Vivir para trabajar
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Vivir para trabajar

 


Buenas noticias: al cierre del mes de septiembre, los registros de empleo formal en nuestro país, por poco alcanza sus niveles prepandemia. El Instituto Mexicano del Seguro Social reportó que el mes pasado se contabilizaron 20 millones 594 mil novecientos 919 puestos de trabajo, una cifra muy cercana a la de febrero de 2020 -justo antes de la pandemia- misma que ascendía a 20 millones 613 mil 536 (https://bit.ly/3viJAqC).

Las malas noticias: este empleo no necesariamente es igual en calidad al que se tenía previo a la pandemia. América Latina ha sido la región con mayor número de empleos perdidos de acuerdo con la OIT y la recuperación de los mismos no se da en las mismas circunstancias, lo que es especialmente cierto para las mujeres, los jóvenes y las personas de menores calificaciones, sectores desproporcionadamente afectados por la contracción del empleo y los ingresos (https://bit.ly/3vgqnG4; https://bit.ly/3lODD1u).

De ello se deriva el aumento de la pobreza laboral en México, es decir, un mayor número de personas que a pesar de desarrollar un empleo, el ingreso que de éste deriva no es suficiente para cubrir la canasta alimentaria básica.

Trece millones de mexicanas y mexicanos que contaban con ingresos medios recibieron percepciones mucho menores a partir de la pandemia, de acuerdo con el cuarto Boletín de Movilidad Social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (https://bit.ly/3jayVd0).

A pesar de que justamente nos encontramos en un proceso de mejoría debido a la parcial reactivación económica, la pobreza laboral en Oaxaca ha fluctuado de manera importante en los últimos trimestres, registrando en un incremento de la pobreza laboral en cinco puntos porcentuales entre el primer y segundo trimestre de este año (https://bit.ly/2YT2Tej).

Esto significa que millones de personas en nuestro estado y en nuestro país trabajan sin que alcance para comer.

Si bien no es una condición generada a partir de la pandemia, su profundización a partir de la crisis sanitaria debe ser una alerta que no debe pasar desapercibida y que sirva de punto de reflexión sobre las condiciones de trabajo que aún imperan en nuestro país y los esquemas que permiten que a pesar de trabajar no alcance para vivir.

Largas jornadas, salarios bajísimos y deudas para la mayoría de las y los mexicanos, mientras que las fortunas de los más privilegiados incrementaron durante la pandemia (https://bit.ly/3AQ9aEJ; https://bit.ly/3p7P1ru).

Millones de personas no trabajan para vivir, sino que viven para trabajar sin remuneración justa que le permita una existencia con dignidad a pesar de laborar de sol a sol. No es casual. Los esquemas fiscales, jurídicos y de distribución de la riqueza son las bases que perpetúan la desigualdad que lacera cuerpos y cuesta vidas.

Mantener los sistemas y estructuras que perpetúan la existencia de la pobreza laboral en nuestro país solo significa tolerar la inmoral permanencia de condiciones de semiesclaviud en pleno siglo XXI.

@GalateSwanson