No bastan las buenas intenciones
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No bastan las buenas intenciones

 


Esta semana, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) dio a conocer las mediciones de la política social en México para el periodo 2018-2020 y con ello, se confirmó una tendencia que ya se preveía a partir de los datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2020 y los indicadores de pobreza laboral de la misma Coneval: la pobreza creció en nuestro país.
En 2020, la pobreza extrema aumentó 21.4% y al momento de la medición, se contabilizaron cinco millones más de personas en pobreza por ingresos (https://bit.ly/3CsSIw4). Si bien es cierto que la pandemia jugó un papel importante en que la población enfrentara mayores vulnerabilidades a raíz de sus ingresos y el acceso a servicios, también es cierto que la política social del gobierno de México requiere transformarse de manera determinante para detener estas tendencias.
Hoy, con los datos de Coneval, sabemos que si los programas sociales, la pobreza hubiera alcanzado 2.5 millones más. No obstante, también sabemos que mucho del gasto de desarrollo social no lo está recibiendo los hogares con menores ingresos y que varios de los programas destinados a jóvenes requieren reformularse para que el avance de cuatro por ciento de pobreza en este sector pueda revertirse (https://bit.ly/3jqGdZa).
El investigador Máximo Ernesto Jaramillo-Molina expone de manera magistral la problemática de la política social de la actual administración federal en su artículo “Los mitos de la política social de la 4T”, publicada en la revista Nexos (https://bit.ly/3yviBZV). El texto expone cómo el gasto de política social es inferior al que se ha publicitado, que este gasto no llega a la gran mayoría de los hogares pobres y que no representó un gasto público relevante para hacer frente a la devastación social y económica que ha sido la pandemia.
Con la valiosísima información de INEGI y Coneval sabemos que no basta con transferir recursos a la población, sino que se requiere que el gasto se encuentre focalizado para que llegue a las personas que verdaderamente lo necesitan (https://bit.ly/3s2piQx).
No basta tener la voluntad. No basta con asignar recursos. Se requiere un gasto social robusto, que busque llegar de manera eficiente a las personas que más lo requieren mediante diagnósticos y conocimiento técnico. Se necesita no solo acabar con la falta de recursos monetarios, sino también con las carencias sociales en educación, vivienda y salud. No necesitamos menos gasto, necesitamos mucho más, pero bien aplicado y focalizado.
@GalateaSwanson