientos, también se debe hablar de aumentar los sentimientos patrios, el conocimiento real de la historia, el de los valores humanos, la ética y la moral, porque los conocimientos científicos sin conocimientos morales y humanistas no sirven para avanzar, sino para mantenernos esclavos del materialismo y del desamor.