Los municipios de la esperanza  
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Opinión

Mis dos centavos

Los municipios de la esperanza  

 


Apenas el pasado 16 de mayo, el gobierno federal a través de la Secretaría de Salud difundió una lista de 324 municipios del país que regresarían a la “normalidad” por no presentar casos de COVID 19 y tampoco colindar con municipios que presenten caso alguno.

El gobierno federal los llamó “municipios de la esperanza” y se ubican en los estados de Chiapas, Chihuahua, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Nuevo León, Puebla, San Luis Potosí, Sonora, Tamaulipas, Veracruz, Yucatán y Oaxaca.

De esta lista, Oaxaca aportaba 213 localidades, un número importante como para dejar pasar la oportunidad de adjudicarse puntos a favor tanto por el gobierno estatal como el federal.

Y así fue, en diversos medios de comunicación se replicó la noticia que, en el estado de Oaxaca, existían, en esta etapa de la pandemia, lugares donde el virus no había impactado.

El plan difundido por el gobierno federal indicaba que los municipios regresarían paulatinamente a la vida laboral, reabrirían espacios públicos y levantarían restricciones de movilidad para personas vulnerables.

Pero el mensaje del gobierno federal, impactó en una sociedad que ya comenzaba a volver a las calles desde semanas previas, unos por necesidad y con las medidas pertinentes y otros —varios más— sin la protección adecuada, que se convencían así mismos que era necesario salir a la calle por los juguetes del día del niño, el regalo del día de la madre, y cualquier otro pretexto que sirviera para salir de casa por ratos.

¿El resultado?

En el corte informativo del 18 de mayo, las autoridades de salud anunciaron el incremento de más de 160 casos positivos en 24 horas, pasando de 445 a 606 positivos en solo unas horas.

De ese número de casos el grupo de municipios de la esperanza en Oaxaca aportó siete, que se registraron en las localidades de San Mateo Río Hondo, Mesones Hidalgo, Santiago Amoltepec, San Francisco Ixhuatán, Capulálpam de Méndez, San Pedro y San Pablo Teposcolula y San Miguel Tequixtepec, dejando en 206 los municipios de la esperanza que no presentan casos positivos de COVID 19.

De esos 206 municipios de la esperanza en Oaxaca, 24 corresponden al sistema de partidos políticos y los 182 restantes al sistema normativo indígena, tradicionalmente conocido como municipios de usos y costumbres.

Y es que al darse a conocer los primeros casos de COVID 19 en la entidad en el mes de marzo, los municipios de usos y costumbres decidieron cerrar los accesos a sus comunidades y comenzaron a implementar filtros para ingreso y salida de habitantes, otros más no permitieron el acceso de turistas o personas ajenas a su comunidad e incluso de empleados de empresas de bebidas alcoholicas, refrescos o comida chatarra.

Muchas acciones que en su momento varias personas criticaron, al considerarlas como “ingenuas”, pero que al paso de los días vemos que han arrojado resultados positivos, pues en estas comunidades las decisiones de la asamblea no se discuten, y a pesar de las diferencias que pudiesen existir con las autoridades en turno, se le otorga el respeto que el cargo les confiere.

Y es que como lo señala el trabajo Democracia y Cultura Política en Oaxaca, el 44 por ciento de las comunidades de sistemas normativos indígenas se encuentra satisfechas con la democracia en su localidad y el 31 por ciento manifiestan que el orden y la legalidad como característica de la democracia, lo cual explica por qué no resultó complicado el acatar las recomendaciones de las autoridades municipales sobre las medidas establecidas para enfrentar la pandemia.

Otra variable que se suma al respeto de los usos y costumbres en los pueblos de Oaxaca, es el abandono hisórico en el que han vivido, sus caminos rurales dañados, sin clínicas ni escuelas suficientes. Hoy el gobierno celebra que estos pueblos no se contagien, así sin pudor, con el desprecio con el que siempre miran a quienes andan en huaraches.

Otros datos que nos arrojan los municipios de la esperanza en Oaxaca, es que 11 de los 24 municipios del sistema de partidos políticos son presididos por mujeres, (Reforma de Pineda, San Juan Bautista Tlacoatzintepec, Santa María Texcatitlán, Guadalupe de Ramírez, Silacayoápam, San Nicolás Hidalgo, Santa Cruz Tacache de Mina, Santiago Tetepec, Santiago Jamiltepec, Mártires de Tacubaya, Santa María Zacatepec) mientras en los municipios de sistema normativo indígena siete tiene presidenta municipal (San Miguel Chicahua, San Bartolo Soyaltepec, San Juan Yucuita, San Baltazar Yatzachi el Bajo, San José Lachiguiri, San Martín de los Cansecos).

Lo terrible es que las cifras presentadas por las autoridades de salud el día lunes, muestran que en las próximas semanas el número de contagios crecerá exponencialmente en las zonas urbanas, que presume de ser “de ciudad” y que duplican el número de casos. Donde la necedad y la difusión de noticias falsas sobre la enfermedad se unen a la falta de legitimidad y credibilidad hacia los gobiernos y las instituciones, exponiendo su salud y la de su familia ante esta pandemia que registra más de 300 mil muertes en el mundo.

Dos días después de la declaratoria del gobierno federal, y de que los municipios manifestaran que no abrirían sus accesos como lo sugería el Plan de Nueva Realidad presentado, el gobernador de Oaxaca debió salir a declarar que todo el estado se mantendrá en alerta amarilla, incluso aquellos municipios de la esperanza, debido a la irresponsabilidad de muchos que transitan a diario por las ciudades sin tener la necesidad de hacerlo y que no terminan de comprender que la realidad y las formas de vida cambiaron.

Los municipios que siguen dando su lucha contra el COVID 19 desde sus filtros y sus prácticas comunitarias, seguirán haciéndolo, pues nos han demostrado que la asamblea, toma mejores decisiones y sus integrantes no son un número más en un documento en excel, sino un vecino, hermano, padre, hijo que comparte una lengua y un futuro con ellos.