1 de agosto
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Politikón

1 de agosto

 


El 1 de octubre de 2020 la Suprema Corte de Justicia de la Nación validó, contra todo pronóstico, la constitucionalidad de la materia de la consulta popular propuesta por el Presidente de la República para enjuiciar a los expresidentes. Si bien el marco jurídico permite a la Corte modificar la pregunta de la consulta para que se adecúe a la materia, para muchos, incluido yo, lo que realmente hizo nuestro máximo tribunal constitucional fue modificar la materia de la consulta, algo para lo cual no está facultado, y posteriormente modificó la pregunta, cómo diligencieros del Régimen. 

Hago esta precisión porque si bien la consulta que se llevará a cabo el 1 de agosto fue planteada en un inicio para llevar a juicio a los expresidentes, ministros y ministras de la Suprema Corte, encabezados por el ministro presidente, Arturo Zaldívar, modificaron el fondo de la consulta de forma tal que sea cual sea el resultado de la jornada, en ningún escenario la consulta tendrá como efecto que se lleve a juicio a los expresidentes, como lo promocionan a base de mentiras los del Régimen.

La pregunta de la Corte es ambigua y ha permitido que este medio de participación democrática sea utilizado por Morena como una más de sus faramallas. Incluso, está redactada de forma tal que no permite responder con un “no”, pues, considero, ningún mexicano está en contra de “emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas”. 

 Así, el domingo 1 de agosto estamos convocados a una consulta popular propuesta por el Ejecutivo Federal, que realmente está elaborada por la Suprema Corte, y que desde ya está siendo manipulada por el Régimen para sus intereses mezquinos pues, insisto, no hay mayor mentira que decir que la consulta popular es para llevar a juicio a los expresidentes de México, algo que el propio Zaldívar ha reconocido.

No me malentiendan, no estoy en contra de la figura de la consulta popular, por el contrario, es un medio de participación democrática que fue incluido en nuestro orden jurídico con la Reforma Política de 2014, gracias a la cual las y los ciudadanos pueden ser parte activa de las decisiones públicas, lo cual es necesario en una democracia. Pero sí estoy en contra de una consulta que nació siendo inconstitucional, y que una vez que la Corte ayudó al Régimen a superar el problema de constitucionalidad, está siendo utilizada para lucrar con el hambre de justicia y los derechos de las víctimas, así como para mentir deliberadamente al pueblo.

Sabemos que la mentira es la narrativa del oficialismo, sin embargo, las mentiras que están formulando en torno a la consulta son descaradas, pues de ninguna manera el resultado del 1 de agosto tendrá como consecuencia juzgar a los expresidentes. En su caso, ni siquiera debe consultarse, pues si verdaderamente hubiera voluntad política para hacerlo, ya se hubiera hecho, pues, aunque la Fiscalía General de la República es, en teoría, autónoma, sabemos que tenemos un #FiscalCarnal.

Así, el debate público se ha dividido en tres posturas: quienes mienten al decir que se llevará a juicio a los expresidentes, quienes sostenemos que es una pantomima más del Régimen, y quienes, válidamente, han intentado salvar la consulta dándole un enfoque de justicia transicional y comisiones de la verdad.

Respecto de esta última postura, entiendo y admiro la intención de quienes buscan salvar la consulta popular al enfocar en las víctimas, sin embargo, el fondo sigue siendo el mismo: al Régimen no le importa ni mucho menos motiva impulsar comisiones de la verdad ni el esclarecimiento de los hechos del pasado, sino simplemente montar un circo más como parte de su demagogia y populismo para, a través de la mentira como narrativa, controlar al pueblo y concentrar aún más poder.

Además, en caso de alcanzar la participación necesaria para que la consulta sea vinculante -lo cual veo difícil pues se necesita una participación del 40% de la lista nominal, y en las elecciones del 6 de junio logramos entre todos, oficialismo y oposición, apenas el 52%-, se vincularía al mismo Régimen que nos ha demostrado no estar verdaderamente interesado ni en las víctimas ni en la construcción de la paz, sino que, por el contrario, ha empeorado la situación de violencia.

Incluso, a mi parecer, el desvirtuar una herramienta de participación ciudadana y democrática como la consulta popular, para mentir y mantener en la mentira deliberadamente a las y los ciudadanos, no es nada democrático, por el contrario, así como el ministro presidente Zaldívar habla de fraude a la Constitución, aquí podríamos hablar de fraude a la democracia, a cargo de un Régimen demagogo.

Lo cierto es que nadie tiene la verdad absoluta y que todos y todas tenemos derecho a tener una opinión, por lo que cada quién tomará su decisión el próximo domingo.

No voy a llamar a quienes me lean a no votar, pues sería una irresponsabilidad, pero por lo que a mí respecta, no pienso ser parte de esta pantomima del Régimen. Yo no voy a votar en esta consulta popular. El 1 de agosto, #NoCuentenConmigo.

*Licenciado en Derecho por la IBERO Ciudad de México y Maestrando en Administración Pública por la Anáhuac Oaxaca.

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