A propósito de un laurel
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A propósito de un laurel

 


(Llamado de la India por el vulgo)

Hace tiempo que vengo repitiendo, en forma por demás reiterativa, que el patrimonio de la flora actual de la ciudad está relacionada estrechamente con nuestra flora nativa, (especies endémicas) de nuestro Estado de Oaxaca, lo que resulta en una extraordinaria paleta vegetal, por lo que puedo decir que lo que fue una flora nativa, como la que se preserva en el Jardín Etnobotánico, del ex convento de Santo Domingo, hoy progresivamente ha sido sustituida, sin que por ello se deje de conservar la geometría y lo visual de la Arquitectura patrimonial; por ello, cualquier bien es bien recibido, de ahí que todo lo que sea por el interés de conservar la paleta vegetal, es bienvenido en el valle de Oaxaca, ya que recordemos que la plaza se convirtió en un parque o jardín a partir de la plantación de los fresnos en la Plaza de Armas en 1869 siendo gobernador don Félix Díaz y en la Alameda la antigua Plaza de Cántaros inaugurada en 1843 por el gobernador don Antonio de León y el secretario de Gobierno don Benito Juárez.

Así que, arquitectónicamente, podemos decir que nuestra muy antigua plaza Real, plaza de Armas, pero oficialmente plaza de la Constitución de la ciudad de Oaxaca, como una parte del Centro Histórico declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad, donde el 11 de diciembre de 1987, por lo que forma parte del conjunto arquitectónico más importante de la ciudad por su arquitectura circundante; por esta razón me permito hacer las siguientes consideraciones con relación a los tres Laureles de la India (Ficus microcarpa) caídos en el 2020, en el 2021 y el más reciente en este 2022 por los fenómenos naturales; aun cuando ha pasado el tiempo es importante mencionar que el Laurel de la “India” (Ficus microcarpa) es originario del sur y sureste de Asia; además los laureles de la India son plantas alelopatías, por considerarse una especie invasora en América Central, América del Sur, Florida, Hawái y otras regiones, tienen estos árboles de raíces superficiales que no resisten el peso del follaje, el cual es muy atractivo para la fauna aviar en entornos urbanos propiciando su reproducción y generando daños de corrosión en la arquitectura conurbana patrimonial del entorno; el Laurel (Ficus) es un árbol hermoso que carece de polinizadores; por lo anterior, los Laureles de la India deberán ser sustituidos progresivamente cuando mueran o caigan por especies endémicas como los Higos del Valle, especie originaria de la región ecológica de Oaxaca que cuenta con raíces portentosas; mismos que cuentan con una gran carga cultural, pues formaba parte de las plantas utilizadas en la fabricación del papel para los códices y que permanece en la actualidad en las expresiones populares oaxaqueñas, formando parte de la economía de muchas familias; El higo del valle (ficus sp.) por su follaje tamizado, escala acorde a la geometría y traza histórica de la ciudad patrimonial; por lo que el fruto del higo del valle propicia el arribo de insectos polinizadores y aves nativas que esparcen sus semillas estableciendo equilibrios ecológicos; así mismo, el follaje tamizado permite la transparencia y el paso de luz para plantaciones temáticas bajas como las noche buenas, (Santa Catarina) el cempasúchil, flor emblemática en la cosmogonía, siendo flores relacionadas con las costumbres oaxaqueñas y la apreciación de la arquitectura del entorno; por estas razones fue el ICOMOS MEXICANO el que planteó las siguientes recomendaciones que son fundamentales:

Transcribo una carta del 19 de septiembre de 2020, firmada por el arquitecto Saúl Alcántara Onofre. En ella nos dice: Las plantaciones sustituidas progresivamente permitirán recuperar la geometría y las visuales de la arquitectura de valor patrimonial.

Continúa diciendo: La paleta vegetal que se propone es con flora nativa relacionada con nuestra cultura; cabe mencionar que la Carta del Paisaje de las Américas, firmada en México en el año 2018, menciona en uno de sus párrafos “…para incorporar el carácter simbiótico de la naturaleza y la cultura que envuelve y exige esa comprensión, un proceso continuo de educación patrimonial sobre el paisaje, considerando como un bien de derecho universal”.

Así mismo, yo en la carta dirigida al señor presidente del Municipio de Oaxaca de Juárez, recuerdo que el ICOMOS le anexó un plano que relaciona la geometría y la función de la plaza que se tome en cuenta en la nueva plantación, por lo que cuando algún árbol caiga o muera sea este sustituido por estos árboles nativos importantes en nuestra cultura: el Higo del Valle (Ficus sp.) por su importancia histórica; al igual que la clavellina o coquito (Pseudobombax ellipticum) que se relaciona con los sitios religiosos como podemos apreciar en el atrio de Jalatlaco y que además este se utiliza en la fabricación de papel, y el árbol del Guaje (Leucaena leucocephala) ligado por su relación fundamental a la ciudad de Oaxaca y, finalmente, se sugiere esta paleta vegetal como una manera que mantendrá una relación con la imagen actual de la plaza. Así que cada vez que esto suceda es la oportunidad para que la alcaldía transcienda en la arquitectura del espacio público, preservando el paisaje.

Oportunidad que se da todos los días, por los riesgos que representa la caída de los laureles de la india en la ciudad, así que es necesario un diagnóstico fitosanitario de los ejemplares del Zócalo y no solamente del Centro Histórico, sino de toda la ciudad, se requiere de un censo que nos dé la flora existente.

Hoy vemos que el fallo de sembrar un guamúchil en sustitución de un Laurel que fue notable por la sombra que le dio por 40 años a la Banda de Música del Estado, los domingos y que aun cuando tenía hongos, no se atendieron por trienios como fue el “bajo el Laurel”, cuando se puso a votación qué árbol se sembraría, se eligió por gusto y no por expertos que fuera un guamúchil, así que al secarse fue un intento fallido, que gracias al “Mayordomo” don Salvador Flores Concha”, no fue tan grave, ya que rápidamente donó y se sembró un ejemplar de Laurel que desciende del árbol de “Monte Albán”, “Ficus” de características muy especiales y que esperemos que crezca a pesar de ser un seto de vivero, para volver a cobijar en un futuro a la Banda de Música del Estado.

Pero también siendo en conjunto parte de nuestra muy tradicional y única en el mundo “Noche de Rábanos”, que cumplió 125 años de realizarse, por la noche en torno a la Plaza o Jardín de la Constitución (zócalo) y que este pasado viernes 23 de diciembre pudimos admirar en todo su esplendor, gracias a la colaboración de los tres niveles de Gobierno y a la buena voluntad de los empresarios de los portales.

Feliz Natividad del Señor y un mejor Año Nuevo.