“Impunidad en casos de género”
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“Impunidad en casos de género”

 


Manifestantes mujeres han marchado en Oaxaca para reclamar a la sociedad, que no, al gobierno estatal o federal, casos de impunidad, pintar calles, dañar monumentos históricos son actos vandálicos, no protestas firmes sobre este tema tan delicado, se pronuncian feministas por el aborto pero no justifican la razón de su lucha, es por tanto, señalar que el feminismo práctico que hoy se ve en las calles, señalan una lucha contra el “patriarcado”, sin justificar un “matriarcado”, un lenguaje “inclusivo”, una lucha real para ser escuchadas por autoridades.

La impunidad, es cierto, es una palabra que llena de sangre los pulmones de tanto gritar que la justicia ha fallado, no hay igualdad entre hombres y mujeres, la violencia desató a Némesis, la gran inconforme social que hace justicia por propia mano, la que ha resurgido y perdurado en nuestra memoria social.

Por otra parte, la justicia que se pide a gritos en nuestra sociedad debe ser igualitaria y honesta. Estas luchas nos hacen pensar que todos hemos fallado como sociedad y la impunidad nos ha vencido. Las autoridades de los tres órdenes de gobierno les falta más honestidad, sororidad, cultura, respeto y justicia para las mujeres en nuestro tiempo.

La Organización de las Naciones Unidas señala en la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, parámetros para ir eliminando la violencia de género, sin embargo, es insuficiente si la impunidad no se combate por los gobiernos y los poderes del estado mexicano.

La mujer ha logrado el voto femenino, de la reciente aprobación de la ley 50 50, cuando hablamos de una mayor participación de la mujer en la vida pública de nuestro país, es necesario volver la mirada a la doctrina, a la teoría, al movimiento social y político que permitió a las mujeres conquistar sus sueños y derechos.

Después de la Revolución Francesa en 1789, cuando se gestan en las y los revolucionarios las ideas de Libertad, Fraternidad e Igualdad, surge para la humanidad, la más grande contribución de las mujeres, el feminismo, que con su luz, removió conciencias y sobre todo revolucionó en las mujeres una nueva forma de estar en el mundo, no obstante fueron mujeres las que cortaron la cabeza de los guardias del Rey Delfín, por falta de pan en el palacio de Versalles.

Es la idea del feminismo, nacida de la igualdad, de quienes luchan en el contexto social que se combate día a día. Minuto a minuto y segundo a segundo, la “impunidad en casos de violencia de género”, es una realidad que aplasta a nuestra llamada “civilización contemporánea”.

No se justifica el vandalismo de mujeres para alcanzar sus derechos, no se puede apoyar a un sector feminista que desarrolla violencia contra la sociedad y el patrimonio de las personas pintando el Centro Histórico, la lucha feminista es y debe ser digna, decorosa, con protestas aunadas a la intervención de las autoridades para satisfacer sus reclamos sociales.

Las mujeres de nuestro tiempo, no pueden olvidar que son mujeres, que no pueden ser hombres, tampoco un tercer sexo a fuerzas de alcanzar o expandir sus derechos. Si las mujeres han sido como grupo o colectivo humano víctimas de la opresión, de la dominación y la explotación de que han sido y son objeto, no se justifica que alteren el orden público con violencia. Toda protesta debe justificarse por escrito ante las autoridades.

“Liberarse del patriarcado”, entonces debe entenderse como la liberación de su sexo con todas las transformaciones de la sociedad que aquella requiera, de la acción femenina contra la impunidad, deben actuar con sororidad contra la Impunidad, con igualdad los hombres deben también luchar contra la impunidad, que ya son banderas de lucha de las mujeres el día de hoy por alcanzar un paso más en la justicia que se aleja de las mujeres a cada paso que se logra en México.

El empoderamiento de la mujer ha sido un camino difícil en nuestro país, después del movimiento sufragista tendrían que pasar 32 años para que una mujer, Griselda Álvarez, dirigiera las riendas del ejecutivo en un estado. Hoy los hombres y las mujeres tienen la oportunidad para mejorar, enriquecer y democratizar nuestra nación, combatir la impunidad, la intolerancia, los prejuicios y los abusos, los privilegios, la falta de aplicación de la Ley con cultura y educación, sororidad, libertad, tolerancia e inclusión.  Mujeres de Querétaro, de Morelos, de Oaxaca, de Puebla, de Guerrero, de Chihuahua y de todo México entero, deben conquistar la libertad y la dignidad que hace mucho tiempo le robaron a la mujer en detrimento de un mundo de mujeres que han sufrido impunidad en todos sus grados y formas, enterradas clandestinamente, sin voz, sin voto, sin tierra, un mundo que sin ellas, no puede considerarse humano.

Si el Estado Mexicano no puede con sus políticas públicas otorgarles igualdad jurídica, política, social o económica, o aún religiosa es discriminarlas, es no reconocer su gigantesca lucha y gran responsabilidad frente a un México que se debe construir sin el vicio que destruye a las ciudades modernas en el mundo contemporáneo. La falta de empoderamientos femeninos hoy provoca violencia sin sentido. Es la lectura de nuestra realidad contemporánea.