Y luego
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Opinión

¡Que conste.... los olvidados!

Y luego

 


Y luego nos quejamos de los gringos, de su racismo y discriminación, cuando en México la sufren miles de ciudadanos, por su manera de vestir, el color de su piel, por la forma de hablar, por su peso, la estatura, las creencias religiosas, la edad, la orientación sexual, la clase social, el lugar de donde vive, de su escolaridad, de su familia…. los yopes son maltratados por los yupis, los blanquitos, los de clase superior.

Cuando nos quejamos de los gringos y de sus discriminaciones tenemos que pensar que, por ejemplo, Puebla es de los estados con mayor discriminación, donde el 28.4 por ciento de su población reportó haber vivido exclusión; Colima, el 23.6 por ciento; Guerrero, 21 por ciento; Oaxaca, 24.9 por ciento; Morelos 24.4 por ciento; Estado de México, 24 por ciento y la Ciudad de México 23.7 por ciento; es decir en promedio, uno de cada cuatro habitantes de esos estados sufren exclusión, y lo vemos con los famosos “vallistos” de Oaxaca en contra de los yopes indígenas o los prietos, los guangos, los chilangos, en fin, de lo que más nos quejamos contra los gringos, porque lo hemos vivido y sufrido, también lo tenemos en nuestro país, un pueblo que traga santos y caga diablos, donde lo güerito elimina la fealdad.
Mientras no sepamos respetarnos como individuos y entender que somos únicos y por tanto diferentes cada uno, no podremos avanzar, porque la envidia, la “mala leche”, la discriminación, la exclusión y el racismo nos mantendrán separados y no podremos avanzar como un país que ama la libertad y por lo tanto, el respeto, porque sabremos respetarnos los unos a los otros cuando tengamos conciencia de ello, así podremos tener conciencia de la importancia de la defensa de las causas comunes que nos beneficien a todos.
A lo mejor, por ello, AMLO, habla de la constitución moral que pueda alcanzar el bienestar del alma, pero para llegar a esto, además, tenemos que tener estómagos y sueños cumplidos, si no, solamente nos quedaremos en las ilusiones y la venta de milagritos que dan esperanza, pero no realidades…
Hace algunos días, platicando con una señora educada y trabajadora, me decía que debemos “tener pavor a AMLO porque ya no tarda en imponernos las ideas y las formas venezolanas”, le trataba de explicar que eso no es cierto, pero ella insistía, y para ello decía que eso de buscar “perdonar a los malosos y a los delincuentes” lo mostraban de piel abierta.
La realidad es que los medios de la ultraderecha se han dedicado a deformar la imagen y no muestran la realidad de las propuestas, y es lógico que, solamente, AMLO parece ser el creador de la imagen y el vocero de su movimiento que, como explica Yeidkold, Secretaria General de MORENA, se tienen que hacer reformas y cambios para llegar a constituirse de movimiento en partido, y que entonces será no solamente el blindaje del actual gobierno, sino el punto de referencia y reproductor de las demandas sociales, económicas y políticas del pueblo mexicano, ligados a una amplia base social que siga los lineamientos del diálogo y la consulta de lo que se necesita y de la forma de canalizar los recursos en favor de las causas populares…
Y bueno, ya veremos lo que se va desarrollando porque al parecer hay grupos empeñados en tratar de poder frenar cualquier intento de cambio o de investigación en algunos sectores claves para el desarrollo del país como es la industria minera, la electricidad, el gas y el petróleo, además, cuando se habla de generar en poco tiempo miles de empleos en el campo y de sembrar árboles frutales y de madera, de inmediato surgen las malas lenguas diciendo que como Romo tiene empresas para la producción de plantas, seguro será el beneficiario del negocio, y la verdad no es que me caiga bien, no lo puedo decir, no me cae nada bien, pero pienso que no importa si me cae bien o mal, lo que importa es que no vaya a fallar en el proyecto del cambio y si lo hace, será claro, una gran responsabilidad de AMLO,
pero también de todo ese equipo que al parecer es totalmente incondicional de lo que diga el hoy todo poderoso nuevo presidente, y a lo mejor él, AMLO, lo que menos quiere es ser un gran Tlatoani del viejo o al estilo del viejo priismo, no lo creemos, tiene ya otros valores y la vida le ha mostrado que, a su edad y con su experiencia, lo mejor que puede hacer es no prestarse a esos juegos de poder y caer en la prepotencia, la arbitrariedad o la soberbia, eso sí, creo que hay algunos de los que le rodean que les sobra eso, pero, seguramente, tendrán que entrar al aro o salir de la pista que marca el nuevo gobierno, que llega.
No se trata de que todos sean santos o busquen la “trascendencia histórica” o sean los creadores del nuevo destino mexicano, no, son hombres y mujeres de carne y huesos que tratan de copiar o seguir los pasos marcados por el “líder” y, eso hace mucho más pesada la carga que tiene que traer AMLO, con los nuevos tiempos.
Creo que estamos ahora ante un nacional patriotismo, no ante una ideología socialista o comunista, aunque también hay la de los neoliberales que dicen, buscar el cambio, uno para mejorar el uso de los bienes públicos y los fondos públicos para hacer sus negocios privados y los actuales que llegan, cuando menos, con la idea de hacer realidad la justicia social, cumpliendo eso de casa, vestido, sustento, empleo, educación, atención en la salud y habitación decente para todos los jodidos y, para que terminemos, con esa forma de exclusión y de discriminación, cuando, al final de cuentas, en la muerte, todos somos más que iguales: Polvo simple…al final del tiempo y, materia transformada en energía, porque la materia no se destruye, al final, se transforma. Y nos falta ver la transformación del equipo de AMLO…